La democracia argentina atraviesa un momento de profunda crisis. La desconfianza en nuestras instituciones es alarmante: solo el 17% de la población confía en el Estado, mientras que en otras democracias el promedio es del 47%. Según el último informe de Latinobarómetro, apenas el 37% de la ciudadanía argentina está satisfecha con el desempeño de la democracia. Esta situación tiene implicancias directas en nuestra capacidad para abordar los desafíos estructurales que enfrenta el país, como estabilizar la economía, reducir la pobreza, mejorar la educación y combatir la inseguridad.
En este contexto, la boleta única papel (BUP) es una herramienta clave para avanzar hacia una mayor transparencia y equidad en el sistema electoral. En particular, para comenzar a reconstruir la confianza entre representantes y representados. El actual sistema deja en manos de los partidos políticos la impresión, distribución y custodia de las boletas, lo que puede derivar en un acceso desigual a la oferta electoral y, en algunos casos, en problemas logísticos que afectan la transparencia del proceso.
La BUP ofrece una solución a estos problemas al centralizar en el Estado la producción y distribución de las boletas. Esto garantiza que todos los votantes, independientemente de su ubicación geográfica o del tamaño del partido al que apoyen, tengan acceso a una oferta electoral completa.
La BUP también mejora la experiencia de los votantes. En las provincias donde ya se ha implementado (Córdoba, Santa Fe y Mendoza), los resultados fueron alentadores: un estudio de Cippec de 2015 mostró que más del 90% de los votantes en Santa Fe calificó la BUP como un instrumento bueno o muy bueno, y más del 60% afirmó que resultaba más fácil votar con este sistema que con la boleta partidaria tradicional.
Hace más de una década que desde Cippec venimos impulsando la discusión sobre la adopción de la BUP, con la convicción de que es una medida necesaria para mejorar la representatividad y fortalecer nuestra democracia. En 2022, este esfuerzo se tradujo en la media sanción de un proyecto de ley para adoptar la BUP a nivel nacional, que ahora está listo para ser debatido en el Senado. La adopción de la boleta única papel no solo es una cuestión técnica o administrativa: es una herramienta poderosa para reducir la brecha de confianza que hoy existe entre los ciudadanos y sus representantes.
Se necesitan reformas que permitan reconstruir los lazos de confianza no solo entre el Estado y la ciudadanía, sino también entre los distintos actores que participan de la vida democrática: partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil, sindicatos y medios de comunicación, entre otros. Para que nuestra democracia sea más fuerte y resiliente es imprescindible contar con herramientas que aseguren una representación más fiel y justa de la voluntad popular.
Implementar la BUP es un paso concreto en esa dirección, ya que ha demostrado su efectividad en varias provincias argentinas y en otros países del mundo. Su adopción no solo modernizará nuestro sistema electoral, también enviará una señal clara de compromiso con la transparencia, la equidad y la representatividad democrática. Ojalá sepamos estar a la altura de esta oportunidad histórica y avanzar decididamente hacia una democracia más fuerte, inclusiva y participativa.
La discusión en el Senado será un momento clave para demostrar que estamos dispuestos a realizar los cambios necesarios para fortalecer nuestra democracia. Desde Cippec confiamos en que sea posible avanzar en la sanción de la boleta única papel en el Honorable Senado de la Nación en esta semana y comenzar a resolver los desafíos que nuestro país arrastra hace ya demasiado tiempo.
*Directora ejecutiva de Cippec.
