El gobierno se ha esforzado desde que asumió en llevar adelante una política de desprecio hacia el otro.
Sus anuncios y decisiones permanentemente tienen que ver con descalificar a quien piensa distinto, esto se reproduce en los medios en forma de show y como contenido viral en las redes, con la intención de deshumanizar a la persona individual o al colectivo respectivo.
Estos ataques se han sustentado en la ignorancia y la mentira con el único objetivo de cancelar derechos preexistentes. De esta forma usaron cualquier argumento y recurso falaz para ir contra las personas con discapacidad, instalaron sospechas sobre el funcionamiento de universidades y hospitales, con el fin de desfinanciar y desahuciar al sistema de salud y de educación pública.
Javier Milei fue denunciado penalmente por su discurso contra la comunidad LGTB
Gasearon a jubilados y a trabajadores, demonizaron al empleado público y, aunque parezca impensable, arremeten contra la gente en situación de calle.
Niegan la violencia de género y con ello a las miles de mujeres víctimas de femicidios.
Ni hablar de los ataques contra los periodistas o todo aquel que exprese libremente sus diferencias.
Por si fuera poco ahora intentan tergiversar maliciosamente qué es la identidad de género y se meten con la sexualidad de las personas.
En el mismo momento en el que buscan cerrar los sitios de la memoria despidiendo a sus trabajadores, el mundo celebra la noticia de que la nieta número 139 recuperó su identidad gracias a las Abuelas de Plaza de Mayo, la justicia argentina y los distintos organismos de derechos humanos que trabajan de forma incansable.
Somos una nación que históricamente recibió con los brazos abiertos a migrantes de todo el mundo, fueron los hijos de esas familias instaladas en Argentina los que nos enorgullecieron con 5 Premios Nobel y campeonatos internacionales.
Todas las familias tienen al menos un integrante agredido por esta política de intolerancia, un abuelo, hermano, o un primo.
Estimado lector, usted puede ser el próximo. Rompamos el silencio y no naturalicemos nunca este desprecio, nos respalda el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional escrita por el prócer Juan Bautista Alberdi, que destaca la búsqueda de “asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”.
*Diputado nacional