OPINIóN
Moda

El legado de Donatella Versace

Capri Holdings, actual dueño de la marca de Gianni Versace, también tiene Prada y algunos vaticinan una fusión. Donatella será “tan solo” la Embajadora, pero nadie olvida que una de sus creaciones, para Jennifer López, impulsó a Google a lanzar la pestaña “imágenes”.

Donatella Versace
Donatella Versace | Instagram

La salida de Donatella Versace como directora creativa de la casa fundada por su hermano marcó el cierre de una era en la moda. Tras casi tres décadas al frente de la marca, el anuncio oficial llegó el 13 de marzo y sorprendió incluso a quienes ya especulaban con un posible cambio. Dario Vitale, ex director de diseño e imagen de Miu Miu, asumirá el mando en abril. Donatella, por su parte, quedará ligada a la firma como embajadora principal.

A simple vista, la decisión parece estratégica. Capri Holdings, actual propietario de Versace, se encuentra bajo el radar del Grupo Prada, y algunos ya ven en la elección de Vitale un posible guiño hacia una futura venta.

Más allá de ese movimiento empresarial, el legado de Donatella atraviesa un momento bisagra. Después de casi 30 años de sostener la esencia de la marca tras el asesinato de Gianni Versace, la diseñadora dejó una huella que va más allá de la estética: construyó un modelo de liderazgo, lealtad familiar y renovación sin perder identidad.

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El legado de Donatella Versace

El 15 de julio de 1997, Gianni Versace murió asesinado en la puerta de su casa en Miami, un hecho que conmocionó a la industria y al mundo. Ese crimen alteró el destino de la firma en un instante.

Donatella, quien hasta entonces manejaba la línea Versus, quedó al frente de la dirección creativa. Su hermano Santo asumió como CEO. Nadie sabía cuánto podía durar ese esquema, pero sobrevivieron.

Tan solo tres meses después, en Milán, la firma presentó la colección Primavera/Verano 1998 con un cartel que rendía homenaje al trabajo y al amor por Gianni.

Los diseñadores más influyentes de la época —Giorgio Armani, Miuccia Prada, Karl Lagerfeld— estuvieron allí para acompañar. El show fue austero y potente. Donatella no imitó a su hermano. Sin embargo, supo sostener el estilo Versace sin convertirse en su sombra.

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A lo largo de los años, esa decisión marcó la forma en que condujo la marca. Mantuvo la fuerza del diseño provocador, el amor por los tejidos metálicos, los estampados barrocos, las referencias religiosas y el sex appeal directo. Pero también incorporó su mirada. Amplió el espectro, buscó empoderar a las mujeres desde un lugar más contemporáneo y sumó innovación sin que el ADN de Versace quedara diluido.


Moda, poder y cultura pop

Donatella lideró el diseño y moldeó una identidad de marca que cruzó generaciones. Enel 2000, el vestido verde selva que usó Jennifer Lopez en los Grammy provocó tal interés que colapsó los buscadores y empujó a Google a lanzar la función de Google Imágenes. Dos décadas más tarde, J.Lo volvió a lucirlo en pasarela para cerrar la colección Primavera/Verano 2020. Versace estaba en boca de todos y también en todos los timelines.

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Aquel gesto resumió una de las grandes virtudes de Donatella: conectar con la cultura pop sin perder sofisticación. Las alfombras rojas se llenaron de celebridades vistiendo sus diseños. Empezando por Beyoncé hasta Lady Gaga, pasando por Gigi Hadid o Lil Nas X, la marca supo leerse como símbolo de lujo y audacia.

Pero Donatella también miró hacia adentro. En 2018, para los 20 años de la muerte de Gianni, diseñó una colección homenaje que reunió a las supermodelos clásicas —Naomi Campbell, Cindy Crawford, Claudia Schiffer, Carla Bruni y Helena Christensen— vestidas con el icónico tejido Oroton en dorado. El desfile, con base en los archivos de los ‘90, no fue solo un revival. Funcionó como una declaración de principios: el legado estaba vivo y podía resignificarse sin nostalgia.

La alianza con Fendi para la colección Fendace también mostró otra faceta de su liderazgo. Lejos de encerrarse en una marca, Donatella apostó por la colaboración con otros diseñadores como Kim Jones y Silvia Venturini. El cruce incluyó looks intercambiados, humor, reinterpretaciones de logos y una pasarela cargada de estrellas como Kate Moss, Amber Valletta y Naomi Campbell. Pocos nombres en la moda pueden darse ese lujo sin quedar devorados por la fusión.

Una visión que trasciende el apellido

Con su salida, Donatella dejó un mapa. Mantuvo el control creativo durante 27 años sin que la marca se volviera un homenaje estático. Abrazó la herencia de Gianni, pero construyó su camino. También mostró cómo una firma familiar puede evolucionar, atraer a nuevas generaciones y competir en un mercado global sin perder sus raíces.

El nuevo director creativo, Dario Vitale, llega con una trayectoria sólida. Trabajó en Dsquared2, Bottega Veneta y Miu Miu, donde ocupó un rol estratégico junto a Miuccia Prada. Nacido en Italia, formado en el Istituto Marangoni, representa una nueva camada de diseñadores que manejan tanto la narrativa estética como la proyección comercial. Aunque aún no presentó su primera colección, su elección parece responder a una lógica clara: respetar los códigos de Versace sin replicarlos.

Mantuvo la fuerza del diseño provocador, el amor por los tejidos metálicos, los estampados barrocos, las referencias religiosas y el sex appeal directo. Pero también incorporó su mirada"

En paralelo, las cifras refuerzan el interés por la marca. Prada Group, que hoy asoma como potencial comprador, informó en marzo un aumento interanual del 4% en sus ventas minoristas y un crecimiento del 93% en Miu Miu, la firma donde Vitale brilló. En ese contexto, su desembarco en Versace podría anticipar un movimiento corporativo mayor.

Donatella, en tanto, no se aleja. En su nuevo rol como embajadora principal, seguirá ligada al universo que ayudó a sostener y expandir.

“Versace está en mi ADN y siempre en mi corazón”, expresó en el comunicado oficial de Capri Holdings. Más que una despedida, su partida suena a traspaso: entrega el control, pero no la identidad.

La historia de Versace no se explica sin Gianni, pero tampoco sin Donatella. La suya fue una gestión de riesgo, de exposición personal, de decisiones difíciles. Sostuvo una marca luego de un trauma, reinventó su vínculo con la moda y convirtió su imagen en sinónimo de poder. No dejó una fórmula: dejó una postura.

*Diseñadora

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