La pandemia producida por el COVID 19 está afectando a las empresas, quienes enfrentan desafíos asociados con las condiciones económicas, escasos motores de liquidez en la economía actual, y amenazas comerciales que continúan y evolucionan, siendo difícil predecir el alcance y la duración de su impacto. Se observa una volatilidad significativa en los mercados financieros. En consecuencia, estas circunstancias pueden, además, presentar desafíos importantes a las entidades al preparar los estados financieros. Las revelaciones en los estados financieros se enfocan, principalmente, en si el negocio va a poder seguir en funcionamiento, lo que desvela a más de un decisor. El proceso de evaluación de riesgos, y el entorno de control, facilita la comunicación más certera ante la inquietud de grupos de interés tales como proveedores, clientes, empleados, y por supuesto, inversores actuales y potenciales.
Las opciones parecen direccionarse hacia buenas estrategias de negocio, sin embargo, es necesario mejorar la comunicación de forma que resulte más comprensible para los usuarios, interesados en cuál es el futuro. El tipo de información a revelar se debe relacionar con la naturaleza de la incertidumbre en la estimación; la adecuación de los valores en libros, supuestos y estimaciones subyacentes a su cálculo, incluidas las razones de esa adecuación; y el rango de resultados razonablemente posibles dentro del próximo año. Es evidente que las estructuras de gobierno corporativo que cuenten con mecanismos de control interno, y gestión de riesgos, previos a esta crisis, van a estar mejor preparadas para proyectarse, aplicando, de ser necesario, medidas disruptivas impulsadas por la necesidad de seguir en marcha.
Los costos de la pandemia y sus desafíos
En el mundo hubo distintas reacciones orientadas a brindar paliativos a la crisis. Una de las respuestas más interesantes es la de Unión Europea quien propone una recuperación de con un aumento de su presupuesto de 750 millones de euros para el periodo 2021-2027. El paquete de recuperación se alinea con emisiones netas tendientes a cero para 2050. Con esta perspectiva, Latinoamérica, siendo una región con menos recursos, podría contar con un plan de recuperación sustentable, inclusivo, y que mejore la capacidad de resistencia ante futuras crisis, con políticas claramente orientadas a la sustentabilidad, incluyendo una estrategia de negocio competitivo, eficiente y rentable. Desde la perspectiva argentina, hay aspectos que podrían ser considerados en un camino de posible salida en la pospandemia, tales como: tener en cuenta los compromisos del Acuerdo de París al diseñar, siendo uno de los países firmantes; definir criterios para hacer uso de los fondos de recuperación, condicionados a que se respeten los requisitos de sustentabilidad; comprometerse con los grupos de interés para apoyar una estrategia de recuperación que tenga en cuenta la realidad de las cadenas de suministro; que fomente y facilite el comercio abierto y justo, con miras de un desarrollo más sustentable.
Un informe de Naciones Unidas elogia la estrategia del Gobierno durante la pandemia
En síntesis, a las empresas argentinas les conviene avanzar con una visión de sustentabilidad para lograr salir adelante, porque todo indica que éste es el camino de desarrollo global, que implica mejores resultados económicos, y al mismo tiempo beneficios para el ambiente y para la sociedad. Las revelaciones de información oportunas y significativas acerca del posible efecto sobre la posición financiera, el rendimiento y la viabilidad de la empresa, así como las medidas tomadas para gestionar los riesgos, son imprescindibles para satisfacer la necesidad de información de los grupos de interés, con un sentido profundo de responsabilidad, ética y transparencia en los negocios.
* Directora de la carrera de Contador Público, Directora de la Maestría en Contabilidad y Auditoría
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
Universidad del Salvador