OPINIóN
Política y fe

Católicos y fundamentalistas cristianos en Estados Unidos

La Independencia de EE.UU fue, en los papeles, firmada por un católico; sin embargo el primer presidente de ese credo sólo llegó al país en 1960, fue John Kennedy y ya sabemos cómo terminó. En los últimos 8 años, la población católica en ese país aumentó 22%. Cómo se repartirán sus votos.

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Catedral de San patricio en NY. | shutterstock

El vínculo entre la fe y la democracia volverá a manifestarse en un Estado-nación donde la religión, y en particular la católica, tiene gran importancia.

La historia de los cristianos católicos comienza con el nacimiento de los Estados Unidos. Charles Carroll, católico de Maryland, firmó la Declaración de Independencia estadounidense en 1776 y fue senador (1789-1792).  Se le reconoce su lucha por la tolerancia religiosa, plasmada en los documentos y leyes fundacionales.

En 1960 John Kennedy ganó las elecciones presidenciales, convirtiéndose en el primer católico en dirigir Estados Unidos. La gran oposición protestante que tuvo que enfrentar le llevó a exponer la separación entre Iglesia y Estado: “No hablo por mi Iglesia en temas públicos y la Iglesia no habla por mí”.

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Postura afín a los planteos de Etienne Gilson y Jacques Maritain, quienes sostenían que existen diversas soluciones cristianas a los problemas de la sociedad. Si bien esto no significaba rechazar los consejos del episcopado, el voto católico estadounidense fue derivando en una mayor independencia de las sugerencias políticas de los obispos.

La importancia del electorado católico fue paulatinamente en aumento. Las mayorías religiosas en los Estados Unidos siguen siendo protestantes (40%). Pero, entre 2016 y 2023 el número de quienes profesan la religión católica aumentó del 20 al 22% (Public Religion Research Institute). 

El partido Demócrata mantiene el 65% del electorado hispano católico, pero solo el 38 % de los blancos. Mientras que Trump retiene el 61% de los católicos blancos, que son la mayoría (12%)"

Durante las elecciones de 2016 y 2020 (Donald Trump vs Hillary Clinton y Joe Biden vs D. Trump) se dio un giro del voto católico: desde el relativo apoyo republicano post 1980 (Reagan-Busch), a la variación pendular en el siglo XXI. 

Hoy las prioridades del electorado católico están divididas. Los sectores más acomodados de la sociedad estadounidense (blancos) centran más su atención en la agenda moral e impositiva, mientras que los menos favorecidos (hispanos) priorizan la agenda social. 

Kamala Harris, candidata presidencial por el partido Demócrata, mantiene el 65% del electorado hispano católico, pero solo el 38 % de los blancos. Mientras que Trump retiene el 61% de los católicos blancos, que son la mayoría (12%). Allí está la diferencia a favor del candidato republicano, que consigue el 52% del voto católico contra el 47% de Harris.

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En el plano religioso habría que considerar en Estados Unidos dos realidades que se entrecruzan, el fundamentalismo cristiano nacido en el seno protestante y la particularidad del mundo católico del país del norte marcado por la herejía del americanismo, condenada por el papaLeón XIII. 

La nota central de los fundamentalismos es el teologismo, una distorsión intelectual en la que la teología absorbe todo conocimiento humano; en el ámbito público significa la confusión de la política y la religión. A diferencia de la doctrina política cristiana clásica en que se distinguen, sin separación, el ámbito político del religioso, en el fundamentalismo —como en las modernas ideologías inmanentistas—se resacraliza el orden político, reviviendo de algún modo el paganismo.

El candidato republicano onsigue el 52% del voto católico contra el 47% de Harris"

El fundamentalismo se convirtió en tema de discusión mundial cuando el 5 de mayo de 1925 John T. Scopes, un maestro de biología de Dayton (Tennessee) fue acusado judicialmente por haber explicado y defendido en clase la doctrina de la evolución del ser humano a partir de formas pre-homínidas. Finalmente, Scopes fue condenado a pagar una multa y siguió enseñando hasta su muerte en 1970.

Los fundamentalistas comprenden a los Estados Unidos como una nueva tierra prometida y a su pueblo y gobierno, como los encargados de llevar la buena nueva a todos los rincones de la tierra. 

En 1974 se llegó a la coalición entre los sectores fundamentalistas religiosos y los grupos de la llamada Nueva Derecha Cristiana. Ella intervino en las campañas políticas de los 80 y en la presidencia de Ronald Reagan llegaron a tener influencia notoria, lo mismo que en las dos de los Bush (padre e hijo) y Donald Trump.

Desde 1974 la Conferencia política de acción conservadora se constituyó en un foro que reúne a sectores afines a estas tendencias. Lindsey Graham senador por Carolina del Sur es uno de los más destacados impulsores. 

Cuando Trump llegó a la presidencia se convirtió en uno de sus líderes globales.  Y siguiendo su modelo surgieron entidades análogas; el Foro de Madrid, entre otros, en el que han participado Jair Bolsonaro, Giorgia Meloni, Santiago Abascal, Nigel Farage y Javier Milei. Si bien no coinciden en todos los terrenos, tiene una misma línea de acción.

*Miembro de la Academia Nacional de la Historia 
**Investigador en Historia, Universidad de Buenos Aires