OPINIóN
Tablero

Argentina entre el Sur Global y Occidente

El equilibrio geopolítico mundial está cambiando y probablemente se redefina. Todas las jugadas son posibles, mientras Estados Unidos y Rusia juegan al ajedrez. Trump se aleja de OTAN y, por “temor” al aislamiento, China podría acercarse a Europa o convertirse en líder del Sur Global. Hay otras jugadas en mente.

Guerra en Ucrania: cómo vienen las negociaciones entre Trump y Putin.
Guerra en Ucrania: cómo vienen las negociaciones entre Trump y Putin. | reperfilar

Los distintos gobiernos argentinos del último siglo y el actual siempre han tenido algo en mente: la particularidad del país. Particularidad que se explicaba por medio de la comparación de la “europea” Capital Federal versus las diferentes ciudades capitalinas de la región.

Más seriamente, se justificaba dicha particularidad poniendo en contraste el auge económico argentino -principalmente producto de la región pampeana- con los diferentes desarrollos de otros países. En verdad si uno analiza diferentes estudios económicos, Argentina (a pesar de algunas crisis) llevaba la delantera en ciertos aspectos en la región, y ello le permitía al nacionalismo estar a flor de piel.

En política internacional, Argentina siempre ha optado por ser neutral: no alinearse a ningún otro Estado potencia. O, en el mejor de los casos, mantener relaciones con ambos Estados, a diferencia de países como Brasil que durante el siglo XX ha intentado mantenerse cerca de los Estados Unidos. Esta posición “no alineada” se justificaba argumentando que la Argentina tiene su propia visión del mundo, no precisa que otro le diga qué hacer (es decir, con quién comerciar y con quién no).

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Hoy se mantienen esquemas que en el siglo XX han servido de mucho; se habla de dos categorías abstractas: Sur Global y Norte Global. El segundo sería formado por los Estados Unidos (EE. UU.) y países potencias europeos (algo tangible sería la OTAN). El primero, el Sur Global, son todos los países “en vías de desarrollo” latinoamericanos, africanos y asiáticos. Aunque no esté estrictamente en el sur y no se perciba como tal, China intenta ser el portavoz y el defensor del Sur Global.

“Estados Unidos quiere sacar a China de la región usando al FMI”

Esta dicotomía esquemática tiende a hacernos pensar que hay dos grupos que en su interior son monolíticos y liderados sólo por la República Popular China y los Estados Unidos, respectivamente. Lo cual es bastante simplista. No sólo que hay países que mantienen un pie en el “Norte” y otro en el “Sur”, sino que los Estados Unidos y China tienen una relación comercial y cultural demasiado fuerte. El vínculo iniciado entre Nixon y Mao en la década de los ’70 dio más frutos que la alianza militar entre Roosevelt y Stalin para enfrentar al Eje.

El gobierno argentino actual busca trascender su pasado en política exterior manteniendo el mito de la particularidad. Una Argentina fuerte, irrefutablemente próspera en el futuro, aliada a “Occidente”. Mientras que Estados Unidos ya no habla de Occidente, ni se esmera en poner al océano Atlántico como marco de referencia; de la boca de Trump sólo sale MAGA (Make America Great Again) y su objetivo es (y no desde ahora) el Pacífico.

¿Cómo hará el gobierno argentino para articular un discurso donde logre conciliar el mito argentino y el MAGA trumpista que culpa al “resto del mundo” de aprovecharse de los norteamericanos?

Tony Blair advirtió sobre el "final del dominio político y económico de Occidente" y el avance de China

Probablemente sea una preocupación para el mañana. Por el momento observamos que:

  • MAGA no es universal;
  • el gobierno argentino sigue el mismo camino de la Casa Blanca trumpista;
  • Occidente ya no existe;
  • las fronteras de los Estados aún están sujetas a modificaciones

Desde Alemania llegaron las primeras críticas “europeas” hacia Trump, el demócrata cristiano Merz sostiene que llegó el momento de independizarse de Estados Unidos. Luego de la votación en la ONU sobre el llamado a la paz Ucrania-Rusia, vimos la foto de Estados Unidos y Rusia votando en contra, varios se abstuvieron (Argentina, por ejemplo) y Europa, aislada, votó a favor.

¿Acaso, si los partidos antisistema europeos llegan al poder, estaremos cerca del vaticinio de Vladislav Surkov? Un “Gran Norte”, formado por Europa, Rusia y Estados Unidos, que gobernaría el mundo. O, si uno lee entre líneas aquella idea por la cual el asesor Surkov fue condenado al ostracismo, una alianza transnacional que pondría en jaque a China.

¿Es posible? ¿Cuál será el rol de China? ¿Ocurrirá un fuerte acercamiento entre China y la Europa “antirreaccionaria”? Recordemos que la alianza entre Mao y Nixon fue, principalmente, porque China desconfiaba de su vecino soviético. El temor de China por quedarse aislada y, a la vez, rodeada de potencias puede sorprendernos, tal como ocurrió hace medio siglo atrás.

Mientras Estados Unidos y Rusia apuestan por el ajedrez, y Argentina es un mero observador de esos movimientos, China piensa en el weiqi. De hecho, ya se presenta como un país defensor del desarrollo económico del “resto del mundo” y de los problemas globales como la cuestión climática.