OPINIóN

Otra vez los migrantes como chivo expiatorio

En el país hay 122.769 estudiantes extranjeros universitarios, el 4.3% de la matrícula total. El gobierno los convierte en la causa de que el sistema educativo no funcione, “infla el fenómeno” para desviar “su incapacidad desostener una educación libre y gratuita”, sostiene el autor.

Marcha de universidades
Marcha de universidades | CEDOC

La actual administración, encabezada por el Licenciado Javier Milei, se topó esta semana con una movilización histórica. No tanto por su magnitud y extensión geográfica (aunque ambos aspectos fueron notables), sino por su carácter horizontal: en las calles se encontraron desde organizaciones estudiantiles como La Mella o Franja Morada, figuras de la política nacional que iban desde Miriam Bregman, pasando por Guillermo Moreno y Martín Tetaz, hasta Horacio Rodríguez Larreta y Sergio Massa. Profesionales, changarines, estudiantes, jubilados: todos caminando en defensa de la universidad pública.

Las reacciones del gobierno hasta ahora fueron tres: ratificar el veto, protestar sobre el carácter "político" de la marcha y, por último, culpar a los estudiantes migrantes, como si ellos fueran, de alguna manera, los causantes del problema de la financiación educativa. Pero, ¿qué dijo efectivamente el gobierno sobre esto último y cuánto de verdad empírica y legal tienen sus afirmaciones?

A través de la cuenta oficial del Ministerio de Capital Humano en X (antes Twitter), el gobierno quiso instalar la idea de que los migrantes son culpables del costo educativo: "El costo de financiar estudiantes extranjeros. El 21.8% de los estudiantes de medicina en universidades públicas son extranjeros. ¿Podemos sostener este modelo?", versa la imagen. Luego, el gobierno dejó entrever que reglamentará el cobro de aranceles a estudiantes extranjeros no residentes en las universidades.

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Vayamos primero a este último punto. 

En nuestro país, uno no puede inscribirse en la universidad sin tener DNI argentino. Este documento puede obtenerse tanto en carácter de residente temporario como permanente, pero en cualquier caso, todo estudiante extranjero ya tiene residencia. Incluso, de acuerdo con la Resolución Ministerial Nº 1523/1990 (del ex Ministerio de Educación y Justicia), los estudiantes extranjeros no residentes deben obtener un permiso en el consulado argentino de su lugar de origen si desean estudiar en nuestro sistema universitario. En cualquier caso, estamos hablando de que la enorme mayoría (si no todos) de los estudiantes universitarios extranjeros ya son residentes, ¿a quién planean cobrarles?

Ahora veamos los números. De acuerdo con estadísticas provistas por el mismo Ministerio de Capital Humano, en Argentina hay 122.769 estudiantes extranjeros (tanto de grado como de posgrado), de los cuales 91.984 estudian en el ámbito público y 30.785 en el ámbito privado. Lamentablemente, el informe no brinda estadísticas desagregadas, por lo que no podemos saber qué carreras estudian, en qué universidades nacionales están, cuál es el tiempo promedio de egreso, etc. De todas formas, lo que sí sabemos es que la participación de estudiantes extranjeros en el sistema público representa solo el 4.3% de la matrícula total (en grado y posgrado).

Por lo tanto, la utilización del 21.8% (un número opacoque no se sabe cómo fue calculado) parece responder más a la voluntad de inflar un fenómeno para generar sensacionalismo que a informar a la población sobre una realidad existente. Uno puede estar o no de acuerdo con que los estudiantes extranjeros estudien gratuitamente, pero lo que no se puede discutir son los datos empíricos.

La participación de estudiantes extranjeros en el sistema público representa solo el 4.3% de la matrícula total (en grado y posgrado)"

También podríamos preguntarnos si el sistema educativo realmente se pone en jaque por un 4.3% más de estudiantes: ¿hay acaso comisiones enteras que podrían cerrarse y así "ahorrar" el "costo" de mantener la estructura humana y edilicia por ese número, que se reparte entre las 61 universidades e institutos universitarios nacionales y las más de 9.000 carreras de pregrado y grado? 

Si un plan económico puede desestabilizarse porque 122.000 personas estudian (que, dicho sea de paso, consumen y pagan impuestos como cualquier otro ciudadano), quizás el problema sea el plan económico en sí mismo.

Además de lo aritmético, el Ministerio de Capital Humano no parece considerar los efectos positivos de contar con aulas internacionalizadas y la exposición a diversas culturas y bagajes socioculturales que los estudiantes extranjeros aportan al sistema (¡y a la formación de capital humano!). Todos los rankings universitarios globales incluyen entre sus métricas indicadores sobre la tasa de estudiantes no locales, porque está ampliamente reconocido que esto impacta positivamente en el desarrollo universitario de las personas.

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Quizás sea momento de que dejemos de referirnos al gobierno con el adjetivo "liberal". Alberdi, bandera del liberalismo argentino y reivindicado por el propio Milei, sostenía la relevancia y el aporte a la Nación Argentina de los migrantes. Es hora de que llamemos al gobierno por lo que realmente es: un grupo de reaccionarios que encuentran en el "otro" extranjero un chivo expiatorio al cual culpar por su incapacidad para sostener una educación libre y gratuita para nosotros y para todos los hombres del mundo que deseen habitar el suelo argentino.

*Lic. en Estudios Internacionales (UTDT). Magister en Gobernanza Transnacional (EUI-STG). Doctorando en Ciencias Sociales y Política (EUI-SPS)