El brutal ataque sorpresa del grupo terrorista palestino armado Hamas en Israel, el 7 de octubre de 2023, ha dejado heridas difíciles de cerrar para Israel. A pesar de la tecnología y de los aparatos de inteligencia israelí, Hamas desató un infierno, 1200 personas fueron salvajemente asesinadas, centenares secuestradas, al día de hoy se estima que de las 96 que permanecen retenidas y otras 34 habrían muerto.
La respuesta israelí fue demoledora, ha dejado ya unos 44 mil palestinos, según el conteo que a diario difunden las autoridades en Gaza, elcosto humanitario para su población es atroz, y se ha convertido en un conflicto que parece no tener fin, tornándose cada vez más violento, extendido ya a zonas de Líbano e incluso a Yemen. Israel mantiene el apoyo de Estados Unidos. Donald Trump ya advirtió a Hamas que debe liberar los prisioneros israelíes que todavía mantiene “antes del 20 de enero de 2025”, día en que asumirá por segunda vez la presidencia "o habrá consecuencias". La toma del rehén y posterior fallecimiento del soldado de doble nacionalidad Omar Neutra (israelí-norteamericano) atiza la mayor espiralización del conflicto. También hubo rehenes argentinos en el ataque de Hamas. Pero lo dramático es que el cuadro general, sumado a los ataques que cruzan Israel y Hezbolá en el Líbano, hacen que la situación se torne cada vez más compleja.
Entre tanta sangre, dolor y escombros, el conflicto solo ha renovado el odio de ambas partes. Incluso ha fomentado el antisemitismo en Europa y Estados Unidos.
Israel asesinó al líder de Hamas, Yahya Sinwar, considerado como uno de los organizadores del ataque del 7 de octubre. Era el líder de la organización terrorista. Al mismo tiempo, la Comisión de investigación de la ONU (Consejo de Derechos Humanos) ha analizado los ataques del 7 de octubre del 2023 y la respuesta israelí; ha destacado como crímenes de guerra los cometidos por el grupo terrorista de Hamas, pero también ha cuestionado como delitos de lesa humanidad muchos de los hechos cometidos por Israel en su respuesta militar. Incluso el uso de la “directiva Aníbal”, un protocolo que implica “impedir que se capturen civiles israelíes y sean trasladados a Gaza, incluso si eso implica asesinarlos”.
De fondo, entre tanta sangre, dolor y escombros, el conflicto solo ha renovado el odio de ambas partes. Incluso ha fomentado el antisemitismo en Europa y Estados Unidos.
Por otra parte, las negativas de Benjamin Netanyahu al alto el fuego hasta “que Hamas sea destruido” complican los procesos de negociación que se intentaron. El 4 de noviembre del 2024, uno de los colaboradores de Netanyahu (Eliezer Feldstein), fue arrestado por la policía israelí, presuntamente por filtrar información secreta (militar y emitida de forma ilegal) a medios extranjeros. Familiares de las victimas secuestradas por Hamas creen que Netanyahu dilata las negociaciones porque el fin de dicho conflicto lo obligaría no solo a llamar a elecciones, sino además a responder a los procesos judiciales internacionales abiertos por la masacre humanitaria en Gaza.
Las negociaciones en las mediaron Egipto y Qatar se estancaron. Netanyahu, con serios cuestionamientos internos, sostiene que Hamas "altera una y otra vez los puntos que se acuerdan sobre los rehenes”. como contracara, Hamas acusa a Israel de ir imponiendo nuevas condiciones, con el fin de demorar el acuerdo.
Pero ¿qué sucede cuando la “moneda de canje” son civiles indefensos?¿Cómo evitar una cosificación de la vida y de la dignidad humana ante tanto odio y tanta guerra?
Las heridas del pueblo judío (Holocausto) y del pueblo palestino (Nakba) representan sufrimientos que sangrarán por siempre, y deberían ser un llamado a la conciencia de que hay personas indefensas, de ambos lados, que están pagando con sus vidas la escalada de odio.
Ni autoritarismos de Estados, ni grupos armados terroristas traerán jamás la solución, y el dolor del pasado debería ser el puente entre ambas partes para llegar a la paz. Ver a ambas partes como un todo conducirá a errores, y es crucial que se adopten miradas no solo desde el respeto a los Derechos Humanos, sino también al Derecho Natural. El uso de la estrategias psicológicas, del terrorismo, violencia y autoritarismos conducen a estados emocionales que solo pueden alimentar la escalada de odio. Y cuando dicha espiral crece es difícil frenarla, porque la deshumanización permite las peores atrocidades.
* Lic. en Ciencias Políticas