Muchos análisis han intentado resumir las diferencias entre los partidos norteamericanos sobre cómo conducir las relaciones exteriores de la primera potencia mundial en el medio de la campaña electoral. Un estudio sólido sobre el tema lo ofrece el Council on Foreign Relations en su reporte: “Los candidatos de 2024 en política exterior”.
Sobre la Inteligencia Artificial, ambos espacios políticos comprenden el tema en relación con la competencia con China e intentan regularla, pero los demócratas presentan una concepción más federal de las políticas a aplicar.
A China ambos la ven como el rival estructural del futuro. Para los demócratas, es la principal amenaza a la seguridad nacional en términos militares y comerciales y buscan disminuir el riesgo de la interdependencia. Trump se enfocará más en instalar medidas proteccionistas y reducir el déficit comercial.
En relación al cambio climático, Trump ha prometido ampliar la producción de combustibles fósiles, salir de los acuerdos internacionales y revisar la política ambientalista del legado de Biden. Por el contrario, los demócratas consideras el tema como la “amenaza más importante para la humanidad”.
Si comparamos a ambos en el plano militar y de la OTAN, observamos diferencias cruciales. Los demócratas son defensores del multilateralismo y de la consolidación de la alianza atlántica. Asimismo, seguirán planteando una coordinación de los aliados occidentales para enfrentar a Rusia y China. Un poco alejado de esta visión y del peligro de Rusia y China coordinadas –sumado a la impredecible Corea del Norte-, se encuentra Trump y su decisión de retirar a los Estados Unidos de la OTAN.
Específicamente en el tema de la guerra en Ucrania se centra la continuidad demócrata a la ayuda económica para la defensa y su retiro financiero por parte de Trump.
La economía sigue siendo central para la fortaleza de cualquier país y sus relaciones exteriores. En este sentido, los demócratas proponen una agenda más desarrollista en sentido clásico. Trump, acentúa la reducción de impuestos, la desregulación de la economía y el recorte del gasto estatal.
En relación a la salud global ha divido la problemática en diferencias profundas. Lo demócratas liderados por Kamala Harris, profundizarán la idea de fortalecer a la OMS e incrementar el gasto público en la salud social, mientras que Trump se orienta a una iniciativa público-privada y podría volver a retirar al país de la organización, que fue reintroducida por Biden.
El problema de la inmigración también se desataca por las contradicciones. Frente a una política más humanista de los demócratas – de ampliar la protección de asilados y refugiados así como el fortalecimiento del programa de visas para trabajadores- la política de dureza de Trump se inclina por una rigidez en los ingresos y la facilitación de la deportación de los inmigrantes.
En relación con el escenario en Medio Oriente – tanto la situación en Israel como los ataques de los hutíes y las amenazas de Irán- tienen para ambos candidatos prioridades y políticas que se diferencian en la solución de dos estados por parte de los demócratas, que es bloqueada por Trump.
Finalmente, la voluntad popular norteamericana –mediada por el colegio electoral- decidirá sobre el destino de los Estados Unidos y su influencia en el sistema internacional.
*Profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Austral.
