OPINIóN
Sobrevive

Fascinante Fascismo

El fascismo se mueve, como diría Friedrich Nietzsche, con nuevas y cautivantes máscaras. En Argentina emergió en el golpe del 6 de septiembre de 190 contra Hipólito Yrigoyen, en la figura de Jose Félix Uriburu, al que apodaban “Von Pepe”, pero continuó y está en todas partes.

La extrema derecha 2.0 y la banalización del fascismo, ejes de poder de la nueva Italia
La extrema derecha 2.0 y la banalización del fascismo, ejes de poder de la nueva Italia | Télam

El título pertenece a esa pensadora notable que fuera Susan Sontag que aparece en el valioso libro que acaba de publicar Melina Alexia Varnavoglou en Filosofía & Co.

En dicho libro, se señala que la escritora calificó de “fascinante fascismo” a la operación que intentó desnazificar a la cineasta del III Reich, Leni Riefenstahl, la que filmara ese panegírico absoluto a la tragedia nazi que fue El triunfo de la Voluntad

Este fascinante fascismo aparece de pronto denunciando como trans a una boxeadora, en las Olimpíadas que se muestran en París, o sea, como masculina a alguien que es femenina.

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O culpando a los inmigrantes islámicos de un horrendo triple crimen cometido por un nativo inglés, cuyos padres habían emigrado a las islas británicas dos décadas atrás.

Son técnicas de este siglo, de este nuevo Cambalache del siglo XXI, donde como advirtiera el inmortal Discepolín, también “toda da igual”, “el malandra y el gran profesor” y “el que no afana es un gil”.

Y en EEUU, ahora atacando a Kamala Harris por su doble origen, indio y centroamericano, o como lo hicieran anteriormente con  Barack Obama acusándolo,  cuando sólo era candidato, de ser musulmán, aunque era cristiano, de no ser norteamericano a pesar de haber nacido en Hawai y de ser socialista a pesar de ser liberal.

Es decir ya no es el fascismo tradicional del ultracatolicismo franquista, que fusilara a Federico García Lorca y echara de sus cátedras a Miguel de Unamuno, con una férrea censura y triunfara en una sangrienta guerra civil, que retrata magistralmente El corazón helado de Almudena Grandes, comenzando con una frase del excelso poeta Antonio Machado: “Una de las dos España os dejará el corazón helado”.

Susan Sontag calificó de “fascinante fascismo” a la operación que intentó desnazificar a la cineasta del III Reich, Leni Riefenstahl, quien filmó ese panegírico absoluto de la tragedia nazi que fue El triunfo de la Voluntad"

Tampoco es la ópera trágica de Mussolini en Italia, que muestra dramáticamente el personaje de Gian María Volonté en “Cristo se detuvo en Eboli”, que es la vida de Carlo Levi, pensador exiliado en ese pueblito como condena; con las purgas de los camisas negras con aceite de ricino a sus adversarios y la persecución a las familias judías, como telón de fondo de su trágica alianza con Hitler.

Tampoco es este Führer austríaco devenido en “el gran Dictador” que retratara el genial Charles Chaplin socarronamente, pero que en la realidad histórica ordenara a sus esbirros, el exterminio de los 11 millones de judíos europeos, retratado todo esto en La Conferencia el film alemán, basado en las actas de la reunión en el lago Wannsee, donde se instrumentó“la solución final” del planeado Holocausto.

Tampoco es el fascismo encubierto del stalinismo, cuando el mítico Joseph Stalin, decidía la eliminación lisa y llana de sus supuestos adversarios, o el exilio terminal en Siberia y el asesinato a distancia como el perpetrado contra Trotski en la tan lejana Mexico, muchos años después de su exilio forzoso.

No reír, no lamentar, no detestar, tratar de entender…

Aquí y ahora todo está confuso y mutilado como diría Baruch Spinoza en el siglo XVII; ante todo, está en cuestión la libertad de opinión, de expresión y de pensamiento que el propio Spinoza en su Tratado Teológico Político de 1670 y John Locke, en sus escritos que desembocan en la Revolución Gloriosa Inglesa de 1688, determinaran como imprescindibles en toda sociedad humana.

Las redes que cubren la infinitud de Internet atacan con precisión quirúrgica y en manada todas aquellas expresiones que no coinciden con el pensamiento de ultraderecha de los suprematistas blancos que se proclaman furiosamente ultraliberales en lo económico, marcadamente heterosexuales en sus pulsiones eróticas y avanzan fervorosamente contra cualquier reivindicación de lo femenino.

No hay que olvidar que esta prédica constante termina por herir la esencia democrática que surgiera trabajosamente a finales de la Segunda Guerra Mundial y la ficción que Francis Fukuyama expresara como “final de la historia”, que es un cristal que se ha hecho pedazos a nivel global y con serias implicancias locales.

La presencia a nivel del Norte geográfico de partidos amenazantes de ultraderecha, ya es una constante europea con sus variantes geográficas. A ello contribuyen sin duda las guerras en curso, en Ucrania, en Medio Oriente y en la tan olvidada Sudán como ejemplos actuales.

Este fascismo encubierto se ha mostrado en la negatoria en la Venezuela de Nicolás Maduro a entregar las actas correspondientes a la elección del país caribeño.

Y aquí el fascismo había emergido en el golpe del 6 de septiembre del 30 contra Hipólito Yrigoyen, en la figura de Jose Félix Uriburu, al que apodaban Von Pepe.

Que acentúa su carácter en la década de plomo de los 70, tanto en las organizaciones guerrilleras, como en la siniestra triple A del loperreguismo y alcanza su  climax en el sombrío Proceso, con la desaparición de personas, bebés y bienes, culminando con la tragedia inconmensurable de la pérdida de nuestras Malvinas.

Y aquí y ahora, este fascinante fascismo como diría Susan Sontag, se propone rehabilitar, como ocurriera en su momento con Leni Riefenstahl, a aquellos que se movieron en las sombras para cometer sus delitos de lesa humanidad, evitando cuidadosamente las leyes y las bases de la Constitución histórica de la República.

Hemos crecido en el odio

Mientras tanto en la Argentina del siglo XXI sigue muriendo una mujer cada 36 hs; la ex vicepresidenta sufrió un atentado contra su vida y la pareja de un ex presidente, se presume, ha padecido violencia de género y todo tipo de agresiones.

Y en esta guerra contra las mujeres, que libra entusiastamente el fascinante fascismo, a nivel global y local, hay que recordar nuevamente a SusanSontag cuando aseguró: “Para los que están seguros de que lo correcto está de un lado, la opresión y la injusticia del otro y que la guerra debe seguir, lo que importa precisamente es quién muere y a manos de quien”…

Aquí y ahora, los senadores y Senadoras de la República, tienen la oportunidad y la responsabilidad de reemplazar con dos mujeres las vacancias en la Corte Suprema de Justicia de la inolvidable Carmen Argibay y de Elena Highton de Nolasco, como necesidad universal de la paridad de género, y como homenaje a todas aquellas que han sufrido y sufren violencia de género a lo largo y a lo ancho de la República.

Quizás esta Argentina del cuarto del siglo XXI, debería inspirarse en Carlo Ancelotti, el notable entrenador italiano del Real Madrid, campeón del Mundo, cuando asegurara: “Hay que mirar para atrás para no volver a cometer errores” y sobre todo “concéntrense en lo que está pasando frente a nuestros ojos”…

Y también, por lo obtenido por los dos Lionel, Scaloni y Messi, que lograron convocar en las calles argentinas a cinco millones de personas, por sus hazañas deportivas, sin distinción de banderías partidarias, con simplemente hacer realidad, no con el decir y sí con los hechos, cuatro palabras que deberíamos poder escuchar, todas y todos, todo el tiempo: entusiasmo, generosidad, humildad y respeto…