Este sábado 19 de octubre, falleció el economista Eduardo Basualdo, figura clave en el análisis y diagnóstico de la estructura de la economía argentina de los últimos 50 años.
Nos conocimos en la Facultad de Economía de la Universidad Católica que estaba en la calle Reconquista frente al Banco Central. Él era un par de años más grande que yo y no estábamos en el mismo curso, pero como éramos muy pocos los alumnos que seguíamos la carrera de economía, nos conocíamos todos por compartir los mismos horarios, recreos, bar y carteleras donde polemizábamos sobrediferentes temas que alguien publicaba. Era como un colegio secundario donde los profesores iban al aula asignada al año que correspondía.
En 1970 coloqué en la cartelera un recorte del diario la Opinión sobre la actuación del ejército de EEUU en Vietnam y luego una carta a favor de los curas del tercer mundo que fueron explosivas para el ambiente liberal-conservador de la facultad. En el mismo edificio estaban además de economía las carreras de Sociología y Administración de Empresas.
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En uno de los pasillos estaba la cartelera de nuestra carrera que fue un centro de polémica de lo que pasaba en el país y en el mundo y, a diferencia de las universidades estatales, en la UCA no había pintadas en las paredes ni carteles por fuera de la cartelera, ni agrupaciones discutiendo sus propuestas. Todo fluía en orden y en los horarios correspondientes.
Analizó la concentración y extranjerización de la economía, la estructura de propiedad del agro y la inflación (...) que nos afecta a todos por igual poniendo en valor la fantástica traslación de ingresos que se produjo del sector asalariado al no asalariado en la presidencia de Alberto Fernández"
Eduardo, el gordo Basualdo para nosotros, fue tomando partido por el peronismo y lentamente se convirtió en un organizador de los opositores que, sin descollar porque éramos una minoría, nos manifestamos en unidad en varias oportunidades contra tal o cual profesor conspicuo del poder o por los aranceles que para un sector de los alumnos se convirtieron en valores difíciles de pagar.
En la facultad tuvimos a varios ministros de economía como profesores: Dagnino Pastore, Moyano Llerena, Sourrouille, y compañeros que después fueron funcionarios de diversos gobiernos como González Fraga, Amadeo, Machinea, etc.
Trabajamos por un breve período en un mismo proyecto en Clacso y luego se exilió por la persecución de la dictadura.Con la democracia nos volvimos a ver en varias oportunidades que aprovechábamos para reírnos de nuestros ex compañeros devenidos en altos funcionarios de los gobiernos de turno y de los tecnócratas voraces por cualquier proyecto que tuviera financiación.
Eduardo, ahora también doctor en Historia en la UBA, se refugió en un centro de investigación que, con la cobertura institucional de los gremios estatales, dedicó su vida a analizar la estructura económica de la Argentina y en particular el espectacular endeudamiento de nuestro país, definiendo el mecanismo de fuga de capitales al extranjero y además poniéndole nombre y apellido a los fugadores.
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También analizó la concentración y extranjerización de la economía, la estructura de propiedad del agro y la inflación despojándola del aura de que es un fenómeno neutro que nos afecta a todos por igual poniendo en valor la fantástica traslación de ingresos que se produjo del sector asalariado al no asalariado en la presidencia de Alberto Fernández.
Demostró así su honestidad intelectual porque no se calló, e incluso enfrentó, a los gobiernos que eran de su ideal político.
Eduardo fue director del post grado de Economía de FLACSO y una oveja negra de la UCA, ya que fue siempre un profesional crítico que con nivel académico denunció al poder económico, mientras que la universidad y la facultad de economía en particular, formaba profesionales para el poder de turno.
No fue un divulgador de economía que escribiera artículos en los diarios para que lo leyera Juan Pueblo. Tampoco era un político que apareciera en televisión. Fue un excelente teórico de la estructura económica política argentina dejando testimonio de sus estudios en los innumerables libros y escritos que publicó.
Sin duda alguna, fue el mejor de nuestra época que nunca renunció a dar batalla del saqueo permanente que se hizo y se hace contra nuestro país. Su nombre y sus trabajos trascenderán los tiempos y será un clásico, de lectura obligada de los jóvenes que se formen en las ciencias económicas y políticas.
*Lic en Economía
