OPINIóN
Efemérides 10 de julio

La Bolsa de Comercio porteña, copia bastante fiel de la Bourse Marsellesa

Bernardino Rivadavia fue el primero que soñó con un distrito bancario; aunque hubo amagues, en 1854 se fundó a imagen de la de Marsella. Llegó a tener tantos socios que debió mudarse cinco veces. Un puente, que no llegó a hacerse, la vincularía con el Palacio de Correos. Una historia arquitectónica de grandezas.

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Bolsa de Comercio de Buenos Aires. | wikipedia

El 10 de julio de 1854 se fundó la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. En el marco de un proceso de renovación edilicia signado por expansiones y traslados -que se iniciaron a mediados del siglo XIX y que ocuparon cinco edificios distintos-, se pusieron en evidencia las profundas transformaciones de la actividad bursátil y las de una arquitectura con rasgos de elaborada factura.

En un local ubicado entre las actuales calles 25 de Mayo y Juan D. Perón, en la Ciudad de Buenos Aires, durante 1810 los ingleses residentes habían fundado una institución que denominaron Sala de Comercio y que representaba exclusivamente los intereses de la colectividad, vinculados con cotizaciones y transacciones de valores.

Por otro lado, Bernardino Rivadavia fue Ministro de Gobierno de Martín Rodríguez y promovió la fundación de una Bolsa Mercantil en 1821, para que actuara como mercado de valores y cambio de monedas.

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Si bien un año después se fundó el Banco de la Provincia de Buenos Aires, dando inicio a la incipiente conformación de un distrito bancario y financiero, la iniciativa rivadaviana fue mayoritariamente aceptada, pero se vio demorada por crisis económicas y políticas diversas.

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En 1885 se inauguró una sede enfrente de la Casa Rosasa, en la esquina de Rivadavia y 25 de Mayo. El arquitecto del arquitecto Juan A. Buschiazzo tiene notables resonancias con la Bolsa de Comercio de Marseille. 

Recién en 1846, uno de los corredores de Bolsa, Achinelly, cedió su vivienda para desarrollar allí las actividades bursátiles y, para ello se formalizó la sociedad El Camoatí, que luego debió ser disuelta por el gobierno y actuar por un tiempo de manera clandestina.

De expansiones y traslados

Fue el 10 de julio de 1854 cuando se formó una nueva sociedad, la Bolsa de Comercio y, dado el importante incremento de número de socios, se decidió que funcionara en un local propio. Así se construyó el primer edificio de la Bolsa, en las actuales calles San Martín y Juan D. Perón, que transmitía una cierta imagen de solidez, de seguridad y deslumbramiento.

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En ese predio funcionó hasta que en 1862 se inauguró un edificio ubicado en la calle San Martín 216 (donde hoy está el edificio del Banco Central). La obra fue adjudicada por concurso a los arquitectos Henry Hunt y Hans Schröeder. Estaba conformado por dos plantas organizadas en torno a un gran hall de doble altura y su fachada, desarrollada en un sobrio eclecticismo y con retiro de frente, aparentaba un “respetable banco europeo”.

El primer edificio de la Bolsa, en las actuales calles San Martín y Juan D. Perón, transmitía una cierta imagen de solidez, de seguridad y deslumbramiento. Allí funcionó hasta que en 1862 se inauguró un edificio ubicado en la calle San Martín 216 (donde hoy está el  Banco Central)"

Debido a los más de dos mil socios con que la Bolsa contó a comienzos de la década del ´80, fue necesario pensar en un espacio de mayor amplitud. Consecuentemente, en 1885 los arquitectos Juan A. Buschiazzo y José Mariani concluyeron un nuevo edificio lindero al antiguo Teatro Colón, situado en Rivadavia y 25 de Mayo, que debió ser ampliado al doble de su superficie cuatro años más tarde.

Un edificio y su entorno

El cuarto edificio de la Bolsa de Comercio fue construido entre 1913 y 1916 por el prestigioso arquitecto Alejandro Christophersen. Está ubicado sobre la avenida Leandro N. Alem y las calles Sarmiento y 25 de Mayo, en pleno centro financiero de la Ciudad de Buenos Aires.

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De características monumentales, su resolución arquitectónica debió afrontar varias cuestiones. Por un lado, la fuerte pendiente del terreno “del Bajo”, con una diferencia de siete metros entre Alem y 25 de Mayo. Por otro lado, el requerimiento del comitente de incorporar nueve mil metros cuadrados destinados a oficinas de alquiler para solventar aspectos financieros. Y en tercer lugar, se debió considerar la posible construcción de un puente que vincularía al edificio con el futuro Palacio de Correos (conforme a la idea original del arquitecto Norberto Maillart, más tarde modificado).

En el cuarto edificio de la Bolsa de Comercio (1913-1916, Alejandro Christophersen), aparecen tres áreas diferenciadas: las dependencias específicas (Salón de Sesiones, Sala de Directorio, vestíbulos, etc.), las oficinas para alquiler y un sector social y comercial. El criterio adoptado recupera aspectos abordados en la Bolsa de Marsella y en el Palais de Commerce de Lyon"

Efectivamente, la arquitectura de la Bolsa de Comercio quedó signada por un proyecto de contemporánea concepción en el que se preveía generar una explanada sobre la avenida que uniera ambos edificios. Si bien ésta no se llevó a cabo, el edificio de la Bolsa luce hoy un basamento que acusa en su fachada una distribución adecuada a tal situación, a la “espera” de una calle a alto nivel que jamás se construyó.

Las pequeñas dimensiones del lote en función de las exigencias del programa condujeron a desarrollar un edificio en altura, en el que aparecen tres áreas diferenciadas: las dependencias específicas (Salón de Sesiones, Sala de Directorio, vestíbulos, etc.), las oficinas para alquiler y un sector social y comercial. El criterio adoptado recupera aspectos abordados en la Bolsa de Marsella y en el Palais de Commerce de Lyon.

Sobre un volumen compacto y de tres accesos, las actividades sociales se encuentran en los pisos inferiores, en locales de doble altura, y sobre éstos se ubican las dependencias en forma de anillo en torno al Salón de Operaciones, ocupando las plantas principales. El tercer nivel se conforma por locales de renta y sobre el Gran Salón y sus locales anexos se apilan cuatro plantas, con un total de 280 locales.

Entre 1972 y 1977 se levantó el edificio anexo denominado Nueva Bolsa de Comercio, situado en 25 de Mayo 359. Una obra del arquitecto Mario Roberto Álvarez, que cuenta con 21 mil metros cuadrados cubiertos distribuidos en tres subsuelos"

Toda la decoración, el equipamiento y el mobiliario estuvieron cuidadosamente diseñados por Christophersen, en donde se destaca el revestimiento de nogal en la Sala de Sesiones y la amplia y suntuosa escalera de honor. La construcción estuvo a cargo de Baldassare Zani; las obras escultóricas, de Ernesto Riganti y el mobiliario, de la Casa Thompson.

La última actuación

A mediados de la década del ´60, el contenedor de las actividades bursátiles requirió de nuevas ampliaciones. Cómo afrontarlas sin perturbar la elaborada factura del edificio existente constituyó un serio interrogante. 

Entre 1972 y 1977 se levantó el edificio anexo denominado Nueva Bolsa de Comercio, situado en 25 de Mayo 359. Una obra del arquitecto Mario Roberto Álvarez, que cuenta con 21 mil metros cuadrados cubiertos distribuidos en tres subsuelos, planta baja, un entrepiso de servicios y 18 pisos altos. 

Su inserción se produjo en un predio contiguo al de la sede primitiva y tiene frente sobre dos calles: la 25 de Mayo, su acceso principal, y la avenida Alem, que busca integrarse a la situación de contexto. Sobre la avenida aparece una torre para oficinas y sobre la calle 25 de Mayo, a nivel del segundo piso, se encuentra el hall de acceso a las distintas dependencias. En el tercero, está el gran salón de operaciones del Mercado de Valores y el resto de las dependencias ocupa áreas del subsuelo, planta baja, primer y cuarto piso.

Esta última actuación, llevada a cabo en los años ´70, cierra un ciclo de renovación edilicia signado por expansiones y traslados que se iniciaron hace 170 años y que ocuparon cinco edificios distintos, poniendo en evidencia las profundas transformaciones de la actividad bursátil y las de una arquitectura que asumió rasgos de elaborada factura.