OPINIóN
Tensión

“La política antirrusa de la UE pone en riesgo el mercado mundial de alimentos”

Rusia, uno de los principales exportadores mundiales de cereales y agroquímicos, recibió en julio la decimocuarta sanción de la Unión Europea, por la Guerra en Ucrania. El embargo y las sanciones a los compradores complica el transporte, la logística y los pagos, pero ante todo, hace subir los precios y el riesgo agroalimentario repercute en todos.

Ingreso de buque ruso con GNL
Ingreso de buque ruso con GNL | Agencia Na

A pesar de las crecientes tensiones geopolíticas y los intentos del Occidente colectivo de aislar a Rusia en la palestra internacional, nuestro país sigue siendo uno de los principales exportadores de cereales y agroquímicos. En 2023 las ventas de los productos agrícolas nacionales al extranjero alcanzaron un récord de US$ 43.500 millones, habiendo aumentado 2,7 veces durante los últimos 10 años. El aporte ruso al suministro mundial de fertilizantes nitrogenados es del 13%; los fertilizantes fosforados, 16%; y los fertilizantes potásicos, 18%. Sus principales compradores son Brasil, India, Estados Unidos, Indonesia y China.

Los occidentales, con el pretexto de sancionar a Rusia por su “agresión” contra Ucrania, durante varios años han tratado de expulsar a Moscú de los mercados de ventas prometedores, recurriendo activamente a medidas de competencia desleal para lograrlo. Está vigente un embargo sobre la importación de fertilizantes potásicos rusos a la UE; las empresas europeas tienen prohibido prestar servicios para su transporte a terceros países. 

Los bancos nacionales más grandes, incluido el “Banco Agricultural de Rusia”, están bajo sanciones de la UE o desconectados del sistema internacional SWIFT, lo que lleva dificultades con los pagos transnacionales. Una prohibición general para los barcos de bandera rusa de entrar en puertos y esclusas europeos, el rechazo de los principales transportistas marítimos internacionales a cooperar con las empresas rusas han complicado el transporte de mercancías y han aumentado significativamente los costos logísticos.

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Superpotencias divididas sobre sanciones a fertilizantes rusos

El decimocuarto paquete de restricciones adoptado este junio crea problemas adicionales para el comercio entre Rusia y sus contrapartes extranjeras clave conectadas al análogo ruso de SWIFT: el Sistema de Transmisión de Mensajes Financieros (SPFS) del Banco Central. La inclusión en la lista de sanciones de casi tres docenas de barcos marítimos que sirven el comercio exterior, debido a que los mismos supuestamente eluden las restricciones occidentales (en particular, el transporte de cereales desde nuevas regiones de nuestro país), establece nuevos obstáculos para la logística y la exportación de productos del complejo agroindustrial ruso.

En 2023 las ventas de los productos agrícolas ruso al extranjero alcanzaron un récord de US$ 43.500 millones, aumentando 2,7 veces durante los últimos 10 años"

La línea de Washington para infligir una “derrota estratégica” a Rusia perjudica principalmente a la Unión Europea, pero también a otros países. La política de renuncia de los hidrocarburos rusos implementada por Bruselas, ha afectado significativamente a la industria de producción de agroquímicos, que consume mucha energía, provocando un aumento de su coste y, como resultado, suba de precios de los alimentos en el mercado interior de la UE. 

Rebelión en la granja

Encarecimiento del gas natural ha llevado a una disminución de la rentabilidad de la producción de fertilizantes nitrogenados, lo que afectó sus exportaciones a terceros países (en 2022 cayeron en un 9%). En este contexto, en la Unión Europea ha surgido una gran demanda de análogos rusos más baratos. En junio de 2023, los europeos compraron el doble volumen de agroquímicos de Rusia que en el mismo período del año anterior. Resulta que están arrebatando egoístamente el suministro de fertilizantes que, en caso del funcionamiento normal del mercado mundial, se suministrarían a otros países.

Con el pretexto descabellado de “evitar la desestabilización del mercado de la UE”, se introdujeron tasas aduaneras prohibitivas de importación para cereales, semillas oleaginosas y piensos para animales procedentes de Rusia"

A partir del 1 de julio del año en curso, con el pretexto descabellado de “evitar la desestabilización del mercado de la UE”, se introdujeron tasas aduaneras prohibitivas de importación para cereales, semillas oleaginosas y piensos para animales procedentes de Rusia. Parece que Bruselas se preparó para este paso de antemano, habiendo aumentado previamente los suministros de productos agrícolas necesarios de otros países.

En algunos Estados europeos, cada vez son más frecuentes los llamados a la imposición de un embargo total a la importación de una amplia gama de productos agrícolas rusos a la Unión Europea. Al mismo tiempo, Bruselas chantajea a otros Países con la amenaza de aplicar sanciones secundarias por eludir las restricciones, y a las empresas con responsabilidad, incluso penal, por el incumplimiento del régimen pertinente. 

Las dificultades para efectuar pagos, seguros y suministros de productos agrícolas y fertilizantes desde Rusia a los países del Sur y del Este global crean una escasez de mercancía y aumento de precios"

De este modo se crean artificialmente obstáculos al acceso de los volúmenes liberados de nuestros productos agrícolas a los mercados exteriores. Todo esto pasa en el contexto de las consecuencias negativas de la pandemia de COVID-19 y del cambio climático, que conducen a una reducción de la producción mundial de alimentos y al agotamiento de los recursos naturales en determinadas regiones del planeta.

La actitud agresiva de Bruselas y el desprecio descarado por parte de los “estrategas” de la UE de sus consecuencias destructivas para la economía global desacreditan completamente a la Unión Europea y su liderazgo como actor responsable en el ámbito internacional. 

La ruptura de las cadenas logísticas, las dificultades para efectuar pagos, seguros y suministros de productos agrícolas y fertilizantes desde Rusia a los países del Sur y del Este global crean una escasez de mercancía, aumento de su precio y, en el caso de los agroquímicos, una reducción a largo plazo de los rendimientos. 

La línea de la UE de expulsar a los exportadores rusos del mercado mundial, desmantelar y reconfigurar las relaciones comerciales existentes entre terceros países en un área tan importante aumenta los riesgos existentes en la esfera de la seguridad alimentaria global.

La Federación de Rusia sigue siendo un socio comercial concienzudo y, a pesar de todos los obstáculos impuestos por el Occidente, no cesa de cumplir con sus obligaciones derivadas de contratos internacionales en materia de exportación de productos agrícolas. Somos muy conscientes de la importancia de esos suministros para el desarrollo socioeconómico de los países de Asia, África, el Oriente Medio y América Latina y el logro de los indicadores de seguridad alimentaria.

Es necesario eliminar los obstáculos ilegítimos creados por los occidentales para los operadores económicos rusos en el comercio exterior. En caso contrario, será extremadamente difícil restablecer el funcionamiento normal de las cadenas de suministro y resolver otros problemas relacionados con la seguridad alimentaria mundial.

* Embajador de Rusia en Argentina