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OPINION

La Corte Penal Internacional y el conflicto en Gaza ponen en vilo a los derechos humanos

Las ordenes de detención contra miembros de Hamas y contra el primer ministro de Israel chocan con las dificultades del Tribunal Penal Internacional para impartir justicia.

Benjamín Netanyahu prometió más ataques.
Benjamín Netanyahu prometió más ataques. | reperfilar

Que la Corte Penal Internacional (creada mediante el Estatuto de Roma de 1998) pida la detención del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y su ex-ministro de Defensa Yohav Gallant es algo nuevo. No se recuerda muchos nombres importantes de occidente que tuvieran un pedido de detención de la CPI.

Por otra parte, esa orden se extiende al jefe militar de Hamas Mohammed Deif, uno de los responsables de los ataques pasados del 7 de octubre del presente año, asesinando más de un millar de civiles israelíes. Otros dirigentes de Hamas como Yahya Sinwar e Ismael Haniyeh también merecieron orden de detención. Pero la orden de detención contra Deif debe considerarse “simbólica”, ya que fuerzas israelíes lo "neutralizaron" en julio de este año.

Para buena parte de la comunidad internacional la respuesta militar de Israel ante los ataques recibidos el 7 de octubre fueron desproporcionadas, lo que condujo a esas acusaciones y órdenes de detención por parte de la CPI contra Netanyahu. Y no son imputaciones menores: se trata de crímenes de guerra y de lesa humanidad. El uso de la hambruna en territorio de Gaza cómo “arma de guerra” impidiendo ayuda humanitaria es otro de los temas que los jueces de La Haya consideraron como agravante del bélico cuadro de Oriente Medio.

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Claro que el inconveniente para la CPI es que no todos los Estados han adherido y ratificado su ingreso al organismo. Como ejemplo, Estados Unidos nunca lo ratificó y por ende no ingresó; tampoco lo han hecho Rusia, China e Israel. Sólo 124 estados han adherido a la CPI, de los 193 que conforman la ONU, lo que significa un claro reflejo de la disparidad a la hora de juzgar crímenes de guerra y lesa humanidad de parte de ciertas potencias.

Israeli Strikes in Central Gaza
Las escenas que devuelve la guerra entre Israel y Hamás en Gaza son desoladoras.

Netanyahu no sería detenido si viaja a países aliados que no adhieren a CPI como Estados Unidos. El premier rechazó esa decisión de La Haya, considerándola "un escándalo histórico". Y es posible que no llegue a cumplirse, ya que la CPI no posee fuerzas de seguridad propias que puedan ocuparse de las detenciones y depende de la cooperación de otros estados para llevar a los acusados a sus banquillos.

Desobedecer a la CPI pone en jaque la legitimidad de dicho organismo por parte de grandes potencias. Los especialistas en Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales destacan "el importante rol de la CPI cuando el derecho interno de los países no procesa abusos ni este tipo de crímenes". Pero es aquí donde entran en juego o riesgo los derechos humanos. La ACNUDH-ONU define a los derechos humanos como inherentes a todos los seres humanos, sin distinción de ninguna condición, no son limitados al territorio de un país, tienen una naturaleza transnacional e irrenunciable para cada individuo.

Las causas penales abiertas en Israel. Pero ese no es el único frente penal que tiene Netanyahu: posee causas de corrupción y deberá declarar en juicio el ya cercano 2 de diciembre. Netanyahu pone a la guerra como "paraguas" de los conflictos internos y argumenta que no “puede declarar hasta marzo 2025 a raíz de la guerra” en la Franja de Gaza.

El gobierno argentino rechazó la orden de arresto de la Corte Penal Internacional a Netanyahu, por crímenes de lesa humanidad

Pero al margen del tema bélico, afronta tres causas por presuntos sobornos, que tilda de "causas políticas”, y si fuera encontrado culpable debería dimitir. Sin embargo, como tantos dirigentes alrededor del mundo, pero mientras no reciba condenas firmes podrá seguir en el poder como primer ministro. Las masivas protestas de julio pasado de este año, y el pedido de elecciones tiene al primer ministro israelí entre la espada y la pared. Puede que la guerra le dé oxígeno desde el punto de vista político dentro de Israel, pero una cosa es el derecho a la defensa y otra son las acusaciones por crímenes de guerra y de lesa humanidad que tarde o temprano pueden terminar alcanzándolo.

El mundo ideal no existe. Una entre estados fuertes y débiles quedaría tal vez como símbolo de unidad de dos pueblos que han sufrido mucho. Pero es bueno recordar el lema de los estudiantes universitarios de la colectividad judía en Estados Unidos y Europa: “Nunca en mi nombre”.

 

* Licenciado en Ciencias Políticas.