Los acontecimientos ocurridos en el ámbito de la política exterior en las últimas semanas han puesto de relieve que el gobierno del Presidente Milei ha abandonado el modelo de política exterior que caracterizó a la democracia argentina restaurada en 1983. Desde entonces, existía un consenso nacional respecto a la importancia de la integración regional, de la acción multilateral y de las relaciones diversas con todos los países con independencia de sus sistemas políticos.
Esa perspectiva ha sido ahora dejada de lado y sin que mediara debate nacional alguno el gobierno ha virado a una política de alineamiento total con los Estados Unidos e Israel y emprendido una ofensiva contra la labor de las Naciones Unidas, en el contexto de lo que considera una batalla cultural contra las “ideas socialistas empobrecedoras” que supuestamente dominan la vida de las naciones occidentales.
El miércoles 13 de noviembre pasado, el think tank REDAPPE (Red argentina de profesionales de política exterior) convocó a ex cancilleres, vicecancilleres, diplomáticos y legisladores de distintas procedencias políticas para debatir la política exterior actual y la importancia de los acuerdos nacionales para una política exterior de Estado.
Los ex Cancilleres de Néstor y Cristina Kirchner, Rafael Bielsa y Jorge Taiana, el ex Vicecanciller del Presidente Alfonsín, Raúl Alconada Sempé, la ex Embajadora en la ONU, María del Carmen Squeff, la ex Gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, el Senador nacional y titular de la UCR Martín Lousteau , la Diputada Margarita Stolbizer y el autor de esta nota participaron de un seminario titulado “Una política exterior de Estado para la democracia argentina” en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
De ese diálogo muy rico en ideas y propuestas me permito extractar lo que estimo fueron las coincidencias principales
La acción multilateral es fundamental para nuestros objetivos en Malvinas y para temas de interés común de toda la comunidad internacional como la paz, la no proliferación, los derechos humanos, el medio ambiente y el desarrollo sustentable. Oponerse a las Naciones Unidas y a su acción nos debilita, nos aleja de la mayoría de los países y pone en peligro la solución de cuestiones vitales de interés nacional
La Argentina logró prestigio internacional por su política de promoción y protección de los derechos humanos. Existió continuidad a lo largo de cuarenta años de distintos gobiernos y su abandono desconcierta y nos distancia de nuestros socios y aliados tradicionales en este tema.
El cuerpo diplomático profesional argentino es de excelencia y debe ser respetado y alentado a opinar en libertad lo que genera una gran riqueza conceptual para la política exterior. Ello le permite a la autoridad política tomar las mejores decisiones en un mundo complejo y cambiante. Las amenazas y las auditorías del pensamiento que se han anunciado son un hecho condenable.
Es indispensable que la Argentina despliegue una política basada en la diversidad de nuestras relaciones. La distribución de poder en el mundo ha cambiado y existen actores nuevos de inmenso peso económico y político. Es necesario participar sin prejuicios ideológicos en todos los ámbitos internacionales relevantes en los que se discuta el futuro para una mayor comprensión de la realidad y para la mejor defensa de nuestros intereses.
Debe promoverse un debate amplio, pluralista e integral entre toda la dirigencia para consensuar una política exterior de estado que pueda sostenerse en el tiempo y que integre a la Argentina al mundo de una manera cooperativa y pacífica.
Estas coincidencias no agotan por cierto lo que fue un seminario que contó con exposiciones variadas y de gran nivel y que pueden verse en el siguiente link https://www.youtube.com/watch?v=tMsbfK2UxLA&t=1253s.
Esta valiosa iniciativa de REDAPPE constituye un primer paso para la promoción de acuerdos nacionales que eviten los extravíos actuales e impulsen una política exterior soberana y democrática.
*Ex vicecanciller