OPINIóN
Vínculos

Reconfiguraciones familiares

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En números. En los últimos años se produjo una caída del 36% en la natalidad. | shutterstock

Recientes informes sacaron a la luz cómo en los últimos diez años se produjo una caída del 36% en la natalidad en todo el país, fenómeno que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires llegó al 44%. En paralelo, con el incremento de la esperanza de vida, se invierte la pirámide poblacional, abriéndose el camino para reflexionar y actuar en torno a las implicancias de estos efectos en la proyección vital y educativa de la sociedad.

A corto y mediano plazo, la caída de la natalidad impacta a nivel macro en la matrícula escolar de los primeros niveles del sistema educativo (que en CABA se redujo al 17% en el tramo obligatorio del nivel inicial, y al 20% en el ingreso al nivel primario), pero también en otras variables que entrecruzan la institución escolar, entre las que se destacan la organización pedagógica y el vínculo con las familias. Y a nivel micro en la institución familiar, en lo relativo a su configuración y número de integrantes.

Este panorama abre interrogantes, de los que queremos resaltar uno en particular: ¿cómo involucrar las reconfiguraciones familiares en la participación de la escuela para promover que los alumnos florezcan con hábitos positivos que impacten en su bienestar y en el de la comunidad?

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Para darle respuesta, una acción insoslayable se encuentra en el resguardo de espacios de capacitación docente continua, caracterizados por una sólida fundamentación basada en la evidencia que permita abordar las problemáticas emergentes del ámbito familiar y social.

Asimismo, para promover esa involucración, podrán considerarse ciertas dimensiones claves en el vínculo familia-escuela que se operarán gracias a la sinergia de distintos actores institucionales (docente, equipo de orientación, etc.): (a) priorizar la personalización del vínculo; (b) diseñar un plan estratégico para fortalecer el vínculo; (c) generar una comunicación proactiva, positiva y mantenida en el tiempo (no solo supeditada a dar malas noticias); (d) ofrecer orientaciones prácticas; e) brindar un seguimiento y monitoreo programado.

Particularmente, con priorizar la personalización del vínculo nos referimos al proceso de aprendizaje individual que afecta a cada alumno y, por tanto, a la familia de la que forma parte. Pero también al esfuerzo por promover su desarrollo integral, por medio de la propuesta de actividades creativas focalizadas en el autoconocimiento y la adquisición de hábitos positivos o virtudes; más aún de aquellos que afectan las relaciones interpersonales (como la empatía, la solidaridad, la generosidad, la ciudadanía, el trabajo en equipo), al ser precursores de mejores índices de bienestar y de un clima escolar equilibrado.

En este sentido, la priorización de determinadas virtudes que vertebren el proyecto escuela y que se adapten a cada nivel de enseñanza, es una estrategia fundamental para trabajar mancomunadamente con las familias, posibilitando otros canales de comunicación y de seguimiento de los chicos.

De esta manera, la disminución de la natalidad, si bien abre incertidumbres, despliega otras ventanas de oportunidad que podrán traer aires frescos para renovar la personalización del acto educativo, el acompañamiento a las familias y la promoción de un entorno más justo y comprometido con los valores democráticos tan necesarios en el siglo XXI.

*Secretaria de Investigación y directora del Doctorado en Educación de la Escuela de Educación de la Universidad Austral. **Investigadora y docente asociada de la Escuela de Educación de la Universidad Austral.