OPINIóN
Educación

¿De qué hablamos cuando hablamos de innovación en educación?

Debemos desaprender y volver a aprender para poder salirnos de la lógica de la escuela tradicional donde lamentablemente el foco sigue estando en lo memorístico y poder enfocarnos en pedagogías activas, en donde el docente es un facilitador que ayuda a aprender y en donde los alumnos puedan desarrollar la autonomía.

Creatividad en la educación
Creatividad e innovación en la educación. | Imagen de Colin Behrens en Pixabay.

La innovación en la escuela es utilizar la creatividad con un propósito pedagógico. Pero no siempre es tan sencillo: la falta de tiempo es una de las principales razones que esgrimen los directivos al no poder utilizar tiempo para pensar, soñar, planificar, para innovar; “para ver lo invisible”, es decir, independientemente de cómo está la institución hoy, en qué queremos convertirla.

La falta de tiempo no deja de ser una razón válida: sin presupuesto, sin personal, sin recursos, con docentes que faltan, que rotan, formularios para completar, la burocracia de siempre, las presiones de todos lados, las visitas de los inspectores, de los padres, pareciera que el directivo debe hacer malabares para transitar el día a día y esto, claramente, lo aleja de la posibilidad de pensar en innovar. 

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Muchas personas asocian la innovación en educación con tecnología. Sin embargo, si bien la tecnología en estos tiempos es importante, es más una oportunidad que una solución a los problemas del binomio enseñanza-aprendizaje. La innovación educativa es un proceso permanente que implica un cambio significativo en los procesos de enseñanza y los objetivos de aprendizaje. 

Debemos desaprender y volver a aprender para poder salirnos de la lógica de la escuela tradicional donde lamentablemente el foco sigue estando en lo memorístico y poder enfocarnos en pedagogías activas, en donde el docente es un facilitador que ayuda a aprender y en donde los alumnos puedan desarrollar la autonomía, la autodisciplina, el compromiso y lograr autogestionar sus propios aprendizajes. 

Cuatro espacios de intervención a considerar:

  • La resignificación de la matriz curricular: ¿qué aprendemos y para qué?

  • La innovación didáctica: con alumnos tan diferentes a los alumnos del ayer, ¿cómo debemos enseñar hoy?

  • Mejoras en la calidad de enseñanza: tanto del proceso de instrucción como de los docentes 

  • El desarrollo humano: de la escuela del saber a la escuela del ser.

  • El espacio de aprendizaje: el aula tradicional fue diseñada para un mundo que ya no existe. Los espacios estáticos no colaboran para despertar el interés de los alumnos.

Algunos factores claves al pensar en innovación:

  • Entender el proceso creativo

  • Animarse a tomar riesgos

  • Identificar a las personas creativas en la escuela y crear un ambiente propicio para la innovación

  • Tener la capacidad para entusiasmar a otros 

  • Promover la interacción entre departamentos

  • Hacernos la  pregunta clave: ¿qué funciona y qué no?

Hay que atreverse a ser diferente. Por su naturaleza misma, una idea nueva va contra la corriente de lo establecido hasta ese momento. Eso es lo que convierte en único cada acto creativo y la razón por la cual la valentía del directivo desempeña un papel clave. Ser creativos e innovadores es romper con los patrones establecidos. Son muchas veces nuestros temores, el miedo a la crítica o al fracaso, o simplemente estar muy cómodos los que más nos impide  desempeñarnos con todo nuestro  potencial creativo.  Esta parálisis aniquila las ideas antes que vean la luz del día.

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Ahora bien, ¿qué diferencia hay entre ser creativos y ser innovadores? La innovación implica aplicar de forma práctica la idea que se nos ha ocurrido para solucionar un problema. Por lo tanto, creatividad es pensar en cosas nuevas, innovación es hacer cosas nuevas. La creatividad es mirar lo mismo que observan otras personas, pero descubrir algo diferente.

Una institución creativa que se renueva presenta un mejor escenario de trabajo para sus colaboradores. La energía, la alegría y el dinamismo contribuyen a un clima institucional propicio para el trabajo diario. Si una institución no proyecta energía, color, entusiasmo, ganas, alegría, está en problemas.

Para ser creativos, necesitamos reforzar nuestra curiosidad y concentración, tener confianza en nosotros mismos, tener una imaginación frondosa y por supuesto, ¡buen humor!

Ahora bien, puede pasar que las fortalezas del directivo no pasen por ser la persona más creativa del mundo.

El rol del líder creativo no es el de tener las mejores ideas, sino más bien estar abierto a generar el canal por el cual  todos en la institución puedan tener ideas y sentir que son valoradas. La institución  innovadora será la que pueda canalizar los aportes creativos hasta convertirlos en resultados útiles.

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Para eso, el directivo deberá generar un clima facilitador, promover la comunicación entre todos los miembros de la institución, y generar un sistema para administrar la innovación. Este clima facilitador está relacionado con que todo el mundo sepa que sus ideas son bienvenidas, y que nadie las criticará. La comunicación es la base de la creatividad y la innovación. ¿Cuántas veces una organización tiene ideas maravillosas que no llegan a los colaboradores y por ende no llegan a los alumnos o sus familias? El sistema para administrar la innovación tiene que ver con ser consistentes al momento de implementar las mejoras. Cuántas veces uno se acuerda de alguna muy buena idea que tuvo hace años atrás. ¿En dónde quedó? Suele suceder, que por falta de sistemas, las buenas ideas “se conviertan en agua”, que lentamente van pasando por debajo de la puerta hasta desaparecer.  

¿Qué instituciones tienen más problemas con la creatividad?

Aquellas que son muy estructuradas, las que tienen sistemas muy burocráticos, con poca comunicación entre las partes o aquellas que sólo valoran las ideas de las personas ajenas a la institución (síndrome del talento importado).

¿Qué pasaría si les pidiéramos a todos los docentes una nueva idea por semana?

Es imprescindible otorgarle a la creatividad un lugar en la agenda del directivo y asignar un responsable de su estimulación y aplicación para el logro de acciones creativas en todos los niveles. La creación de un Departamento de Desarrollo e Innovación en la institución puede marcar la diferencia  en la propuesta educativa en términos de innovación. Es otras palabras, es importante insertar la creatividad en el centro mismo de la institución educativa.

¿De qué hablamos cuando hablamos de innovación en la escuela?

Desde pedagogías de aprendizaje activo, pasando por el aula invertida, los makerspaces, la educación STEAM, el rediseño de aulas, la gamificación, y tantas otras propuestas, lo que buscamos es mejorar la calidad educativa, es decir darle valor al aprendizaje.

Las organizaciones deben desaprender mucho de lo que ha funcionado en el pasado ya que el futuro no puede ser una extrapolación del pasado. Resulta muy triste que  una institución necesite de una crisis para salir del estancamiento.

Cada vez más las instituciones dependen de su habilidad para reaccionar con rapidez a las cambiantes demandas de estos tiempos. Aquellas instituciones que no logran responder en forma flexible al cambio están condenadas al fracaso.

*Laura Lewin es autora, capacitadora y especialista en educación. Es oradora TEDx y ha escrito numerosos libros, entre los cuales podemos destacar Fuertes y Felices, el manual que no te entregaron cuando tuviste hijos (Editorial Bonum). Facebook: @LauraLewinOnline. Instagram: @lauralewinonline.