El camino de construcción de la carrera laboral no es sencillo: buscar trabajo es un trabajo en sí mismo. Pero si se dan los pasos adecuados y se siguen algunos consejos clave, las probabilidades de éxito aumentan de manera significativa.
El primer paso es definir los objetivos personales: el que no sabe adónde va, difícilmente llegue a destino. La pregunta a responder es a la vez simple y compleja: ¿Qué estoy buscando? ¿Freelance, pasantía o algo en relación de dependencia? ¿Acumular horas de vuelo en un tema específico o aprender todo lo que pueda? Con esta información, es posible ir focalizando la búsqueda.
Primer trabajo y habilidades ocultas
Luego, llega la hora de optimizar el currículum. Aquí, es importante destacar todas las habilidades que tengamos y que puedan ser de interés para el mercado laboral. Incluso, en estos primeros tiempos en los que la experiencia es escasa, se puede apelar a conocimientos y habilidades blandas adquiridas a través de actividades transversales o que no tengan nada que ver con aquello que estamos buscando.
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¿Formamos parte de una banda musical? Entonces sabemos planificar, trabajar en equipo, alcanzar objetivos y orientarnos a resultados. ¿Entrenamos un equipo deportivo? Por lo tanto tenemos capacidad de liderazgo y sabemos evaluar desempeños. Muchos hicimos actividades de este tipo que no tenemos tan presentes a la hora de armar nuestra hoja de vida, pero que exponen soft skills que, hoy por hoy, son fundamentales para la mayoría de las industrias.
Trabajo, contactos, opciones
El networking es el siguiente paso esencial. Es decir, construir y mantener relaciones que puedan facilitar el acceso a posibilidades laborales. Esto funciona tanto en el mundo real (vínculo con docentes, compañeros de universidad, amigos de la familia) como en la arena virtual (seguir empresas en las redes y estar atentos a lo que ofrecen, subir perfiles a espacios profesionales como LinkedIn, Workana -especializado en freelancers- o Glassdoor -con fuerte impronta en puestos de IT-).
Hay que estar activo, actualizar la información, volverse continuamente atractivo. La letra muerta, en el mundo digital, pasa desapercibida.
Sin experiencia previa, cómo insertarse en el mundo laboral
No hay que cerrarse a las organizaciones que actúan en un rubro específico, porque resulta imposible predecir de dónde llegará una oportunidad. Hay que liberarse de los prejuicios. Un psicólogo puede trabajar en cualquier ambiente en el que haya personas y, por lo tanto, potenciales conflictos. Un abogado, en el área legal de una gran empresa. Un experto en informática… prácticamente en cualquier lado.
Esto mismo vale para todas las profesiones. Es fundamental investigar el mercado laboral, no conformarse con las primeras alternativas o aproximaciones. Las puertas de acceso a lo que verdaderamente buscamos pueden no estar visibles en ese primer momento.
Un último consejo: identifiquemos las emociones que nos despierta la búsqueda de empleo. ¿Ansiedad? ¿Alegría? ¿Frustración? El proceso puede ser largo y tener algunos momentos de caída. No siempre que nos aseguren que nos van a llamar al día siguiente efectivamente lo hacen.
Por eso, necesitamos ver cómo gestionamos estas emociones, no sólo para que no sean un obstáculo, sino para hacerlas jugar a nuestro favor a la hora de construir nuestro futuro laboral.