"En las redes, parece que vamos de lo auténtico a lo ultraproducido, y luego de lo ultraproducido a lo genuino borroso". Este pensamiento me vino un poco a la mente mientras veía los feeds de Instagram, observando cómo la estética de los posts ha evolucionado y se ha transformado con el tiempo.
El fenómeno de lo aesthetic ha capturado una gran parte de la sociedad, especialmente en las redes. Pero, ¿qué significa exactamente lo aesthetic en este contexto? Podríamos definirla como una corriente visual y cultural que busca una armonía estética en cada aspecto, desde la paleta de colores hasta la composición y el contenido de las imágenes y videos. Es un estilo que prioriza la belleza visual y la coherencia estética por encima de todo, en un mundo plagado de imágenes. O plagado de homo videns, diría Sartori.
La era de lo aesthetic surge en un contexto donde la sobreexposición a imágenes y videos en redes nos lleva a buscar algo distintivo y visualmente agradable. Esta búsqueda de perfección estética puede ser vista como una respuesta al caos y al desorden del mundo que vivimos. Paula Sibilia, en su obra La intimidad como espectáculo, nos habla de cómo la vida privada se convierte en un espectáculo público, y lo aesthetic es una manifestación práctica de este fenómeno.
Estética presidencial: una insólita obsesión
En esta búsqueda constante de lo visualmente ¨perfecto¨, pasamos de la foto profesional, pulida y cuidadosamente editada, a fotos borrosas y desenfocadas que buscan capturar la "autenticidad" y la espontaneidad. Esta tendencia refleja un rechazo a la perfección artificial y una vuelta a lo genuino, aunque de una manera curiosamente producida... es bastante controversial el tema.
En esta búsqueda constante de lo visualmente ¨perfecto¨, pasamos de la foto profesional, pulida y cuidadosamente editada, a fotos borrosas y desenfocadas que buscan capturar la 'autenticidad' "
Hoy, vemos feeds de Instagram sin publicaciones, fotos borrosas y estéticas que parecerían descuidadas, pero que en realidad están meticulosamente planeadas para parecer auténticas. Este contraste me hace seguir pensando en cómo las redes sociales influyen en nuestras percepciones de autenticidad y belleza.
Nos movemos rápidamente de una tendencia a otra, adaptándonos y redefiniendo constantemente lo que consideramos estéticamente agradable.
El uso de redes sociales perjudica la memoria
Pero no se trata solo de imágenes. Lo aesthetic también influye en cómo nos presentamos y percibimos a nosotros mismos. ¿Estamos más preocupados por cómo nos ven los demás que por cómo realmente somos? Esta pregunta resuena con las ideas de Guy Debord en La sociedad del espectáculo, donde la representación y la imagen se vuelven más importantes que la realidad misma. Y obviamente no es algo nuevo.
En última instancia, la era de lo aesthetic plantea una reflexión sobre nuestras libertades y nuestras elecciones en el mundo digital. ¿Somos libres de elegir cómo nos presentamos, o estamos siendo guiados por tendencias y algoritmos que dictan lo que es visualmente aceptable?
Mientras tanto, seguiré scrolleando por estos feeds cuidadosamente curados, preguntándome si alguna vez volveremos a la simpleza de lo auténtico sin la necesidad de aparentar.
Y quizás tal vez, en algún momento, lo realmente aesthetic será no preocuparse en absoluto por lo aesthetic.
