OPINIóN
17 de agosto

El general San Martín, libertador y guitarrista

Músico apasionado, el héroe de la patria compuso breves piezas marciales para inspirar a sus soldados en batalla. Incluyó dos bandas musicales en el Ejército de los Andes y con O’Higgins fundó una Academia de Música en Chile. Ya exiliado, un maestro catalán le dedicó un preludio que hasta hoy es el "Para Elisa" de los guitarreros.

San Martín tocando la guitarra
San Martín tocando la guitarra | Cedoc Perfil

La música fue para el General José de San Martin no solo un arte, sino también una herramienta estratégica. Aplicó su amor por la música utilizando instrumentos como una forma de dar órdenes a sus tropas. Su apasionado interés por la música lo llevo a transformarse en un habilidoso guitarrista

En el año 1824 el general José de San Martín se encontraba exiliado en Francia (su primer destino) tras haber liderado la lucha por la liberación de gran parte de América del Sud incluyendo a Argentina, Chile y Perú. El general San Martin era un “guitarrero” aficionado pero por decisión propia y por impulso de su madre, inició un trabajo de perfeccionamiento para tocar este instrumento y para tal fin se relacionó con el catalán Fernando Sor, célebre compositor guitarrista

Cerca del 1800 se presentó en los estudios de Sor un joven de 18 años y le dijo: “maestro Sor quiero confiarme a usted, en este mes que voy a estar acá, para perfeccionar mi técnica guitarrística, antes de partir mas allá de los mares”. Sor le fijó un calendario de trabajo y en respuesta al interés del nuevo alumno, le compuso un preludio en Si menor y se lo dedicó (Estudio N 22 de Sor) que constituyó (y todavía hoy) una pieza muy difundida entre los estudiantes de guitarra. A este estudio se lo conoce como Gota de agua porque tiene un fa sostenido obsesivo.

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El verdadero San Martín detrás del bronce

Sin duda Fernando Sor fue el más importante compositor de música clásica para guitarra junto con Francisco Tarrega. El nació en Barcelona en 1778 y su infancia siempre estuvo rodeada de música desde las enseñanzas de su padre de operética italiana hasta cuando intervino en el famoso coro escolar del Monasterio de Monserrat. 

En 1808, Fernando Sor se inscribió en la carrera militar española y luchó contra Napoleón; sin embargo como era simpatizante de las ideas francesas de libertad, igualdad y fraternidad, terminada la ocupación francesa en 1813, fue rechazado por sus compatriotas por su colaboración con los franceses y, frente a esta humillación, dejó su país natal para siempre. Se radicó primero en París y luego en Londres. También viajó varias veces a Moscú y Viena. No solo fueron aclamados sus conciertos y composiciones sino también fue famoso por la enseñanza del instrumento. Compuso alrededor de 68 piezas musicales como también métodos para aprender la técnica de la guitarra. Su importancia en el desarrollo y la evolución de este instrumento fue de tal magnitud que se lo conoce como el “Beethoven de la guitarra”

Murió en Paris en 1839 de una lesión maligna en la lengua, luego de sufrir la pérdida de su mujer y su hija alrededor de 1837, fecha en la que abandonó prácticamente las clases y la producción musical.

En 1817 junto a O’Higgins. San Martín fundó en la capital chilena una Academia de Música, provista con instrumentos traídos de Europa y Estados Unidos"

Por su parte, antes de cruzar los mares, San Martin permaneció en España y se integró al ejército español, en donde no solo hizo una meteórica carrera sino además luchó contra el invasor francés, comandado por Napoleón, a quien derrotó en la batalla de Baylen.

Instalado en Sudamérica, San Martín puso en práctica el aprendizaje musical creando música militar que hizo sonar directamente en el campo de batalla. Los instrumentos fueron un arma que cumplían dos funciones: dar órdenes donde no llegaba la voz humana y además para mantener la sobriedad, evitando que un jefe militar se manejara a los gritos. Era una herencia de la tradición francesa que, además de los efectos prácticos, consideraba “indecoroso” que un líder militar tuviera que elevar la voz.

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En el Ejercito de los Andes fueron reclutados, entre otros, esclavos, pero es importante aclarar que entre los propietarios cuyanos se destacaban las cualidades de un negro que sabía tocar música en flauta, oboe y guitarra. Este ejército libertador fue integrado con dos bandas musicales en los batallones 8 y 11. 

San Martín puso en práctica el aprendizaje musical creando música militar que hizo sonar directamente en el campo de batalla. Los instrumentos fueron un arma que cumplían dos funciones: dar órdenes donde no llegaba la voz humana y para mantener la sobriedad , evitando que un jefe militar se manejara a los gritos. Era una herencia de la tradición francesa"

Estas fanfarrias despertaban admiración como lo expresó el músico chileno Zapiola José, que describe la entrada del Ejercito libertador a Santiago de Chile con dos bandas musicales, sobresaliendo la del batallón 8 compuesta en su totalidad de negros y criollos argentinos. Dada sus dotes de guitarrista, luego de los combates, el mismo San Martín tocaba su guitarra “para arreglarles el alma” a sus soldados.

El Ejército de los Andes estaba integrado con dos bandas musicales en los batallones 8 y 11"

La importancia que San Martin daba a la música no se detuvo ahí. En 1817 junto a O’Higgins fundó en la capital chilena una Academia de Música, provista con instrumentos traídos de Europa y Estados Unidos

Luego de liberar a Perú, en 1821 convocó a un concurso de compositores musicales para la creación de una canción patria y fue el principal elector de la obra de José B. Alcedo que se transformó en el Himno Nacional de ese país. 

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Es interesante señalar que San Martín tenía alma de artista, porque además de la música era aficionado al dibujo, la pintura y la jardinería.  

Finalizada su “tarea como libertador de América” y presagiando las consecuencias de las luchas intestinas entre argentinos, en 1824 se embarcó con Merceditas hacia el puerto El-Havre, de Francia.

En el exilio se contactó con el compositor Giaocchino Rossini. Se cree que se conocieron en la Opera de París en 1829, en el estreno de la ópera Guillermo Tell, que aconteció en París. La relación con este famoso compositor fue posible por la intermediación de Alejandro Aguado, banquero europeo, amigo de ambos personajes ilustres.

*Doctor en medicina, Miembro de la Academia Argentina de Cirugía, Docente Autorizado de la UBA, Miembro Internacional de la Asociación de Cirugía Plástica Americana