El presidente Javier Milei ha cometido una arbitrariedad muy grande al calificar de “traidores a la patria” a los diplomáticos que votaron en Naciones Unidas sosteniendo la tradición argentina en contra del bloqueo económico a Cuba. También planteó que los va a sumariar y echar de la cancillería.
Le quiero decir con humildad, que dicho voto no tiene solamente un fundamento de política exterior, sino que está cumpliendo con lo que dice la ley 24.871 sancionada en 1997 durante la presidencia de Carlos Menem.
En su artículo primero, párrafo segundo, la ley prohíbe votar un bloqueo económico o político a cualquier país del mundo: "Serán también absolutamente inaplicables y carentes de efectos jurídicos las leyes extranjeras que pretendan generar efectos extraterritoriales a través de la imposición de bloqueo económico, la limitación de inversiones en un determinado país, o la restricción a la circulación de personas, bienes, servicios o capitales, con el fin de provocar el cambio de la forma de gobierno de un país, o para afectar su derecho a la libre autodeterminación".
Mondino, diplomática: se fue elogiando a Milei por sus "ideas firmes y coraje para mantenerlas"
Es decir: la cancillería obró de acuerdo a nuestra ley. Además, fue un voto alineado con los reclamos que realiza nuestro país por la soberanía de las Islas Malvinas en el comité de descolonización. Es el planteo más importante de Argentina en los ámbitos de integración global, como es la Organización de Naciones Unidas.
La Argentina tiene una tradición en política exterior orientada hacia el multilateralismo. Mantenemos relaciones con TODOS los Estados y no le cerramos la puerta a ningún país, sea de la orientación ideológica que sea.
Presidente, “LA LIBERTAD SOLO SIRVE CUANDO LA PUEDEN USAR LOS QUE PIENSAN DISTINTO”.
