La libertad como botín de la política
¿Qué le está pasando a nuestra libertad? La cuarentena “solidaria” ha sido en todo sentido la puerta de entrada para violar los principios básicos de nuestra Constitución. Sin plan ni visión, el gobierno se aferró a la crisis sanitaria como trinchera e hicieron que las actividades de la vida diaria pasaran a ser un botín de la dirigencia política. En este sentido el Presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou le dió una lección a nuestro mandatario sobre los deberes de la investidura afirmando “En Uruguay la libertad es un bien preciado”. El Oriental nos recordó que desde marzo somos rehenes de una gestión sin rumbo y que atenta contra preceptos básicos. El propio Ministro de Salud de la Nación Ginés González García admitió que la prohibición a los runners era por una cuestión de imagen más que por los contagios que efectivamente se podían producir. Es decir, llegaron al límite del descaro de jugar con la libertad de las personas, promoviendo restricciones e iniciando acciones penales, secuestro de vehículos y otras prácticas que repugnan nuestras bases sociales por la persecución de un delito inexistente que castiga la propagación de un “virus misterioso”.
Frente de Todos (los quilombos)
El propio Alberto Fernández, cual dictador, dijo que "La libertad se pierde cuando uno muere, para ser libres hay que vivir”. Estos mismos dirigentes que prohiben reuniones sociales de amigos y familiares, se mostraron haciendo actos políticos y celebraciones sin una protección responsable. Hoy el número de contagios bate records todos los días en la Provincia de Buenos Aires Nac&Pop, estamos camino a estar 15 del ranking mundial, con el agravante que los expertos estiman que el número real hay que multiplicarlo por 10. El desastre de administración de la cuarentena ha dejado en evidencia las violaciones a nuestra libertad por parte del Poder Ejecutivo con complicidad de los demás poderes del Estado.
Fantasmas del pasado
Esta gestión no volvió mejor, vino acompañada por los fantasmas del pasado. El asesinato de Fabián Guitiérrez, ex secretario de Cristina Fernández, nos recordó el saqueo y lo lenta que es la justicia para hacer lo suyo con la Vicepresidente Cristina Fernández. La muerte de este hombre que se retiró de la función pública en 2010 con 36 propiedades, 35 autos de alta gama y 3 embarcaciones pretendió ser abordado como un crimen pasional, pero rápidamente salió a la luz lo que era casi lo obvio, los autores estaban detrás del tesoro K. El robo comando en un destacamento de Prefectura en Ezeiza, donde se llevaron armas, chalecos y municiones, también nos trajo a otro espectro del pasado vinculado a actos de violencia que hubiéramos preferido olvidar. De la misma forma el caso de Jorge Ríos, jubilado que mató a uno de los 5 delincuentes que entraron a su caso para robar y golpearlo es síntoma de un Estado que no cumple con sus misiones básicas. La inseguridad volvió con fuerza y se coronó con el conflicto entre Sergio Berni y Sabina Frederic.
Regreso al pasado con futuro impredecible
En efecto, vemos que todo se repite. Cada vez que el gobierno se dispone a llegar a un acuerdo con los bonistas avanza sobre la propiedad privada. Así lo hicieron con Vicentin, y recientemente respecto de Edesur. Sumemos a todo lo dicho la llamada “reforma judicial”, que es una maniobra política fuera de contexto de las necesidades de la sociedad y con el único objetivo de resolver los problemas de la Vicepresidente con sus causas pendientes. El propio Presidente retiró 135 pliegos de jueces que había enviado Mauricio Macri, creando con este proyecto más de 300 nuevos puestos para designar. Es decir, lejos de tener más administración de justicia, solo se lograría un incremento del comercio político de la rosca de siempre. Con todo esto, era obvio que la reacción no se iba hacer esperar. La gente volvió a la calle el 25 de mayo, el 20 de Junio y el 9 de Julio. Las fechas patrias se han convertido en el motor de la expresión popular. En cada oportunidad la protesta ha sido más grande que la anterior, reflejo de un hartazgo que esta a flor de piel y que la dirigencia no sabe interpretar ni dar una adecuada respuesta.
Sin rumbo ni futuro a la vista
“No hay plan”. Esa es la consigna en materia económica del Presidente Alberto Fernández, quien lo manifestó a nuestra prensa, y lo que es peor ante le Council of the Americas. Entre 1998 y 2002 la actividad económica cayó un 21%. En abril pasado, en apenas un mes, la caída fue del 27%. Esa gesta se repitió en mayo con un -20% cuando la cuarentena no era tan estricta. En el período 2018-2019 cerraron 21.750 empresas, mientras que en apenas 60 días del gobierno de los “solidarios” cerraron 18.000 empresas, unas 310 por día. Ese número llega a 25.000 desde el comienzo del mandato. Esta gestión dejó sin trabajo a 285.000 personas que estaban en blanco a pesar de la doble indemnización. Llegamos al punto donde se despide sin que cause temor la sanción.
Losardo: la reforma judicial es para que "los jueces puedan trabajar con más rapidez"
El 53% de los inquilinos prevén cerrar locales durante este año. Las ventas minoristas cayeron 34,8% en Junio, y esa baja es del 43% si no consideramos a los servicios esenciales. En el resto del país es del 20% donde ya hay actividad. Farmacias y alimentos tienen bajas del 12% y el 19%. La construcción cayó en mayo 48% i.a. La participación de las exportaciones industriales en el total del comercio exterior está en el mínimo histórico. En el primer semestre del año la baja fue del 11% interanual y las importaciones un 23,30%. La balanza comercial terminó con un superávit de u$s 8.097 millones. En efecto, este año tendremos el mayor derrumbe económico de la historia Argentina, superando lo ocurrido en el 2001. El desempleo será del 15% si la pérdida de puestos laborales se ubica en un millón entre el registrado e informal. Si la destrucción de la producción nos parece poco, la inflación de Junio fue de 2,2% y el acumulado es de 42,8%. En lo que resta del año van a emitir el doble de billetes que todo lo del 2019, importando billetes de Alemania, España y Brasil. Sumemos a esto que, en Junio una familia tipo debió ganar $43.000 para no ser pobre, algo así como u$s 338.
El gobierno de los “solidarios” ha envejecido prematuramente. Resta saber si cambiarán de rumbo o vegetarán durante 3 años más para pasar sin pena ni gloria por la vida de los argentinos.