OPINIóN
Lenta agonía

La eutanasia, el lenguaje y estos tiempos de mierda

“Si de verdad La Libertad Avanza, que dé una prueba concluyente y promulgue la eutanasia por DNU. Así, su proyecto hegemónico se beneficiaría, porque no sólo moriría más gente en aras del equilibrio fiscal, sino ahorraría andar buscando esa ‘solución final’” dice el autor, con ironía.

Eutanasia infantil 20230414
Eutanasia infantil. | Twitter @NuestrafeSI

Hablaré en su lenguaje, en el lenguaje de esta cosa que hace de presidente, para que se me entienda.

Es un lenguaje de época, el que drena por las cloacas de las redes sociales, donde habita toda clase de bichos, cuyo abanico verbal no pasa de unas veinte, veintiuna, algunos llegan a veintitrés palabras, en un escalafón educativo cuyo título máximo no es universitario, tampoco secundario, ni siquiera de primaria, y su techo, el "doctorado devocero", una especie de "master" (ver "Diccionario de espiquinglish" de la EUA) que permite a cualquier "cartonazo" (ver "Diccionario de americanismos" de la RAE) plantarse ante un atril con un micrófono para hacer de florero "a la violeta" (ver José Cadalso y Vázquez de Andrade, "Los eruditos a la violeta"), y eso, si vse aprobó la instancia previa de "licenciatura en influencias" –o "influencer", en lengua madre, padre y de "la concha de tu abuela" (ver "Diccionario de lunfardo")–, luego de un examen terrible en el que al aspirante lo someten a insidiosas preguntas, como: ¿sabe distinguir entre buenos y malos?, ¿un colectivo, de colectivismo?, ¿a Berni, de Bertie?, ésta, un filtro fatal, porque Bertie, de la raíz del latín vulgar "ver", es cualquier "verdura" (ver el "Manual del verdulero y el frutero"); en cambio, Berni puede ser el abogado, el médico, el político, el militar, el pintor…, y una última, letal, definitoria, excluyente: "¿invadimos o no invadimos Irak?", para la que no hay machete que valga porque cada año cambian el país.

La mayoría no aprueba y termina siendo un bobo o boba del montón, del tipo "gran hermano", aunque siempre está el consuelo de que a alguno lo llamen del programa de Susana Giménez y ella le haga "¡shoock!".

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Es un lenguaje que, al día de hoy, cotiza, concentrado en especímenes como ése con cara de galleta que hace de presidente y el mundo reproduce, como las larvas en un charco hediondo, en sus programas cómicos, y los medios incrementan en imágenes y fotos hasta el hartazgo, por no decir la repulsión, ya que los medios viven de politiquitos, delincuentes, "celebrities" y demás inmundicias, como en las ferias finiseculares de entre el diecinueve y el veinte vivían de los fenómenos de circo.

Fueron recontra populares "la mujer barbuda" y "el hombre con cabeza de zapallo", por ejemplo, dos anormalidades que se pueden rastrear en las estampas y la incipiente fotografía y los dibujantes exageraban en sus afiches para atraer más público, haciéndole a la mujer una barba como la de Firmenich cuando imitaba a Fidel Castro y al hombre, una calabaza descomunal saliendo de la tierra comoesas que compiten en los concursos anuales de los horticultores europeos.

De haber existido entonces, como atracción, acuarios, también hubiera causado sensación, como la causa hoy, "el hombre con cabeza de pulpo", que los ladinos dibujantes hubiesen recreado en la desproporción de su cabeza con el resto del cuerpo, descolgándole coreográficos tentáculos en forma de dos brazos y dos piernas: cuatro en los pulpos hembra y cinco en los pulpos macho, al agregarse en éstos el tentaculito genital, que nunca alcanza lo queun brazo o una pierna, y eso en los que lo tienen, pues también los hay castrados, como se aprecia.

En originales descartados de "Veinte mil leguas de viaje submarino", el celebérrimo libro de Julio Verne, se reportaban casos en los alrededores del archipiélago de Piji, nombre de fantasía entre los nativos, que sus mitos referían a combates legendarios entre "mildedos" y "teslas", o sea, pulpos y una especie de tiburón sudafricano de andar eléctrico que la RAE describe, sin embargo (ver su "Diccionario del estudiante"), con un término de la física y no como una criatura marina, al definiral "tesla"como la "unidad de inducción magnética que equivale a un 'weber' por metro cuadrado", y lo ejemplificacon los "electroimanes", que"generan un campo magnético de nueve teslas".

La eutanasia legal nació en los Países Bajos hace 20 años, pero sigue siendo un tabú mundial

¡Imaginemos el impacto exponencial multiplicado por la fuerza y el volumen de un tiburón! Éste con cabeza de pulpo habilita otras dos asociaciones: una, la de temer que estalle,sobre todo en aquellos a quienes les quedó fijada esa escena de "Scanners", la película del canadiense David Cronenberg, ¿la vieron?, en la que una cabeza se expande tanto, tanto, tanto, y no por la ebullición de ideas precisamente,que, al reventar, saltan aquí y allátodoslos excrementos que contiene, y otra, la de una pesadilla, cuando uno come mucho o bebe de más y un globo aerostático, con su canastita en la que viajamos tripulantes y pasajeros,en lugar de alejarse, se nos acerca, lento, insoportable, para embestirnos yprecipitarnos a un vacío sin fondo, salvo que el terror nos despierte en el instante justo.

Y se nos viene a la cabeza, puesto que somos cabezones como estos ejemplares de que estamos hablando, ya no una asociación, sino un prontuario policial, ahora que apareció esto de las estafas con criptomonedas, aunque lo del prontuario no eran estafas, eran asaltos, y estárelacionado con el cine, y es lo de su carátula con apodo famoso, la del "Pibe Cabeza", que en un momento fue Rogelio Gordillo y, en otro posterior, Alfredo Alcón.

El lenguaje estructura el pensamiento, amasándolo en su pasta nutricia, a diferencia de las redes sociales, que lo expectoran en esputos. Y no se trata sólo de lo que dice, sino que al lenguaje hay que observarlo hablar, ya que se refleja en los rostros. Basta ver una cara de ojos escurridizos, que se bambolean a uno u otro costado, miran al aire, zafan de quien los mira, escudándose, escapándose, una ceja que se levanta demasiado a menudo, gesticulaciones que la surcan, todo lo cual hace presumir –la excepción es Jack Nicholson– que esa cara es capciosa, peligrosa, inminente la mordedura de una víbora.

Y si, encima, la atraviesa una boca que, por más que hable, no comunica nada, por sus limitaciones expresivas o las dificultades para leer lo que le escriben –tampoco, dechados de escritura, más bien detritus de tuiteros, instagrameros, tiktokeros, facebúkers–, lo sano es clausurar la pantalla, cerrar la computadora, cambiar de canal, aprovechar, si uno ya venía teniendo ganas, para ir al baño y hacer caca.

Estoy hablando "en mierda", que es el lenguaje de la época, lo dije, así que no preciso recargarlo de "expertises" y "okays" que percudan aún más el español, como tatuajes que profanan un cuerpo.

Aprendí esa lección de Sarmiento, que un día pronunció "Shakespeare" en una alocución, sí, así, castizo, literal, "sha-kes-pe-a-re", y lo silbaron y abuchearon, entonces retomó y pronunció "Shékspir", en inglés, y continuó su disertación en esa jerga de picapedreros que muchos consideran un idioma.

Estableciendo, pues, mi territorio discursivo, como los animales marcan el suyo con meadas, me asumo en esta nota como un "neutral de mierda" y colijo que, si el panelista embutido en esa banda presidencial que da vergüenza ajena tacha de "zurdos de mierda" a quienes se le ocurre, él, por automática contraposición, es un "derechoso de mierda" y, por extensión, toda su cohorte, una "cohorte de mierda", desde la de corbatita con apellido de limones al matoncito que masca chicle y tira al blanco, el alopécico que hace que mira un mapa en la Bahía Blanca devastada, la metedora de bombas en jardines de infantes o gaseadora de nenas en las calles o apaleadora de jubilados en las marchas y, sin que la lista acabe, sólo haciendo un paréntesis, ese cara de momia escapado de "El gabinete del doctor Caligari", ¿la vieron?, una de Robert Wiene, joya alemana del expresionismo.

Basta de compadrear con "falanges de hoplitas y legiones romanas", que es como si un gusano se comparara a un elefante, así no fuese uno de Aníbal, sino uno de os de este zoológico.

Hacía rato que, entre las baratijas de lo que llaman "un gobierno", no se encontraban tantos mediocres juntos. Pasó lo que pasó. Que en un "país de mierda" con una "economía de mierda" que arrastraba una "inflación de mierda" en un "mundo de mierda", una "ciudadanía de mierda" con "esperanzas de mierda" votó en un "ballottage de mierda" entre dos "opciones de mierda", de lo que no podía salir sino" un resultado de mierda".

"No es la libertad que avanza, ¿es la sociedad que retrocede?"

Y así llegamos al meollo de esta nota, a su anzuelo profundo, ala preciada pesca de nuestra tesis, que reza: "No es la libertad que avanza, ¿es la sociedad que retrocede?", y para demostrarla, el "jamoncito" este que hace de presidente servirá de carnada.

Nos referimos a lo que debería ser el primero y fundamental de todos los derechos humanos, el de elegir morir, o sea, la eutanasia, con todas sus letras, las de su ferocidad de sustantivo y su adjetivación de "muerte buena". Que los lelos no se asusten ni interpongan sus dioses. Quienes creen, que crean y mueran según su dios les mande o se lo indique, pero, a quienes no creemos, no nos vengan a imponer sus mandatos.

La muerte es nuestra. Lo único nuestro de manera rotunda, que nos pertenece y pertenecerá sin discusión, porque todo lo otro que tengamos en vida lo perderemos, justamente, por ella.

Nadie quiere morir y, menos, los que son felices, "todas las familias felices se parecen", al decir de Tolstói, pero todos tenemos que morir y, como no hubo dioses que crearan la vida, tampoco hay dioses que decidan la muerte. No hay elección para nacer, pero la hay para morir, así que, quien la necesite, que la tenga, ya, a su alcance, sin someterse a la humillación de juntas médicas, interconsultas, trámites, diagnósticos, a fatigosos procesos judiciales,impedimentos burocráticos, hipocresías religiosas, tensiones de familia, agotamiento emocional, al sadismo de quienes, para otorgar lo que consideran una dádiva y no un derecho humano, condenan a los suplicantes acondiciones infrahumanas, extremas, espantosas, al martirio de enfermedades terminales, padecimientos horribles, estériles dolores, comas irreversibles, estados vegetativos, muertes cerebrales, y,a los que no suplican porque ya no pueden suplicar, los tienen de rehenes conectados a mangueras, tubos, cables, máquinas que encienden y apagan lucecitas olos aturden con pitidos y bips, y les insertan sondas y les clavan agujas y los tienden en parrillasen las que lostorturan con picanas diversasa las que les llaman "cuidados paliativos".

Hacía rato que, entre las baratijas de lo que llaman "un gobierno", no se encontraban tantos mediocres juntos"

Morir cuando a uno se le antoja, no sólo por estar derruido física o psíquicamente, sino por pura decisión, por deseo, por rabia, por placer, por voluntad, por estar harto de vivir o tan pletórico de vida que hasta le rebase por los poros y saber que un día acabará es su espina y no puede desclavársela.

Estar ¡con la eutanasia a muerte!, por si alguno no entendió la palabra. Volvamos ahora a la carnada, que es el gran desafío.

Si de verdad "La Libertad Avanza" no es esta turba criminal y patética que observamos día a día, que dé una prueba concluyente y "promulgue la eutanasia por Decreto de Necesidad y Urgencia", cagándose en esas "ratas del Congreso", que las llama y en las que de costumbre se caga desde que salió el 56 a la quiniela…Casualmente, el 56 es "La caída", la película de Oliver Hirschbiegel, ¿la vieron?, sobre los últimos días de Hitler en el búnker… "Ratas" que lo único que hicieron fue dejar dormir en los cajones legislativos los proyectos de ley sobre eutanasia que había y hay, hasta el colmo de que muchos perdieron"estado parlamentario".

¿Se entiende nuestra tesis? Si el pez pica, será que la libertad avanza en serio y no habrá otra que largarse a la calle a festejar tirando bengalas de gas pimienta al aire, pero, si el pez no pica, quedará demostrado que "esta mierda es nomás la mierda esta".

Lo extraño es que, aunque el panelista devenido en funciones ya demostró en extenso que le importan un carajo los viejos, los enfermos, los pacientes oncológicos, discapacitados, inmunodependientes, y aquéllos a quienes les faltan remedios, ayudas, auxilios, contención, que carecen de jubilaciones merecidas y dignas, y que si pasan hambre o tienen que morirse lo hagan cuanto más pronto mejor, y desmanteló hospitales, centros de salud, dependencias sanitarias, echó médicos, científicos, profesores, cerró comedores, no entregó alimentos para niños ni pobres, lo extraño es que, aunque la inteligencia nunca fue su fuerte, no comprenda que su proyecto hegemónico se beneficiaría notablemente si proclamase la eutanasia, porque no sólo moriría más gente en aras del equilibrio fiscal , sino que se ahorraría andar buscando esa "solución final" que tanto les costó encontrar a otras "fuerzas del cielo" para mitigar el desgaste psicológico de sus acólitos y soldados, quedebían matar judíos tiro a tiro en vez de eliminarlosa granel. Hubo que pelarse el cerebro, hacer reuniones, discutir, convencerse de las bondades de una cosa o de otra o descartarlas, hasta que se logró encontrar un gas que… ¡otra que el pimienta!¿No evaluó, el panelista, en esaelefantiásicacaja cranealcon la que salió de la matriz de su mamá,la extraordinaria cortina de humo que significaría lanzar la eutanasia por DNU? El mundo hablaría como nunca de él, no sólo el mundo pelotudo, sino el mundo más y menos boludo. Su megalomanía treparía a las nubes, aunque, claro, primero tendría que bajar de las esferas.

Pero hay que tener cojonespara promulgar un DNU a favor de la eutanasia, no basta con mostrar novias en formol o muñecas inflables ni confiar en gualichos como el té de yuyitosque le preparanen familia las brujasconocidas, hablen hasta por los codos o no sepan ni hablar.

Tampoco contribuyen, a eso de los cojones, las reiteradas visitas a multimillonarios extranjeros ni a rabinos de prepucio en rodajas ni a galanes recios del tipo Netanyahu, con franeleosevidentes ytocadas de mano y vaya a saber qué no se ve, amén de fotos aquí y allá con motosierras de regalo blandidas como penes erectos. Si la eutanasia sale por decreto en lugarde caer, algún día, en las masturbaciones de "las ratas", nadie que quiera suicidarse evitando, por dolor o por miedo, métodos violentos, debería ir ya en forma subrepticia a una veterinaria con la excusa de su perro o su gato para procurar, de refilón, información que le permita practicársela a sí mismo o conseguirá quien la haga o que el propio veterinario acceda a cambio de unos mangos jugosos.

Lealtad ciega al presidente, el único requisito para ser parte de La Libertad Avanza

Sería salir silbando desde casao del apartotel, si se vino de un país aledaño, y, como quien va por pan a la panadería, ir directo a la clínica del barrio o al hospital cercano o al puesto sanitario de la esquina ola vuelta o a un consultorio en la otra cuadra, abonar lo que correspondan la consulta y el procedimiento y apoltronarse entre las sábanas limpias de una cómoda cama en una habitación de paredes blancas.

A morir. Un antiemético primero, el pentobarbital después, mezclado con un jugo de fruta para evitar todo amargor. O la inyección nomás, de arranque, tras darle el visto bueno al médico y haber elegido desde el lecho qué mirar, si por la ventana un cielo limpio –en el catálogo se ofrecerían también días lluviosos– o,en una pantalla, imágenes bellas de paisajes mientras los ojos se entrecierran, sin nostalgia, con placidez, en una ensoñación, como en aquella película con Edward G. Robinson, recuerdo, "Cuando el destino nos alcance", porque esa otra, "Johnny cogió su fusil", por proeutanásica que sea, es para saltar de la cama y salir corriendo; si uno tuviera, claro, algo con qué correr.

Lo cierto es que se abriría un gran mercado y miles de turistas vendrían a morir a la Argentina, sin requisitos, sin prolegómenos, sin regulaciones, sólo atados a las fluctuacionesde la oferta y la demanda.

Una explosión del turismo de salud, inversiones en cascada, la construcción demultiplicidad de crematorios, los hoteles para ateos con plazas desbordadas, las pymes que hacen urnas, llenándose de guita. Elon Musk podría venir y comprarno sólo Lago Escondido como Lewis,sino montañas, bosques, las provincias de Chubut o Santa Cruz enteras, con el hotel incluido de Cristina en Calafate, y Trump, además de Groenlandia, podría anexar Tierra del Fuego o hacer de Córdoba, Córdoba D. C., la capital del reino.

El "Paraíso en la Tierra", que se dice o decían esos "zurdos de mierda" o comunistas ilusos que creían en "pueblos luminosos". Sólo quedaría Corea del Norte fuera del banquete, porque Kim Jong-Un y los suyos son unos obcecados. Ellos se lo pierden.

*Poeta y escritor