En este primer año de gobierno, Milei se ensañó particularmente con nosotras, las mujeres. Su misoginia se extendió hacia múltiples planos. Comencemos por los bolsillos.
En los datos publicados por CEPA, respecto de trabajos que realizamos mayoritariamente las mujeres, queda claro su primer objetivo:
- Se perdieron 15.748 puestos de trabajadoras de casas particulares entre noviembre del 2023 y noviembre 2024, y sus ingresos perdieron a enero de 2025, 21,8% del poder adquisitivo.
- Las docentes sufrieron un recorte de salarios con la eliminación del FONID, que representaba en promedio el 12% del sueldo.
- Las jubilaciones mínimas sufrieron una pérdida del poder adquisitivo de 13,3%.
La relación de Milei con las mujeres
- A las jubiladas y pensionadasles quitaron la devolución del IVA, que representaba un ingreso extra de $18.800 por mes. También, fueron perjudicadas por los recortes de medicamentos en PAMI.
- El gobierno no prorrogó la moratoria previsional y, en consecuencia, 9 de cada 10 mujeres en edad cercana a jubilarse no podrán hacerlo.
- El 63% de quienes cobran el ex programa Potenciar Trabajo son mujeres. Su poder adquisitivo cayó 64,6%. Para recuperar el nivel de noviembre 2023, el monto debiera ser hoy de $220.193,8.
- El programa Acompañar, que perciben las mujeres y diversidades en contextos de violencia de género, perdió 29,8% de su poder adquisitivo.
Pero más grave aún es que desde la asunción de Milei se restringieron las altas, se redujo la cantidad de meses que se percibe (de 6 bajó a 3 meses), y se demoraron los pagos. Cabe destacar que la continuidad de este derecho, aún en condiciones reducidas, se sostiene bajo la presión de fallos judiciales.
- En materia presupuestaria, las políticas que contribuyen a reducir las desigualdades de género mostraron una caída de 21% en términos reales durante 2024.
Milei y las mujeres, las mujeres y Milei
Estos números nos permiten comprender su segundo objetivo. El mecanismo de sostener que "algo habrán hecho para merecer esto", o sencillamente culpar a la víctima.
Para ello comenzó su desprestigio hacia Lali Esposito, una artista joven y con la masividad suficiente como para que su influencia fuera considerada peligrosa.
Casi en simultáneo, su ataque apuntó a los comedores comunitarios, mayoritariamente a cargo de mujeres cocinando solidariamente para sus familias, extendidas a vecinos y vecinas. Fantasmas las llamó. Siguió con las periodistas, las influencers, más artistas... el feminismo tuvo la culpa de casi todo.
Las políticas de género según el gobierno de Milei
Por ello desjerarquizó las políticas de género y emprendió un ataque sistemático contra el movimiento feminista. Y buscan avanzar contra el derecho al aborto, contra la Ley de Identidad de Género, contra la figura de femicidio en el Código Penal, contra la ESI, contra la Ley Micaela, contra el matrimonio igualitario. Habría que preguntarse si también se le animarán al divorcio.
En su tercer objetivo, la batalla cultural, enalteció su modelo de mujer.
Karina Milei, a quien niega mencionar en femenino. Patricia Bullrich, a quien acusó de poner bombas en jardines de infantes durante la campaña. Sandra Pettovello, expuesta en su falta de empatía una y mil veces. Y la ex canciller Diana Mondino, sentenciando jubilados. También podríamos darle en esa lista un lugar a Carolina Píparo, la vengadora.
Todas ellas realizaron un rápido tránsito de víctimas a victimarias de sus propias congéneres. Todas ellas humilladas, para mantenerlas sometidas al discurso oficial.
La gestión de Milei, que bastardea la Justicia Social, profundizó las desigualdades porque esa es la esencia de su proyecto.
Por eso nos apunta con su motosierra, y dispara. Por eso pretende poner bozal y cadena a las voces disidentes, más aún si se trata de mujeres. Sabe que allí, en nuestra rebeldía y nuestra resistencia, anidará una de sus mayores debilidades.