Mucho se dice de Argentina como una economía bimonetaria, reflejo de una realidad en la cual, más allá del peso argentino, el dólar estadounidense opera como una moneda adoptada por gran parte de la población.
Esta dualidad monetaria trasciende una mera curiosidad económica. Por el contrario, se trata de una estrategia de supervivencia financiera arraigada en la sociedad para hacer frente a un contexto de inflación crónica y devaluaciones recurrentes que han marcado el ritmo económico del país durante décadas.
Competencia de monedas: ¿Puede funcionar en la Argentina?
En este panorama, el dólar emergió no sólo como refugio de valor sino también como unidad de cuenta estable ante la volatilidad del peso. De hecho, muchos de los precios en nuestra economía (como los del sector inmobiliario y los vehículos) se cotizan en dólares, ofreciendo una cierta estabilidad o previsibilidad que el peso no puede garantizar.
Esta situación se refleja en las transacciones cotidianas y en las grandes inversiones, donde el dólar funciona casi como una segunda moneda nacional, facilitando operaciones que de otro modo estarían sujetas al impredecible curso del peso.
La dolarización parcial de la economía argentina es una respuesta lógica a la necesidad de estabilidad en un entorno de alta inflación y devaluación constante del peso. Los argentinos han aprendido a confiar en el dólar como un refugio seguro, reflejando la resiliencia y adaptabilidad de nuestra sociedad ante las dificultades económicas.
Sin embargo, el escenario está cambiando. Argentina es uno de los países de la región con mayor adopción de divisas digitales, no solo como inversión, sino también como medio de intercambio. Esto se debe en parte a las restricciones para la compra de divisas extranjeras y a la búsqueda de alternativas que mitiguen los riesgos asociados a la volatilidad económica local.
Los argentinos y las criptomonedas
El uso de criptomonedas en Argentina ha experimentado un crecimiento significativo, reflejando la adaptabilidad de la población ante las fluctuaciones económicas. En 2023, el país registró transacciones en criptomonedas por un valor de 85.000 millones de dólares, destacándose como un líder en la adopción de estas tecnologías en América Latina.
Las criptomonedas están redefiniendo la manera en que los argentinos manejan su dinero, ofreciendo no sólo una reserva de valor sino también una herramienta accesible y eficiente para transacciones diarias. Esta adopción creciente demuestra que los argentinos están abiertos a aprovechar nuevas tecnologías financieras para mejorar su estabilidad económica y proteger su patrimonio en un entorno desafiante.
Bitcoin: qué es la minería y cómo podría funcionar en Argentina
Las cripto ofrecen a los argentinos una vía de escape de la inflación y un mecanismo para preservar el valor de su dinero, una funcionalidad similar a la del dólar pero con la ventaja de la descentralización y la facilidad de transacciones digitales. Aunque el uso de criptomonedas como medio de pago aún es limitado en comparación con el uso del peso y el dólar, su crecimiento es innegable.
Los usuarios argentinos muestran una preferencia particular por las stablecoins, cuya cotización está vinculada a activos estables como el dólar, debido a su menor volatilidad comparada con otras criptomonedas. Esto las convierte en una opción atractiva para preservar el valor del dinero en un entorno económico inestable
En este contexto, hablar de economía bimonetaria puede estar quedando antiguo. Quizás estamos en puertas de un nuevo cambio profundo en nuestra economía que significa la incorporación de activos digitales descentralizados como una forma más de combatir la inestabilidad crónica. Lo que nos trae a pensar una cosa: ¿estamos frente a una economía trimonetaria?
* Country Manager de Trubit Argentina
