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¿Qué puede hacer el gobierno para acelerar la recuperación? El rol del crédito al sector privado

Si bien la sanción de la Ley Bases o el Régimen RIGI pueden ayudar a recuperar la inversión en ciertos sectores, los que han trabajado en grandes proyectos saben que existe una brecha de tiempo considerable entre esas decisiones y la concreción de sus efectos.

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Sigue en baja. La actividad económica volvió a ser una noticia negativa para el Gobierno. | cedoc

En su reciente Staff Report, el Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó contra el riesgo de una recesión prolongada. Pero, más allá de garantizar el superávit fiscal, ¿qué puede hacer el Gobierno hacer para acelerar la recuperación económica?

Esa es la pregunta que inquieta a aquellos que ven bien encaminado al programa económico, pero temen que la paciencia de los ciudadanos se agote antes de ver los frutos de una macro ordenada.

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Esto es porque, si bien la sanción de la Ley Bases o el Régimen RIGI pueden ayudar a recuperar la inversión en ciertos sectores, los que han trabajado en grandes proyectos saben que existe una brecha de tiempo considerable entre esas decisiones y la concreción de sus efectos.

Lo mismo sucede con la recuperación del salario y del poder de compra de los consumidores. Ello llevará tiempo. Entonces, la pregunta del millón es si puede o no hacer algo efectivo el Gobierno para acelerar los beneficios de una macro más ordenada en el corto plazo.

La respuesta es positiva y una de las políticas que ayudaría es favorecer el aumento del crédito.

Cómo puede ayudar el aumento del crédito a recuperar la economía

El sistema financiero de un país tiene un rol importante: reducir las ineficiencias derivadas de la existencia de costos de información y de transacción entre los agentes económicos, favoreciendo la intermediación del ahorro hacia los agentes que prefieran consumir o invertir.

Revisando la literatura económica sobre rol del sistema financiero y crecimiento, vemos que esta se centra en el papel central del ahorro en los diferentes modelos de crecimiento como elemento clave para garantizar la acumulación de capital (inversión) y sus efectos potenciales sobre la productividad total de los factores (otros efectos positivos).

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En la Argentina actual, el volumen del crédito y su costo son factores determinantes del crecimiento económico por varias razones. En ese sentido, la relación crédito privado-crecimiento económico es “bidireccional” como lo han mostrado algunos estudios empíricos y en las circunstancias actuales es un factor indispensable.

Ello es así, en primer lugar, porque la intermediación financiera se encuentra en mínimos históricos de los últimos años, representando menos de un 10% del Producto Bruto Interno (PBI), a causa de la alta inflación y el incumplimiento de los contratos por parte del Estado con los acreedores.

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Recuperar el valor moneda, que es el ancla del programa económico actual vía compromiso deno financiar al Tesoro, es condición necesaria, pero no suficiente, para aumentar el préstamo privado. Ya que ello debe ir garantizado por el respeto irrestricto de los derechos de los inversores y acreedores.

Para eso, es necesario ponerle fin a la “represión financiera” heredada, fundamentalmente la infinidad de regulaciones, con la eliminación gradual y progresiva del cepo.

En efecto, se despejará la incertidumbre cuanto antes el Gobierno levante las restricciones, al menos sobre los dólares financieros CCL y MEP, se defina la regla o modelo monetario y cambiario y se creen las condiciones para la “competencia de monedas”.

La visión clásica de los manuales es que el nivel de financiamiento aumenta con el crecimiento económico, ya que la demanda depende no sólo de la tasa de interés, sino además y, en gran medida, de las expectativas futuras de crecimiento y nivel de actividad, entre otras cosas.

Es decir, que es un efecto positivo de la expectativa de crecimiento. ¿Pero podría suceder al revés en nuestra economía? La respuesta es que sí podría, por esto del efecto “bidireccional” que se ha mencionado anteriormente.

Esto es evidente para la Argentina, que viene de niveles tan bajos de crédito al sector privado que el mayor volumen de oferta financiera será un factor determinante de la futura reactivación económica al recomponer la cadena de pagos y recuperar los niveles de inversión. En especial, para las pequeñas y medianas empresas (PYME), que es el que tiene un efecto más dinámico en
la economía.

En este marco, la demanda de crédito podría crecer muy rápido producto de que las empresas e individuos tienen muy bajos niveles de deuda, y esa capacidad de endeudamiento es relativamente alta tanto en empresas como en individuos.

A su vez, la casi la totalidad de las inversiones en bienes de capital se financian en forma endógena con ganancias retenidas, pero cuando haya crédito disponible en costos accesibles, los agentes podrían reemplazar parte de esa fuente endógena y complementarla con crédito;

En tanto, la devaluación del dólar oficial impactó fuertemente en el consumo y generó una repentina reducción de ingresos. Pero al estabilizarse los precios, los salarios comienzan a recuperarse y el crédito al consumo también. Y si esa expectativa se mantiene, aumenta la demanda de crédito.

El crédito es fundamental para que las empresas recompongan y financien el capital trabajo y pueden financiar estrategias comerciales más agresivas para aumentar ventas, cómo es alargar plazos de pagos

Con capacidad instalada ociosa, la inversión crecerá lentamente, pero el crédito puede ayudar inicialmente a incentivar la llegada de fondos destinados a reemplazar capital amortizado. Si bien no hay muchos trabajos sobre la Argentina, los estudios empíricos muestran que para economías de ingreso bajo o medio, como las de Latinoamérica, el crédito al sector privado incide significativa y positivamente sobre el crecimiento del producto.

La elasticidad promedio, coeficiente común a países de renta media encontrada en estudios empíricos, fue relevante e igual a aproximadamente un 5%. Y considerando que tanto la variable explicada como la explicativa están en diferenciales logarítmicos, este parámetro implica que por cada 20% que crecía el crédito, la contribución al producto por ese único facto es de un 1%.

Si se tiene en cuenta que el nivel de financiamiento privado actual (profundidad financiera) es casi la mitad del que existía en el 2015, el potencial del aumento es muy considerable y solo dependerá de garantizar las “reglas del juego” para lograrlo.

* Economista y Abogado, socio de Nicholson y Cano