Los efectos especiales son fantásticos, por eso generan sensaciones fantásticas. Pero las fantasías nublan la realidad. La realidad ¿debería ser nublada, si lo que pretendemos es encararla?
La fantasía kirchnerista de que la inseguridad era una sensación o de que el déficit fiscal persistente no genera inflación, a muchos irritaba y a muchos más, perjudicaba.
Porque en sintonía con esa irrealidad no se encaraban dos flagelos que nos arruinaban la vida y la calidad de vida de millones de ciudadanos.
En una Argentina polarizada al palo, suponen de una parte que, si el kirchnerismo construye irrealidades paralelas, el anti kirchnerismo entonces construye solo sobre la verdad. Pero la Argentina polarizada nubla, porque la polarización también es una fantasía.
Solamente por estar en contra de ideas y acciones políticas kirchneristas (muchas que nos han perjudicado), no te transformas en un ser genial. Y esto es lo que no entienden los extremistas anti k, en especial los extremistas libertarios.
Las fantasías además pueden ser promotoras del amor o del odio. Y el odio es el móvil de estos fantasiosos extremistas, que se enfrentan ante una parte de la sociedad que no les cree nada, mientras adoran a la otra parte que les cree todo.
En la última cumbre económica celebrada en Davos, el presidente Milei no mencionó prácticamente ningún dato económico, no destacó la importancia de Vaca Muerta, de los recursos naturales extra fabulosos que tiene Argentina para ofrecer al mundo o de las inversiones que espera que lleguen pronto para quedarse frente a una inflación encarrilada.
En esta Cumbre el presidente Milei se dedicó principalmente a descalificar todo lo hecho en materia de derechos de la mujer o de las comunidades LGBT en Argentina, porque el kirchnerismo se embanderó detrás de estos colectivos.
Muchas veces se embanderó mal, porque aumentaron los femicidios o porque no se resolvieron problemáticas varias que atormentan a las mujeres, pero algunos grandes avances se lograron, como la institución del matrimonio igualitario o una vida mucho más digna y libre, en torno a la diversidad de género.
Contra la cultura del descarte
Si el ministerio de la Mujer funcionaba mal y despilfarraba recursos, podría haberse reestructurado para que funcionara honesta y eficientemente. Pero el gobierno libertario decidió cerrarlo, y el presidente Milei decidió días atrás contarle al mundo que el femicidio no existe, y que una pareja de hombres homosexuales en Estados Unidos había adoptado a dos niños para luego abusar de ellos.
Un espanto el caso relatado por el presidente, y todos los ciudadanos de bien posta, nos encontramos deseosos de que esos dos padres se pudran en la cárcel.
Pero tomar un caso de una pareja homosexual para inferir que no ser heterosexual es una amenaza, es aberrante porque se pone en alto la homofobia y se sesgan y manipulan datos para generar más discriminación.
De comparaciones odiosas
En época de entreguerras en el siglo XX los nazis afirmaban que los judíos eran usureros y que esto los transformaba en los culpables de todas las miserias de la Tierra.
Tremendo fue que casi medio planeta le creyó a un demente criminal que comenzó a gobernar Alemania, y que mis abuelos judíos tuvieron que escaparse del Viejo Continente de manera vertiginosa porque si no lo hacían, yo no estaría escribiendo estas líneas.
La discriminación, el desprecio y las generalizaciones persecutorias son miserables y altamente peligrosas.
El caso del niño Lucio Dupuy fue tan aberrante que a partir de este asesinato por parte de su mamá lesbiana y su amante, se promulgó una ley, la ley Lucio, que instituyó una normativa que busca prevenir la violencia y el abuso infantil.
Y todos los argentinos de bien posta, despreciamos a esas dos mujeres y a la pareja gay norteamericana que nos contó Milei que abusó de sus dos hijos.
Pero también despreciamos al ex encargado heterosexual de un edificio que violó, mató y descuartizó a la estudiante Angeles Rawson hace escasos años, o a los hombres que violaron y mataron a María Soledad Morales, décadas atrás en Catamarca.
Lo aberrante es aberrante lo haga quien lo haga, con la preferencia sexual que sea y con la preferencia política que se le antoje.
Y esto es lo que no entienden los extremistas políticos y humanos.
Pero en medio de tanta fantasía, la realidad existe, porque los hechos y datos concretos existen, y en esa realidad existen los matices.
Y quienes pueden ubicarse en ese espacio matizado, sufren embates, insultos y malos tratos de los fundamentalistas que tienen la verdad revelada en blanco o negro.
En esta Argentina partida, los moderados saben que hoy están demodé y se callan, y se achican (metafórica y literalmente), y así se potencia más aún esa polarización, y prolifera la intolerancia, el desprecio y la violencia contra el que piensa o siente diferente.
En esta Argentina partida no hay paz para el que piensa y siente diferente, y desde ahora para vivir tu sexualidad como te guste vivirla.
En esta Argentina hay alta discriminación, y hay violencia; por el momento, verbal.