OPINIóN
Precisiones

Pasando en limpio qué es el feminismo

“Los derechos de las mujeres se deben anteponer a cualquier lealtad partidaria, sindical o cultural”, sostiene la autora, especialista en la temática. Algunos puntos necesitan recordarse para comprender los alcances de la defensa de los derechos igualitarios.

Violencia de genero
VIOLENCIA DE GÉNERO. Tras el aislamiento por la pandemia de Covid-19, se registró un salto abrupto en la cantidad de denuncias. | Cedoc Perfil

En base a mi extenso trabajo filosófico sobre violencia contra las mujeres, siento la necesidad de formular algunas precisiones sin pretender invadir terrenos políticos, médicos o psicológicos que me son ajenos. Por esa razón, sólo enumeraré cuestiones básicas en juego que entorpecen la comprensión de hechos y problemas:

1. Desde aproximadamente el primer tercio del siglo XIX, el feminismo se define como “defensa de los derechos igualitarios de las mujeres”. Se trata de un espacio conceptual y de activismo que ha sufrido diversas profundizaciones y aportes teórico-filosóficos, que han hecho variar sus enfoques, pero no su objetivo fundamental. 

Por tanto, el feminismo es mucho más amplio que una o alguna de sus corrientes. Pretender lo contrario es cometer la falacia pars pro toto; en castellano sencillo “tomar la parte por el todo”. Esta afirmación es válida tanto para defensores como para retractores de una corriente determinada.

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2. Durante los primeros años de la recuperación de la democracia asistí a fuertes debates entre las feministas históricas, en los que se defendía o bien la autonomía y la independencia o bien la institucionalización del feminismo vinculado a fuerzas políticas partidarias. 

Considero que el debate sigue siendo válido y merece atenderse para recuperar una premisa fundante de los feminismos: los derechos de las mujeres se deben anteponer a cualquier lealtad partidaria, sindical o cultural. Otro debate pendiente es la articulación entre el feminismo autónomo y la institucionalización de las demandas.    

3- Es premisa de la atención en casos de violencia contra las mujeres creerle a la víctima. Luego, establecer una investigación de todas las circunstancias que rodean el hecho, incluso de aquellas que puedan privar a las víctimas de su libertad de determinación, llevándolas a una situación de reducción a servidumbre, tal como lo define nuestro código penal.

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4- Se debe evitar la espectacularizacion de la situación. Víctimas, testigos y demás personas involucradas merecen respeto a su intimidad y a la profesionalidad de sus investigaciones.

5- Solo las personas idóneas deben realizar diagnósticos médico-psicológicos-socio-ambientales en los contextos pertinentes. La vieja sentencia psicoanalítica “toda interpretación fuera de sesión es una agresión” sigue vigente.

6- Nuestra sociedad se merece un debate amplio en torno a la distinción entre la libertad de informar y de ser informado, y difundir información que pueda interferir en una investigación, una defensa o una acusación. 

Estas breves líneas directrices se aplican a muchos casos, que cada lector/a sabrá interpretar.

Filósofa. Autora de “Claves sobre la violencia contra las mujeres