OPINIóN
Polarización

El poder y el peligro de la comunicación en la política

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Milei. Su estilo combina franqueza con toques de showmanship. | AFP

En el panorama político actual, la comunicación se ha convertido en un arma poderosa que da forma a las percepciones públicas, influye en las decisiones de los votantes y moldea el destino político. Los líderes que comprenden y aprovechan su poder tienen una ventaja significativa en la compleja arena política.

El auge de la comunicación estratégica, ejemplificada por figuras como el presidente Javier Milei, demuestra su impacto transformador. El estilo poco convencional de Milei, que combina franqueza descarada con toques de showmanship, ha resonado entre un público ávido de autenticidad. Su capacidad para establecer una conexión emocional con sus partidarios ha eclipsado las críticas de los detractores, lo que sugiere la importancia primordial de la comunicación en la era moderna.

No obstante, este enfoque también plantea interrogantes sobre las consecuencias a largo plazo de la polarización afectiva. El constante uso de la moralidad en el discurso político crea divisiones y obstaculiza el diálogo constructivo. Además, los algoritmos y las burbujas de información pueden aislar a los líderes de las críticas y aumentar el riesgo de tomar decisiones fuera de contacto con la realidad.

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La comunicación política polarizada es un arma de doble filo. Si bien puede galvanizar a los partidarios y crear una clara distinción entre bandos políticos, también conduce a una erosión de la moderación y a un discurso cada vez más divisivo. Cuando los líderes políticos abrazan la retórica moralista y demonizan a sus oponentes, crean una atmósfera de “nosotros contra ellos” que socava la confianza y la cohesión social.

Además, la polarización afectiva alimentada por los algoritmos y las burbujas de información crea cámaras de eco donde las personas solo están expuestas a puntos de vista que refuerzan sus propias creencias. Esta falta de exposición a alternativas crea una ausencia de consenso y dificulta que los líderes comprendan las necesidades de todo el espectro político.

Para mitigar los efectos negativos de la polarización de la comunicación, es esencial fomentar un discurso civil, promover la moderación y alentar el uso responsable de las redes sociales. Los líderes políticos deben priorizar la búsqueda de un terreno común y evitar demonizar a los oponentes. A la vez, deben esforzarse por escuchar a todos los sectores de la sociedad y considerar diversas alternativas a sus propias creencias.

Si no se aborda adecuadamente, la comunicación polarizada puede fragmentar a la sociedad, obstaculizar el progreso y dañar los cimientos de la democracia. Es responsabilidad de los ciudadanos, los medios de comunicación y los líderes políticos trabajar juntos para promover un discurso más constructivo y civil.

La comunicación es un arma poderosa en la política moderna, con el potencial tanto de transformar como de erosionar. Los líderes que comprenden su poder y lo utilizan hábilmente pueden dar forma al panorama político. Es esencial abordar los posibles peligros de la polarización de la comunicación para garantizar que siga siendo una fuerza para el bien en nuestra sociedad.

*Profesor de Asuntos públicos y comunicación de crisis de la Escuela de Posgrados en Comunicación de la Universidad Austral.