La mayoría de los lectores esperaríamos que un empresario exitoso y global de la tecnología, como Jeff Bezos, recomendaría destinar nuestros recursos a pensar negocios de futuro, buscar algo bien disruptivo que sacuda al mercado. Sin embargo, su principal lección no podría estar más alejada de eso, y en una entrevista desnuda su estrategia sin vacilar. Si queremos triunfar, tendremos que concentrarnos en aquellas cuestiones que no van a cambiar en los próximos 10 años. Y una de ellas es, sin lugar a duda, que lo seres humanos seguiremos necesitando agua como de ningún otro elemento para poder vivir.
Los estudios más conservadores afirman que el consumo de agua en el planeta se duplicará en la próxima década, por el crecimiento poblacional, por el aumento de las temperaturas y por el incremento de la necesidad de agua para producir alimentos, manufacturas industriales, energía y servicios tecnológicos. Las personas y organizaciones exigirán, como nunca antes en la historia, disponer de agua en grandes cantidades, a toda hora del día, de mayor calidad y contarán con un nivel de formación sin precedentes que los convertirán en consumidores sofisticados de agua, capaces de distinguir entre las virtudes y defectos de las distintas fuentes, procesos y envases, entre otros. Además, el precio del agua tendrá una clara tendencia al alza, guiada por el aumento de la demanda, restricción de la oferta y mayores costos para la potabilización, tratamiento y transporte.
Por todo aquello, invertir en agua será una decisión de la que pocos se arrepentirán. La gran pregunta es cómo hacerlo. Y es en este sentido en lo que aún queda mucho camino por recorrer a fin de acercar a los inversores individuales e institucionales a este sector.
En la actualidad el abanico de opciones para invertir en agua se restringe al siguiente listado:
- Emprender en el sector del agua, invirtiendo recursos en la apertura de nuevas empresas.
- Desarrollar soluciones para las empresas del sector del agua, en comercialización, marketing, tecnología, calidad, etc.
- Comprar acciones de empresas del sector hídrico: servicios públicos, tecnologías, infraestructura.
- Invertir en ETFs y Fondos de inversión especializados en agua.
- Invertir en bonos verdes, bonos de agua y tokens para financiar proyectos hídricos sostenibles a nivel global.
- Invertir en Futuros sobre derechos de agua y mercados emergentes en derechos de uso.
- Invertir en infraestructura hídrica.
- Capacitarse en las skills que necesita el sector, como la ingeniería hidrológica o química, sommelier de agua o especializarse en procesos de automatización.
Dentro del propio sector del agua existen segmentos de mayor potencial, entre los que se destacanlos sistemas de riego, el agua de manantial, los sistemas de regeneración de agua, los filtros domiciliarios, el agua para la gastronomía y el turismo premium, y las aguas adaptadas a cada necesidad.
Agua: el bien más abundante del planeta y a la vez el más escaso
A todo esto, debemos agregar otras variables que harán del agua un recurso de inestimable valor durante todo el Siglo XXI. Por un lado, se consolidará como el elemento más transportado a nivel mundial, tanto en operaciones de comercio exterior como a través de obras de infraestructura que atraviesen fronteras dentro y fuera de los países. Por otro lado, por primera vez en la historia la Huella Hídrica, que es la cantidad requerida para la producción de una unidad de una manufactura o producto, se convertirá en una variable de elección de marca de los consumidores y será considerada en los precios de las exportaciones bajo el mecanismo de agua virtual.
Argentina debe enfocarse en trabajar fuertemente para que nuestro país sea un faro para los negocios sustentables en el sector del agua a nivel internacional. Las empresas argentinas del agua son una de las mayores riquezas de nuestra nación.