OPINIóN
Género

Brecha financiera en Argentina

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País. Las mujeres ocupan sólo el 7,5% de los puestos en juntas directivas. | shutterstock

En Argentina, el camino hacia la equidad de género ha avanzado en varios frentes, con logros notables en la educación y la salud. Sin embargo, cuando miramos hacia la participación económica y el acceso de las mujeres a los recursos financieros, queda claro que aún existen barreras significativas que requieren atención urgente. A pesar de ocupar el puesto 36 de 146 países en el Índice Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial, el país sigue arrastrando una disparidad en la participación y las oportunidades económicas de las mujeres.

El informe Incorporación de la inversión con lentes de género en el sector financiero de la Argentina (2024), determinó que la participación laboral femenina en el país es del 50,8%, significativamente inferior al 70% de los hombres. Además, ganan apenas el 55% de lo que perciben sus pares masculinos por trabajos equivalentes.  

Esta disparidad también afecta a la economía del país, puesto que estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo indican que si las mujeres participaran plenamente en el empleo formal, el PIB de América Latina podría crecer en 26 mil millones de dólares.

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Las mujeres ganan el 55% de lo que perciben sus pares masculinos por trabajos equivalentes

El acceso a recursos financieros también refleja esta desigualdad. Las mujeres enfrentan barreras tanto físicas como sociales: la falta de sucursales bancarias en zonas rurales, la digitalización limitada, y los sesgos de género que aún prevalecen en muchas instituciones e impiden que sean vistas como emprendedoras confiables, perpetuando la idea de que atender sus necesidades financieras supone un mayor riesgo. Esto genera un círculo vicioso que las margina y limita sus oportunidades de independencia económica.

Las cifras del informe son contundentes: sólo el 7,5% de los puestos en juntas directivas en Argentina son ocupados por mujeres, un porcentaje alarmantemente bajo frente al promedio global del 35,3%. La falta de representación en los niveles de toma de decisiones es un reflejo de un sistema que sigue sosteniendo dinámicas desiguales, incluso en espacios donde la paridad debería ser la norma.

Ante este panorama, trabajamos en una serie de pautas para que las instituciones financieras implementen mejores prácticas sociales, ambientales y de gobernanza. El acuerdo, que ya ha sido adoptado por 36 entidades financieras del país, representa un paso importante hacia la inclusión e incluye propuestas como la creación de productos financieros para las emprendedoras, préstamos con tasas preferenciales, y la implementación de programas de capacitación sobre sesgos por razones de género en el sector financiero.

La inclusión financiera de las mujeres es más que una cuestión de justicia social: es una oportunidad económica que Argentina no puede seguir desaprovechando. Un sistema financiero que excluye a la mitad de su población, perpetúa la desigualdad y limita el desarrollo del país.  

La integración plena de las mujeres es clave para construir una economía más justa y resiliente, donde las capacidades de todas las personas puedan ser aprovechadas por igual. En definitiva, romper la brecha de género es una tarea urgente que requiere un esfuerzo conjunto.  

*Gerente de Género del Gender Knowledge Lab de Pro Mujer.