La Unión Cívica Radical (UCR) fue creada el 26 de junio de 1891. La UCR fue el primer partido que pudo gobernar luego de un largo período de un orden conservador. Así, se logró que una democracia limitada se democratizara y el radicalismo gobernara por primera vez en el año 1916. El partido centenario supo a fuerza de labor y experiencia ganar territorialidad y constituirse como una imponente fuerza política a nivel nacional, provincial y local. El radicalismo tuvo y tiene internas, diferencias, puntos de desencuentro, pero un denominador común siempre prevaleció en sus filas: el énfasis colocado en el respeto a las instituciones y en que es posible gobernar con honestidad.
El PRO presidido por Mauricio Macri se constituyó como fuerza partidaria el 23 de octubre de 2005 y comenzó a gobernar desde el 10 de diciembre de 2007 en un solo distrito electoral, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La Coalición Cívica-Ari se creó en el año 2002 y no llegó a ocupar funciones ejecutivas, aunque sí ocupó cargos legislativos.
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Julio de 2021: el sábado 24 se definirá el cierre de listas con sus respectivas candidaturas a legisladores en todo el territorio nacional. El 12 de septiembre se desarrollarán las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) y el 14 de noviembre podremos celebrar las elecciones generales de medio término. Cada dos años se renuevan los cargos legislativos y en esta ocasión como en las anteriores, se renovará la mitad de la cámara de diputados (127 de un total de 257; las 130 bancas restantes se disputarán en 2023) y un tercio de la cámara de senadores (24 de un total de 72; en 8 provincias se efectuará la renovación de la cámara alta).
Cuando se conformó Cambiemos (constituido desde su génesis por el PRO, la UCR y la Coalición Cívica-Ari) y compitió en las elecciones de 2015 contra el kirchnerismo de Cristina, se conformó una coalición electoral que manifestaba pretender aquello que gran parte de la ciudadanía reclamaba: la alternancia en el poder y que se investiguen infinidad de causas penales que daban que hablar. Y esta demanda de la sociedad se plasmó en la victoria de Cambiemos. Gobernó el presidente Mauricio Macri, luego de que en una interna previa a las elecciones (contra el radical Ernesto Sanz y Elisa Carrió de la Coalición Cívica) obtuvo el título de candidato a presidente. Poco tiempo después, la coalición electoral conformada por las tres fuerzas partidarias, quedó constituida en una coalición de gobierno conducida por Macri y hegemonizada por el PRO, sin que los mayores referentes del radicalismo ni de la Coalición Cívica alzaran las voces de “protesta”.
¿El radicalismo volverá esta vez a enamorar?
Solo un puñado de ciudadanos y funcionarios políticos de larga militancia radical mostraron incomodidad al ver a su partido centenario transformarse en un mero “convidado de piedra”. El resto de la dirigencia y militancia radicales parecía aceptar casi con resignación que el 2001 había abatido a la UCR, y que tal vez una fuerza partidaria que apenas se había constituido hacía 10 años y que solo tenía presencia electoral en un solo distrito, merecía llevarse todos los premios, utilizando para lograr tal cometido, la estructura partidaria y territorial del abatido partido centenario. Por su parte, la fundadora de la Coalición Cívica, Carrió, pasó a venerar a Mauricio Macri, y decidió relegar cualquier espacio de poder que pudiera quitarle fuerza al nuevo presidente. La hegemonía del macrismo se logró sin prácticamente resistencia alguna por parte delos dos partidos que debían compartir poder, pero que resultaron sometidos en esta nueva coalición de gobierno PRO.
Cambiemos gobernó desde 2015 a 2019. En 2019 la coalición fue rebautizada bajo el nombre de Juntos por el Cambio (JxC), y perdió las elecciones presidenciales frente a la nueva coalición peronista, Frente de Todos (FdT), constituida por el kirchnerismo de Cristina, Alberto Fernández y Sergio Massa. La fórmula Alberto Fernández/Cristina Fernández de Kirchner del FdT venció en las urnas a la fórmula Mauricio Macri/ Miguel Ángel Pichetto de JxC. Asimismo, el FdT logró obtener mayoría absoluta en la Cámara de Senadores y ser primera minoría en la Cámara de Diputados.
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Una pandemia por coronavirus irrumpió en marzo de 2020. En este estado de situación, el jefe de gobierno porteño del PRO, Horacio Rodríguez Larreta, concentró enorme poder desde el minuto cero de comenzada la pandemia, trabajando codo a codo con el presidente Alberto Fernández, mientras Mauricio Macri tomaba distancia de la coalición opositora. Elisa Carrió comenzó a acercarse progresivamente al “Rodríguez Larreta team”.
Si bien pasaban los meses y Rodríguez Larreta comenzó a mostrar importantes disidencias con el gobierno de Fernández/Fernández, el PRO empezó a dividirse entre los “duros” macristas y los “blandos” larretistas, de cara a una campaña electoral para enfrentar al oficialismo (los primeros con mayor rigor y los segundos con más moderación). Por su parte, el radicalismo advirtió, por fin, que durante estos años de coalición no hubo ni juntos ni cambio, y que aquello que sí ocurrió es que Macri cuando gobernó gobernó mal, mientras que el partido centenario siguió conquistando territorialidad.
El 21 de marzo, los boina blanca midieron su fuerza electoral a partir de una interna en la Provincia de Buenos Aires (PBA) donde pudieron constatar que el partido centenario no estaba en absoluto abatido sino preparado para dejar de ocupar un lugar periférico en la coalición macrista/ larretista. Y lo que pretende ahora el partido centenario en una coalición de partidos, es compartir poder, corresponde.
Pero sucede que los “blandos” larretistas no aceptan listas encabezadas por radicales. Así, en el distrito más importante a nivel electoral (la PBA) habrá internas partidarias (PASO) entre dos listas, una encabezada por Diego Santilli (que ya renunció a ser vicejefe porteño para alistarse como primer diputado nacional) y la otra encabezada por el neurocientífico radical, Facundo Manes, quien fue requerido por los popes del radicalismo para disputar la lista ganadora de diputados nacionales de JxC.
El larretismo insiste en que conviene la unidad y en que estas internas pueden impactar en divisiones distritales al interior de la PBA, lo cual puede llevar a una división de la oposición y a brindar ventaja el kirchnerismo-albertismo-massismo.
En la ciudad porteña encabezará la lista a diputados la larretista María Eugenia Vidal. En la PBA encabezará una lista a diputados el larretista Diego Santilli. Y no hubo modo de que el larretismo acepte una lista de unidad para que pueda encabezarla un radical con enorme alcance y alta aprobación a nivel nacional, como lo es Facundo Manes.
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El radicalismo despertó, el macrismo pierde vigor, el larretismo codicia poder, el kirchnerismo- albertismo-massismo, luego de una mala gestión de gobierno, se cohesiona por temor a perder bancas en ambas cámaras.
Las urnas muy pronto ubicarán a cada uno en su lugar. Y que la coalición JUNTOS (denominada así a partir de estas elecciones en la PBA) se fortalezca o se debilite, no depende de que el radicalismo siga cediendo el lugar que se merece y no logra disponer hace 6 años, depende de la disposición que tenga el PRO “blando” de compartir poder con sus socios JUNTOS.
* Sandra Choroszczucha. Politóloga y Profesora (UBA).