El 2024 es como esos partidos de futbol que el árbitro no termina nunca. Ya pasaron 20 minutos de tiempo adicional y sigue. Pero termina mañana. Para tristeza de los tres argentinos a los que mejor les fue este año: Javier, Karina y Santiago.
Pablo Neruda decía que “la (mala) suerte es el pretexto de los fracasados”, lo que en una interpretación libre y caprichosa (las interpretaciones si no son caprichosas, para que están) se diría que la (buena) suerte seria la receta de la mágica de los exitosos. Demasiada sencillez y complejidad al mismo tiempo y capaz que la cosa es más simple.
Nada afecta al gobierno libertario. Lo que pasa bueno es mérito del Presidente (esto sucede en todos lados) y lo malo, navega entre “que no paso” –con encomiable colaboración de ciertos colegas amigos (del gobierno)- y “si algo paso” fue culpa de San Martín, Rosas, Yrigoyen y Perón. Ah, y de Macri. Expliquemos el “si algo paso”: según la RAE es “todo aquello re malo para el gobierno que Santiago Caputo logra que no sea noticia o que ningún opositor diga nada”.
No es culpa de Javier o de Santiago que la oposición, salvo el kirchnerismo –y no siempre- haya decidido dejar de serlo. No sabemos que es ni quiere ser. Pero lo grave, es que tampoco lo saben ellos. Casi cómico, sino fuera porque hay un país en el que nadie se opone a nada que haga el gobierno.
Milei, Marx, la cafetera y la chocotorta
Es el país de Alicia. Maravilloso.
A Javier lo que es del Cesar: no solo logro hacer desaparecer el déficit fiscal (vaya uno a saber cómo) sino que por primera vez en décadas los argentinos parece que comprendimos que no podés gastar más de lo que tenés. Todos los gobiernos y todo el mundo lo sabían, pero nadie se animaba hacerlo. Y esto no es suerte. En técnica política derivado del griego, salpimentado con lenguaje de cancha, se llama tener huevos. Y esa finalmente después de mirar cientos de variantes, ideas e indicadores lo que diferencia a Milei de los anteriores gobiernos es que le sobran huevos. A veces esta destacable virtud la aplica muy bien. Otras muy mal. Tampoco es fácil dirigir un par de huevos. Disculpas por la terminología, pero como diría o dijo Fontanarrosa en una histórica presentación en Congreso de la Lengua en Rosario hace años: hay palabras, que no sabemos porque llamamos malas, que no tienen sinónimos.
Siguiendo con definiciones fáciles de entender, esta semana hubo dos del propio Javier. En una dijo que si esto fuera Suiza el no sería Presidente: no hay que agregar nada a semejante sincericidio. Y la otra es que el gobierno, va ganando el partido 2 a 0 pero que recién van 22 minutos del primer tiempo (mucho uso del 2, que un psicólogo lo explique). Ambas frases confirman que Milei tiene los pies sobre la tierra, mucho más que el cardumen de políticos, empresarios (sobre todo), sindicalistas, periodistas (a propósito, ya ha regresado a la vida la idea de “periodista militante” cariñoso modo de llamar a periodistas oficialistas, viene de la era K) y cualquier otra variante zoológica que intenta ser libertaria en la fauna argentina.
No agregamos aquí los logros económicos de la gestión. No nos necesitan. Hay 2437 notas hasta hoy a la mañana, solo reproducidas y escritas la última semana en ese sentido. Por eso nos vamos a ocupar de unos japoneses, que nos hicieron de dudar de Alicia y su país de las maravillas. Serian de Toyota: mira que los tipos han sido voluntariosos (de todos los gobiernos). Pero el carry-trade no tiene corazón. Y cuanto te conviene te la piras. Los ponjas algo hicieron y el Banco Central tuvo que quemar 600 palos de una. Parece algunos muchachos (por no decir varios) importaron cosas y en lugar de pagarlas con el dólar barato de Toto en octubre, esperaron que subiera un poquito, tiraron los pesos por la ventana y salieron a comprar dólares. Es el “out carry trade”. En el medio los Grobo (si, los Grobocopatel) avisaron que no pueden levantar un muerto (bono) de 10 palos verdes en marzo y dejaron impaga una cuota de 100.000. Argumentaron la baja del precio de la soja (la mitad de la época cuando Cristina en una las definiciones más tristes de la historia argentina la llamo “yuyito” y no González) y las consecuencias de la anterior sequía. Implícitamente al hablar del precio de los insumos dijeron sin decir –está prohibido decirlo- el problema del atraso cambiario.
Quien sí se animó a plantearlo fue el FT (Financial Times, pero queda mejor poner FT porque parece que sabes del tema) el diario financiero londinense más importante del globo (no Grobo). En un amoroso articulo del dia viernes plantean que la devaluación brasileña y la posible implementación de aranceles por parte de Trump, podría dejar a la Argentina vulnerable a una “sudden devaluation” (repentina devaluación). En el Hacienda's Palace salieron a transmitir que nada cambiara con el dólar, en sus ideas y cálculos. ¿Fin?
Un 30 de diciembre no es momento para andar mirando números y menos si nos son buenos para Javier, pero resulta las famosas reservas del Central terminan el año “negativas” en un número muy parecido a las dejaron Alberto-Cristina-Massa. O sea, digamos, o sea, seguimos con reservas negativas –muchas- y en enero el gobierno de Javier ya habrá cumplido 13 meses. El FMI pedía que el año no terminara con reservas no “positivas”, en el lenguaje Cobos. Vaya uno a saber qué Fondo Monetario pidió eso. Las cosas cambian. En el gobierno dicen que el “carry-trade” está intacto (como si eso fuera bueno) y que a mediados de enero todo vuelve a estar bien.
En el tranquilo frente político con Trump apareció una inesperada sorpresa (desagradable). Mauricio Claver Carone “enemigo declarado” de G. Francos y T. Caputo parece que va estar en el gobierno de Elon Musk, del que como ya aclaramos, Trump será un importante asesor (al respecto la tapa de El País de Madrid de ayer: “Elon Musk, un agente del caos en la Casa Blanca de Donald Trump”). No solo eso, su ahora novia también. Lo de la pareja no es dato menor: Carone le echa la culpa a G. Francos que cuando ambos dos estaban en el BID, el jefe de gabinete de Javo, fue el operador de la versión de que su actual novia, era su amante, lo que como sabemos le costó el puesto de Presidente del BID. La bronca con Toto es más añeja: Carone jura que fue el quien convenció a Trump de darle 45.000 palos a Mauricio (Macri), y que todo salió para el tujes porque Caputo en versión macrista la patino en el mercado tratando de contener el dólar. Desde la Casa Rosada voceros “oficiosos” salieron a aclarar que no importa Carone y que todo lo decide Elon, perdón Donald. Historia maravillosa de amor y poder, que empalideció a los culebrones de Wanda y Colapinto (que le fallo a la mesa de Juana, no sabe porque). En todo el entramado de la relación Trump-Milei que incluyo la invitación a nuestro Javier a la asunción de Elon, perdón de Donald, algo poco habitual y muy destacable, se nos pasó por alto la relación en serio, añeja y de amistad entre el flamante presidente EE.UU. y Mauricio Macri. Hay dos tipos de relaciones que dejan secuela entre los seres humanos: haber hecho el amor y contar plata juntos. Trump y Macri hicieron lo segundo. Ojo. Si Donald levanta el teléfono y le pregunta por Javier y Mauricio le habla medio minuto de Karina o de Santiago se nos pudre todo.
Jorge Macri se dio cuenta que algo tenía que hacer. Volver a ser feliz en Vicente López no era una opción. Y la va a pelear. Tiene un mérito, apareció alguien que no es K, que intentara hacer algo contra Javo y Kari. Va a dividir las elecciones porteñas entre las locales y las nacionales. Aclaración: en todas las provincias, incluyendo la Ciudad, hay unas señoras y unos tipos que se llaman Legisladores locales. Integran la Legislatura que se ocupa de los temas de la diaria de cada gobierno provincial. En general se dice que el paso por ese cuerpo, ayuda a la felicidad material de alguno de ellos con el correr de los años. Como están escondidos siempre atrás la boleta de diputados nacionales, nadie sabe que los vota, pero los votamos.
La movida del primo Jorge, es tirar las elecciones “locales” para julio (o antes), ganarlas, resguardar el número de legisladores propios, y meterle un dedo a Milei…perdón, y meterle una victoria al PRO antes que en octubre se voten senadores y diputados nacionales. No sabemos cómo saldrá, pero la jugada es divertida y nos da letra (si todo lo que va a pasar en política es que un grupo de radicales va a sacarse una foto con Milei, los periodistas nos morimos de aburrimiento).
Una participante de GH, de manera” espontanea” se movió una musculosa y dejo una teta al aire. Fue lo más audaz que paso en Argentina, no en la televisión, sino en el país en toda esta última semana.
Los dos diplomáticos rusos también hicieron lo suyo. Suponemos que antes. Es decir, se habían tomado no sabemos si solo todo el vino como diría la Mona o algo más. Pero por algo no quisieron hacer el test. Mandaron un niet y chau.
Como la semana pasada nos ocupamos del no acuerdo entre LLA y el PRO nos da como cosa hablar otra vez de un tema, que en media hora va a estar en un lugar y cuatro horas en otro. Porque los protagonistas no tienen la más remota idea que hacer al respecto. Si quieren la semana que viene podemos volver contar todo y en dos semanas desmentirlo que el mismo ahínco y esfuerzo. Como hacen ellos.
Uruguay esta como nunca. Espectacular. Preparándose para el regreso de Frente Amplio, que tiene comunistas –no los de Milei, sino en serio- y ex tupamaros, que no se llevan bien, pero que una vez que Orsi, el que gano, termine su mandato habrán gobernado 20, de los últimos 25 años haciendo del país una cuna del comunismo capitalista.
El clima en el final de diciembre esta frio, lluvioso y ventoso. Capaz que la próxima vez hay que intentar venir en verano.
¡Feliz Año!