OPINIóN
A toda edad

La actividad física es la mejor terapia no farmacológica

El movimiento promueve el desarrollo de masa muscular; aumenta la potencia inmunológica; mejora la microbiota intestinal; favorece el buen ánimo; estimula la liberación de mioquinas; se asocia a la salud cerebral y reduce el riesgo de numerosas enfermedades.

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Personas haciendo ejercicio al aire libre. | shutterstock

La actividad física mejora el rendimiento endocrino metabólico, la estructura ósea, optimiza los ritmos circardianos y de sueño. También reduce el riesgo de hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares.

Según algunas estadísticas, quienes realizan actividad física regular, tendrían una disminución del 50% en la posibilidad de contraer cáncer, fracturas patológicas, obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, dado que actúa reduciendo los marcadores de inflamación asociados a estas enfermedades, promueve un mejor control de peso y una mayor protección de masa músculo esquelética.

El movimiento promueve el desarrollo de masa muscular, que actúa como factor protector a nivel endócrino metabólico. La actividad física estimula la liberación de sustancias llamadas mioquinas, con potentes beneficios. El FNT (factor neurotrópico derivado del cerebro), tiene efectos pleiotrópicos a nivel cerebral, mejorando la plasticidad neuronal, la memoria y otras funciones cerebrales.

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Por eso, la actividad física hoy se asocia a la salud cerebral y la prevención de la demencia senil. Otras citoquinas antinflamatorias, como la interleukina 6, disminuyen la liberación de Factor de necrosis tumoral, mediador en la génesis del cáncer. La iriscina alarga los telómeros, aumenta la grasa parda y tendría un rol antitumoral.

Por qué hacer mandados cuenta como ejercicio

El ejercicio físico aumenta la potencia inmunológica por muchos mecanismos y mejora la salud del intestino y la microbiota intestinal. Tampoco debemos olvidar el impacto de la actividad física en la liberación de endorfinas, lo cual mejora el humor y estado de ánimo, promueve un mejor descanso, además de fomentar la integración social.

La capacidad pulmonar total y parámetros asociados a la ventilación pulmonar también mejoran en forma notoria con la actividad física. Se suma a esto, una mejor oxigenación de todos los tejidos y de la detoxificación del organismo mediada por el sudor.

Actividad física

El NEAT (No exercise activity termogénesis), es la actividad física asociada a tareas cotidianas o rutinas, como subir y bajar escaleras, usar la PC estando de pie, caminar mientras hablamos por teléfono, realizar tareas de limpieza en casa, jardinería, pasear a nuestra mascota.

El movimiento asociado a las tareas cotidianas toma relevancia sobre todo en personas con una actividad laboral muy sedentaria, que pasan muchas horas sentados sin moverse. Por ello, no solo es importante el entrenamiento regular. Necesitamos movernos cada 30 a 40 minutos, mientras estamos trabajando.

El ejercicio es la repetición de ciertos patrones de movimiento con cierta intención, volumen, complejidad, intensidad y regularidad. El entrenamiento tiene la intención de repetir esos patrones con un objetivo determinado y cierta regularidad, asociado a cierto tipo de desempeño que se busca.

El fitness es la capacidad para realizar gran variedad de tareas físicas en forma eficiente y no siempre está asociado al ejercicio.
El entrenamiento funcional es una modalidad de entrenamiento muy efectiva que integra varias submodalidades en el marco de un entrenamiento integral: cardio, entrenamiento de fuerza, HITT (entrenamiento de alta intensidad a intervalos cortos), resistencia.

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La práctica de cualquier tipo de deporte, tanto recreativo como competitivo, brinda múltiples beneficios en todas las etapas de la vida: promueve la tonificación y desarrollo armónico del cuerpo, previene malas posturas, fomenta la cooperación y la integración social y tiene un impacto muy notorio en la salud mental de las personas.

El yoga, tai chi o la gimnasia suave es una alternativa excelente para adultos mayores, personas que prefieren esta modalidad de movimiento y para promover la conexión mente cuerpo y flexibilidad.

Existen otras formas de actividad física, como bailar, practicar artes marciales, hacer excursiones en la naturaleza y muchas otras variedades diferentes de gimnasia para ponernos en movimiento.

Citamos solo algunas modalidades. Pero existen tantas formas de entrenamiento, movimiento y actividad física, como personas en este planeta. Sin dudas, todos estamos llamados a movernos, cada uno, según su particularidad.

Actividad, la mejor terapia

La actividad física debe ser incorporada siempre de manera racional, progresiva y adaptada a las necesidades y posibilidades de cada persona. También debe realizarse de manera constante y considerando las preferencias y gustos personales.

No tiene sentido obligarnos a cumplir rutinas de entrenamiento cuando no las disfrutamos. Lo ideal es encontrar aquella actividad que nos genere disfrute y podamos sostener.

Lo ideal es entrenar por la mañana o durante el día, dado que este hábito es más amigable con nuestros ritmos circadianos. Hacia el atardecer, sobre todo en invierno, lo ideal es realizar ejercicios de relajación, gimnasia suave o yoga.
No es aconsejable entrenar durante la noche, pero si no hay otra posibilidad, siempre será mejor entrenar de noche a no hacer nada.

Ejercicio y salud mental: un vínculo poderoso

Se recomienda realizar diariamente 20 a 30 minutos de actividad física moderada a intensa, dejando en claro que entrenar más tiempo no necesariamente brindará más beneficios. Realizar un entrenamiento 2 o 3 veces por semana para comenzar, es una excelente opción.

Cuando el ejercicio se transforma en un hábito instalado, naturalmente sentimos la necesidad de movernos todos los días y podemos alternar distintos tipos de movimiento o actividad física, tanto competitiva como recreativa.

Es fundamental cada vez que realizamos actividad física, cuidar la hidratación, escuchar nuestro cuerpo y respetar las pautas de entrenamiento. El sobre entrenamiento es una experiencia poco amigable para nuestro cuerpo y puede promover lesiones.

En síntesis, la actividad física genera múltiples beneficios para la salud física y mental, favorece la integración social y promueve la longevidad. Es un hábito fundamental en el contexto de un estilo de vida saludable y una de las mejores terapias no farmacológicas para las personas, en todas las etapas de la vida.

*Médica (MN 88956), health coach