Es evidente que la profundidad de las medidas estructurales y económicas del presidente Javier Milei viene modificando nuestras condiciones de vida. Y también, el nuevo paradigma libertariano hace cada vez más difícil mantener nuestras costumbres.
¿Hasta dónde pretende Milei llevar su cruzada sobre nuestro ser nacional?
Un informe reciente muestra que el consumo interno nacional de yerba, carnes y leche está en niveles de caída históricos. No es novedad que consumir lácteos es casi un lujo, y la chocolatada solo aparece para ocasiones especiales como puede ser un festejo.
Hace tiempo que para sustituir el asado sabemos que hay otros cortes más económicos, algunas achuras, cuando no el chancho y el pollo, cosas que mantienen vivo el ritual parrillero.
¿Y dejar secar la yerba al sol, o agregar azúcar al mate para "estirar" su uso? Son trucos también en nuestros pagos.
Lejos de conmoverse por la pérdida de tan preciadas costumbres, en Capital Humano se limitaron a realizar transferencias directas a una parte de la población, algo que se mostró insuficiente siquiera para compensar el impacto brutal de un ajuste a los ingresos de todos los sectores.
Así es como los datos publicados en un informe realizado entre las fundaciones Encuentro e Innovación con Inclusión muestran el impacto directo sobre el consumo de alimentos básicos de nuestra dieta, que además producimos en Argentina, y que las empresas redireccionaron hacia la exportación sin ningún control para garantizar primero el acceso al consumo de quienes vivimos en estas tierras.
Para sumar al desastre, los conflictos ministeriales hicieron más explícita la inoperancia de Sandra Pettovello. Algo totalmente funcional a los objetivos de desfinanciar y desmantelar los programas, dejar sin tareas a los trabajadores y trabajadoras, y justificar despidos masivos.
El relevamiento publicado por Isepci en diciembre de 2024 muestra las secuelas:
"Respecto a los alimentos consumidos durante el último mes, el 73,3% de las personas entrevistadas manifestó que la familia tuvo que privarse de comer uno o varios de estos productos por falta de los ingresos necesarios: carnes, verduras, frutas, lácteos, cereales, o legumbres."
Una de las manifestaciones más graves de Inseguridad Alimentaria es cuando la familia se ve obligada a suprimir una de las cuatro comidas necesarias. Ya no se trata de recurrir a alimentos más baratos o de reducir porciones, sino lisa y llanamente dejar de desayunar, merendar, almorzar o cenar.
Al horno: el consumo de carne cayó al nivel más bajo en 26 años
Ante la pregunta a la persona adulta responsable entrevistada, sobre si en el último tiempo algún miembro de la familia tuvo que saltearse alguna comida por falta de recursos, más del 70% contestó afirmativamente.
Quienes pensamos que la pobreza y la desigualdad se revierten de manera sostenible creando trabajo genuino, tenemos en claro que el gobierno actual pretende sumir a las mayorías en niveles de vida deplorables.
La destrucción de puestos de trabajo durante 2024y las perspectivas que se observan en ese mismo sentido a partir de las medidas del gobierno no son alentadoras.
¿Qué hará Milei en un año electoral?
Si nos guiamos por sus mañas en el Congreso para lograr la aprobación de algunas leyes o la ratificación de los vetos al financiamiento educativo y la recomposición de las jubilaciones, nada distinto a las prácticas de "la vieja política".
Habrá que echarlo también por querer dejarnos sin chocolatada, sin mate, sin asado.