OPINIóN
al menos 16 muertos

Incendios devastadores acechan la Amazonia peruana

Nueve regiones del Perú han visto gran parte de sus recursos naturales reducidos a cenizas en los útlimos días, por el incendio forestal más importante y descontrolado de los últimos años. Organizaciones ambientales y animalistas denuncian los graves daños a la flora y a la fauna, incluyendo especies en peligro de extinción y la mala respuesta del gobierno. También están amenazados por las llamas importantes zonas arqueológicas. Perú ha sufrido incendios a lo largo del tiempo, pero nunca de esta magnitud, que especialistas atribuyen a malas prácticas agrícolas, el cambio climático y la deforestación.

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Humo y quejas. Arde la Amazonia y protestas populares ante la mala respuesta del gobierno de la presidenta Dina Boluarte. | afp

En cuestión de días, los recursos naturales de la Amazonia peruana se vieron reducidos a cenizas en el incendio forestal más importante y descontrolado de los últimos años. Las llamas arrasaron con la flora, fauna e historia de al menos nueve regiones del país que hasta hoy no logran sofocarlas y que se reavivan de tanto en tanto causando además un daño ambiental de magnitudes incalculables.

Pretender informarse a través de la palabra oficial de la presidenta Dina Boluarte o los ministros no es suficiente en un país donde recién esta semana, y a regañadientes, se declaró en emergencia a solo tres de las regiones afectadas, San Martín, Ucayali y Amazonas, luego de que el primer ministro dijera horas antes que no había “razones críticas” para justificar esto, haciendo caso omiso al pedido desesperado de los gobiernos regionales para que se liberaran partidas, se destinaran fondos rápidamente y se coordinara con las áreas especializadas.

Hasta el momento habría 16 muertos, según informó Defensa Civil, pero esta cifra irá subiendo a medida que la comunicación avance en la zona.

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Daños. Entre los daños en el ecosistema es impactante ver cómo animales de todo tipo intentan huir de las llamas y el calor. Uno de ellos es el oso andino, conocido como “oso de anteojos”, que vive en la zona de la Amazonia y es considerado una especie en extinción, su hábitat fue arrasado por el fuego así como el del mono choro cola amarilla, que está declarado en “peligro crítico”. Las campañas en todo el país para atender a los animales se replican con pedidos de medicinas, gasas y especialistas, ante las angustiantes imágenes de los animales heridos, o quemados, intentando escapar.

Pero el desastre natural no es es el único que importa, también se habla de la destrucción de zonas arqueológicas como la Marcahuamachuco; los sitios arqueológicos Huerta Huaraya-Yanamayo, en Puno; Wata, en Cusco; Tunanmarca, en Junín, y el complejo arqueológico monumental de Tinyash, en Huánuco, donde se han realizado diversas acciones para su preservación.

Los daños se estiman en más del 50% de estos sitios, y lo peor es que hay algunos otros que aún no han sido considerados por la imposibilidad de acceder a la zona. Aun así, el Ministerio de Cultura asegura que ninguno de los 13 sitios arqueológicos que se encuentran en estas regiones y que fueron declarados como patrimonio de la humanidad, entre los que se encuentran el santuario Histórico de Machu Picchu (1983) y la ciudad de Cusco (1983), fue dañado. 

Diferencias. Si bien Perú ha pasado por incendios forestales, la magnitud de lo que se está viviendo lleva a preguntarse por qué esta vez es diferente, y para ello existen varias explicaciones (y algunas otras hipótesis), vinculadas en su mayoría a las malas prácticas agrícolas, el aumento de las temperaturas por el cambio climático, el viento y la deforestación. Este último punto no es un dato menor. Los incendios se producen coincidentemente con la aprobación de una ley que, en teoría, era para “regular” la deforestación pero que cuenta con vacíos legales que permiten una libre interpretación.

La desazón generalizada de quienes vemos el paso de las llamas arrasando con la vida y la historia de gran parte del país ante la inacción de un gobierno que no solo demoró en reaccionar, sino que ha dejado librada a su suerte a estas regiones, es enorme. En Perú los bomberos no son “profesionales”, con esto quiero decir que no reciben una formación de carrera, un sueldo o un seguro de salud, entre otras cosas. Todos los que están luchando contra las llamas lo hacen como voluntarios. El pedido de ayuda desesperado de quienes con heroísmo están intentando enfrentar a este gigante expone la necesidad de agua, de materiales y elementos que les permitan apagar el fuego. Es David contra Goliat, armado (en algunos casos) únicamente con matafuegos porque los autobombas tienen más de 15 años de uso y ya casi no funcionan. Es triste ver el sufrimiento de los animales, sedientos, de los agricultores que ven reducidas a cenizas sus vidas, sus casas, mientras la presidenta mira el paso de las horas en algún Rolex de dudosa procedencia, cuestionada e investigada por sus lujos, haciendo pedidos al Congreso para salir del país mientras el suyo, tristemente, se desangra.

*Desde Lima.