A raíz de las reiteradas referencias al escenario político de la Roma antigua en el discurso pronunciado por el Sr. Presidente de la Nación, Javier Gerardo Milei frente a legisladores y funcionarios del Estado Nacional, el pasado 15 de septiembre; nuestra condición de miembros de la comunidad científico-académica vinculada con el ámbito de los estudios clásicos nos demanda observar ciertas inconsistencias.
En dos oportunidades, el Jefe del Poder Ejecutivo citó al orador y filósofo romano Marco Tulio Cicerón, a quien le atribuyó, en un gesto apócrifo flagrante, haber escrito que “cuanto más se acerca el colapso de un imperio, más estúpidas son sus leyes” y que “el presupuesto debe equilibrarse, el tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada, y la ayuda a otros países debe eliminarse para que Roma no vaya a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar en lugar de vivir a costa del Estado”. Sin embargo, nada de esto halla asidero en los escritos conservados de Cicerón ni en el sistema político-económico de la Roma antigua.
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Resulta indisimulable el anacronismo incurrido al proyectar nociones tales como “imperio”, “presupuesto”, “deuda pública”, “países”, “bancarrota” y “vivir a costa del Estado” al proceso histórico de Roma tardorrepublicana (siglo I a.C.) en que vivió Cicerón:
- el imperio como forma de gobierno, en sentido estricto, comienza con Tiberio en el año 14 d.C., muerto Augusto;
- en la antigüedad, no existían “países” como los entendemos hoy en día: Roma era una ciudad-estado que concentraba el dominio de un vasto territorio cuyas fronteras iba expandiendo a través de guerras de conquista;
- “presupuesto”, “deuda pública”, “bancarrota” son términos que responden a una lógica capitalista que, huelga decir, nada tiene que ver con el mundo antiguo;
4) la expresión “vivir a costa del Estado” desconoce la condición esclavista de la sociedad romana en que no existía la idea de “trabajo” como la concebimos en la actualidad.
Los totalitarismos de derecha recurren a referencias al mundo clásico como principio de autoridad para sostener un proyecto político que somete a las grandes mayorías"
Con todo, más allá de las inexactitudes históricas y conceptuales, que no comportan novedad alguna en las expresiones del presidente, hay un gesto aún más preocupante: el de buscar en la cultura clásica los fundamentos para legitimar e imponer una única visión de mundo y excluir, violencia mediante, todas las demás.
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Tampoco esto es una novedad en la historia de Occidente; bien por el contrario, se entrama en una genealogía de los totalitarismos de derecha, en virtud de la cual se recurre a referencias al mundo clásico como principio de autoridad para sostener un proyecto político que somete a las grandes mayorías.
Después de una semana signada por la represión de la protesta social y la confirmación del veto presidencial a la Ley de movilidad jubilatoria, la comunidad universitaria toda se encuentra en estado de alerta, dada la inminencia de un nuevo veto, ahora, a la Ley de financiamiento universitario.
En un contexto de extrema crisis social y económica, profundamente agravada por las políticas del gobierno de Milei, el desconocimiento absoluto del presidente respecto de las citas de autoridad empleadas, nos moviliza no solo a poner en valor nuestras investigaciones en el campo de las Humanidades en general y de los Estudios Clásicos en particular, sino también a exigir con más fuerza que nunca al Congreso de la Nación que ratifique la ley sancionada a favor de las Universidades Nacionales para que sigamos construyendo colectivamente la educación pública, gratuita y de calidad que, como argentinos y argentinas, nos merecemos.