OPINIóN
Educación

Escuela, alumnos y celulares

Los dispositivos electrónicos son omnipresentes en la vida de docentes, alumnos y padres por igual. En tiempos de algoritmos con rumbo propio e inteligencias artificiales regidas más por acumulación de datos que por creatividad, regular el uso de un teléfono parece una solución pequeña frente a un problema inmenso.

Más colegios le dicen adiós a los celulares en el aula.
Más colegios le dicen adiós a los celulares en el aula. | Reperfilar

La reciente regulación sobre el uso de los teléfonos celulares en las aulas de la Ciudad de Buenos Aires pone nuevamente sobre el tapete una vieja discusión respecto de la introducción de las tecnologías en el universo escolar.

Si tal como dice el investigador argentino Carlos Scolari  “la historia de los medios es también la historia de los pánicos mediáticos y el miedo a los medios”,  la desconfianza de la escuela hacia las innovaciones tecnológicas nos recuerda las resistencias del pasado frente a la llegada de las biromes, la máquina de escribir, la televisión, y las calculadoras, tecnologías que fueron, al principio, observadas con recelo.

El documento, en su introducción, recupera algo que ya sabemos desde hace muchos años: la digitalización y/o las mediatizaciones digitales han transformado todos los procesos de la vida cotidiana, entre ellos los de enseñar y aprender.

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Desde esta perspectiva, las nuevas orientaciones enfatizan la necesidad de "promover" un uso "seguro" de los dispositivos, un enfoque que evoca las preocupaciones de la escuela de los años 80, que buscaba proteger a los estudiantes de los efectos negativos de los medios de comunicación, como la televisión. 

La desconfianza de la escuela hacia las innovaciones tecnológicas recuerda las resistencias del pasado frente a la llegada de las biromes, la máquina de escribir, la televisión, y las calculadoras"

Sin embargo, la regulación actual se basa en datos de las pruebas PISA de 2022 y menciona "algunas investigaciones" sin proporcionar referencias del todo claras, lo que complica poder ponderar el argumento.

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De acuerdo a la mirada expresada en el documento, en el nivel secundario por ejemplo, los celulares deberían utilizarse solo en actividades pedagógicas específicas, para prevenir distracciones

Este tipo de mirada parecería no poder abordar la raíz del problema: la relación de los estudiantes con la tecnología. Prohibir los automóviles para evitar accidentes de tránsito podría parecer una medida similar que no soluciona nada.

El informe hace hincapié en la necesidad de incluir las tecnologías digitales siempre que estén alineadas con el currículum y la planificación. Notamos aquí otra visión "adultocéntrica" del asunto. Ya en la noción de "alfabetismo transmedia" que propone Carlos Scolari se ve la necesidad de que la escuela retome habilidades, competencias y estrategias que se construyen por fuera de la escuela y que operan como estrategias de aprendizaje informal.

Esta mirada parecería no poder abordar la raíz del problema: la relación de los estudiantes con la tecnología. Prohibir los automóviles para evitar accidentes de tránsito podría ser una medida similar..."

Esta última cuestión es esencial dado que el abordaje escolar debería incluir necesariamente los nuevos procesos de construcción de la subjetividad, las cuestiones vinculadas a la identidad digital y las nuevas formas de socializar a partir del contacto con las tecnologías digitales.

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El aspecto vinculado a los usos de los medios (y de las tecnologías) ha sido ampliamente abordado en muchas investigaciones en Argentina y en la región. La evidencia empírica puede dar cuenta del modo en el que los estudiantes utilizan sus dispositivos móviles para aprender. 

Pero, en lugar de preguntarse qué impacto tienen los celulares en los alumnos, sería más pertinente saber cómo los alumnos utilizan esos dispositivos. 

El comunicólogo Jesús Martín Barbero ya había definido este proceso como el paso “de los medios a las mediaciones”, es decir, poder entender cómo se negocian, interpretan y se utilizan los medios en la vida cotidiana.

El abordaje escolar debería incluir necesariamente los nuevos procesos de construcción de la subjetividad, las cuestiones vinculadas a la identidad digital y las nuevas formas de socializar"


Pensar en la regulación del uso de un dispositivo omnipresente en la vida de docentes, alumnos y padres se plantea complejo. Quienes estamos frente a alumnos en el nivel secundario o superior sabemos que la posibilidad de regular de manera estricta el uso de una tecnología, es una idea algo difícil de implementar.

Queda pendiente quizás una reflexión epistemológica respecto de qué es la tecnología. Si, desde las políticas públicas, sólo las pensamos como una mera “herramienta” para lograr otros fines (una visión instrumentalista) estamos perdiendo el foco de que la tecnología nos transforma, pero que también nosotros la modificamos e incidimos sobre ella con nuestros usos, rituales y repertorios.

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El debate es bienvenido. Tenemos que pensar en la ludopatía, los consumos problemáticos y otras cuestiones asociadas. Pero desde un abordaje en donde se privilegie la formación y el pensamiento crítico, en donde la escuela pueda pensar a la tecnología desde una perspectiva sociotécnica, en un encuadre histórico, social, político, económico. 

En épocas de acumulación intensiva de datos por parte de grandes plataformas tecnológicas, de sesgos provocados por algoritmos y la irrupción de la inteligencia artificial, la regulación del uso de un dispositivo aparece como una solución pequeña frente a un gran desafío.

El ecosistema mediático actual, que opera como un entorno en todas nuestras prácticas sociales, nos da hoy la posibilidad de contraponer ideas, experiencias y evidencias, que deberían estar alejadas de miradas tecnofóbicas (asociadas a los pánicos mediáticos ya mencionados) y de despreocupaciones tecnofílilcas (en donde la tecnología por sí sola es la panacea de la humanidad). 

Proponemos una mirada que ahonde en la lectura crítica de los contextos, una visión colaborativa entre docentes, autoridades, familias e investigadores con una perspectiva amplia y enriquecedora.

*Director del Área de Educación de la Facultad de Ciencias de la Educación y de la Comunicación Social de la Universidad del Salvador. Es doctor en Comunicación Social, docente de nivel secundario, universitario de grado y posgrado e investigador