OPINIóN
India

El ganador real de las elecciones

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Logro. El partido de Narendra Modi ha regresado por tercera vez. | AFP

El partido de Narendra Modi regresó al poder por tercera vez consecutiva, un logro excepcional en cualquier país. Igualmente, su partido el Bharatiya Janata Party, o BJP, obtuvo el menor número de escaños desde 2014, y ahora gobierna en una coalición con aliados de conveniencia que no comparten la misma ideología. El ganador real es la democracia en India, quien  encontró un equilibrio donde el gobierno tiene suficiente poder y la oposición también tiene cierto margen de maniobra. La oposición sigue siendo un bloque fragmentado, pero hoy tiene más control de la narrativa y pueden exigir un modelo de gobernanza más basado en el consenso. Estas elecciones han demostrado que la ideología del nacionalismo hindú, conocida como Hindutva, tiene un techo. Los votantes en India han demostrado su madurez y envían una señal importante: la economía, la inflación y el desempleo, son más importantes que cualquier ideología. Es cierto que la economía de India está creciendo, pero las ganancias no se han distribuido equitativamente. Hoy, el 1% más rico posee el 40% de la riqueza del país. El desempleo juvenil es del 17% y, según los economistas, la tasa de crecimiento económico debe llegar a alrededor del 10% si el gobierno quiere sacar a más millones de la pobreza. La narrativa del presente gobierno va a enfocarse mucho más en la economía, la creación de empleo y menos en la política religiosa.

Si bien estas elecciones tienen implicaciones para la política doméstica en India, la política exterior ‘Modi 3.0’ significa más continuidad. La mayoría de los ministros siguen con los mismos portafolios, incluyendo finanzas, comercio y la cancillería. Esta continuidad brinda más confianza a los socios de la India en el mundo. Nueva Delhi va a mantener su buena relación con todos los países, con China y Pakistán como las únicas excepciones.       A pesar de la guerra en Ucrania y en Gaza, India es tal vez, el único país hoy que es igualmente amigable con Israel como lo es con Irán o Arabia Saudita, con Estados Unidos como con Rusia. Esta estrategia, llamada por el canciller S. Jaishankar como “autonomía estratégica”, seguirá siendo la piedra angular de la política exterior india. Como parte de la misma estrategia, India está jugando un papel más importante en la región de América Latina, impulsando su presencia a través de la diplomacia económica, evidente en sus inversiones y en la creación de empleo. De hecho, las empresas de India hoy han invertido cerca de US$ 16 mil millones y emplean cerca de 100 mil personas en la región.

Modi continuará su campaña de elevar el perfil de la India en el mundo, con el objetivo de convertirse en el contrapeso frente a China. Su membresía en el G20, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y los Brics son más herramientas a su disposición en el campo de la geopolítica. Tal vez el brillo de la presidencia del G20 en 2023 haya desaparecido, pero la India obtuvo ahora el atractivo de ser el país más poblado del mundo y sigue siendo una de las economías de más rápido crecimiento a nivel global. Se espera que el próximo año el Producto Interior Bruto (PIB) de la India supere al de Japón y, en un par de años más, al de Alemania –solamente superado en tamaño por Estados Unidos y China–. En pocas palabras, la India es demasiado grande para ignorar.

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*Analista y investigador, magíster Universidad Stanford, EE.UU.