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OPINIÓN

En caso de decepción rompa la expectativa

¿Qué realidad vive el votante de Javier Milei? ¿Cuál es su estado de ánimo después de seis meses de gobierno? Desde el equipo de opinión pública cualitativo de la Consultora Proyección, buscan construir una respuesta a estas preguntas.

Milei en el Cenard
Milei en el Cenard | NA

¿Qué realidad vive el votante de Javier Milei? ¿Cuál es su estado de ánimo después de seis meses de gobierno? Desde el equipo de opinión pública cualitativo de la Consultora Proyección, buscamos construir una respuesta a estas preguntas a partir del análisis de grupos focales que realizamos en las últimas semanas, en los que participaron exclusivamente votantes de Milei de la primera vuelta.

Sigmund Freud introdujo los principios de placer y de realidad como fundamentos del funcionamiento psíquico. El principio de placer busca la gratificación inmediata para evitar el dolor, mientras que el principio de realidad pospone esa gratificación, adaptándose a las exigencias del entorno para evitar consecuencias negativas.

Jacques Lacan, ampliando las ideas de Freud, agregó el concepto de goce, que, más allá del placer, incluye sufrimiento y transgresión, desafiando la lógica del placer racional.

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El principio de realidad requiere la renuncia temporal al placer inmediato, ya que, en él, el sujeto encuentra satisfacción en el sufrimiento (por ejemplo, hacer un gran esfuerzo o un sacrificio) transformándolo en una forma de placer.


Qué piensan los votantes de Javier Milei: "Si la experiencia sale mal, no ven alternativa"

La interacción entre estos principios muestra que los deseos humanos no se reducen a una simple dicotomía entre placer y displacer. En la política y la sociedad, esta complejidad se manifiesta en comportamientos aparentemente irracionales que ofrecen una forma de goce que desafía la lógica convencional.

La magnitud de esperanza que mantienen hoy los votantes de Javier Milei, es proporcional al vacío frente al que se encuentran, con promesas que aún no se cumplen. Están atravesando una situación paradójica: padecen los efectos del ajuste económico, enfrentan la necesidad de “hacer malabares” con su economía, reducir gastos y buscar trabajos adicionales o changas (que en algunos casos no encuentran). Viven al día, con estrés e incertidumbre sobre lo que les deparará el futuro. En medio de este esfuerzo constante, una pregunta fundamental resuena en sus mentes: ¿Valdrá la pena?

Javier Milei

Las identificaciones, las formas de gozar y su posición respecto a la existencia en el mundo penden de un hilo. Parece haber un patrón de resistencia y negación en su comportamiento. A pesar de la incertidumbre y el agotamiento, continúan aguantando sin ver cambios materiales, más allá de vastos gestos simbólicos oficiales. Están en una encrucijada, atrapados entre la incertidumbre y la falta de alternativas claras que los interese.

Pensar en la relación entre el goce, la subjetividad y la identificación con un ideal político es crucial. El enamoramiento político puede llenar una falta simbólica, pero al enfrentarse con la realidad, con lo que no llega, con el esfuerzo sin fin, se inicia un proceso de negación y resistencia a aceptar la desilusión. Estos estadios posteriores a la etapa del enamoramiento inicial con el líder suceden (antes o después, en mayor o menor medida) en los distintos votantes y sus candidatos una vez que llegan al poder.


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Los votantes de Milei parecen aferrarse a una ilusión de completud y felicidad prometida, incluso cuando algunas pruebas que ellos mismos aportan sobre su economía doméstica puedan mostrar lo contrario. Consideran que los culpables son aquellos que no los han escuchado en gobiernos anteriores.

Milei supo aprovechar y ocupar ese espacio vacío. Su figura de hombre honesto y común, actitud desafiante y distinta, los cautiva. Pero ahora, por primera vez, comienzan a cuestionarse si realmente les está ofreciendo soluciones a sus problemas. Un participante de un grupo focal expresó: “Siento que he perdido libertad, eso me angustia”, “ya no puedo ajustarme más, pero hay que esperar”.

Presidential Candidate Javier Milei Holds Campaign Event

La identificación con un líder carismático (como sus votantes lo nombran) puede ser una forma de buscar satisfacción y plenitud, pero también puede llevar a la negación de la realidad y al mantenimiento de ilusiones. Reconocer que algo no funciona, que no es lo esperado, los dejaría solos, ya que no hay aun otra figura que los atrape.

Hay distintos estadios en el vínculo votantes-líderes (aunque no necesariamente se mueven como una masa homogénea): enamoramiento, goce, negación, enojo y nuevo enamoramiento. Analistas y opositores a Milei se preguntan cómo captar su atención, con qué tono hablarles, qué mensajes transmitirles y cuáles evitar.

Lo primero que deben saber es que cada etapa implica formas distintas de vinculación y diálogo. Pero lo segundo y crucial es que nadie se enamora en la víspera.

 

(*) Ana Monsell, psicoanalista
Santiago Giorgetta, analista político
Manuel Zunino, sociólogo