OPINIóN
OPINION

Ante la necesidad de un nuevo equilibrio geopolítico

La creación de la OTAN en 1949 marcó el inicio de un equilibrio geopolítico que aún perdura. Sin embargo, las tensiones derivadas de su expansión hacia el este y la constante resistencia de Rusia, desde la Guerra Fría hasta la actualidad, han generado una compleja dinámica internacional.

Donald Trump y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte en la Casa Blanca
Donald Trump y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte en la Casa Blanca | Captura de video

Con la firma del Tratado de Washington en 1949 se creó la OTAN. Sus firmantes fueron Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Noruega, Dinamarca, Islandia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Portugal. En 1952 se sumaron Turquía y Grecia y en 1955 la República Federal de Alemania.

Es poco conocido que la propia URSS intentó adherirse a la Alianza con el fin de mantener la paz en Europa, pero su solicitud fue rechazada por los miembros europeos y derivó en la firma del Pacto de Varsovia, nucleando a todos los países socialistas del Este, con excepción de Yugoslavia, el 14 de mayo de 1955.

España se incorporó en 1982, finalizado el gobierno de Franco y ante una imperiosa necesidad de producirle a una hipotética invasión de la URSS hacia el Oeste, un retardo en la Pirineos no inferior a las 72 horas, permitiendo disponer de los 7 días necesarios para que EEUU movilizara y proyectara sus Fuerzas para iniciar el contraataque y recuperación del territorio europeo invadido.

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En 1999, luego de la caída del Muro de Berlín, se produce un nuevo intento de Rusia por incorporarse a la Alianza por pedido expreso de Boris Yeltsin a Bill Clinton que es nuevamente denegado por presión de los europeos occidentales. A pesar de ello, se incorporan tres antiguos miembros del Pacto de Varsovia, Polonia, República Checa y Hungría seguidos en 2004 por Rumania, Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia y Eslovenia; en 2009 Albania y Croacia, en 2017 se integró Montenegro, en 2020 Macedonia del Norte. Finalmente en 2023 y 2024 se produjeron las últimas incorporaciones de Finlandia y Suecia.

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Cabe destacar que el propio Putin al asumir volvió a sugerir la inclusión de Rusia como parte de la Alianza, en un intento de demostrar empatía pro-europea y pro-norteamericana cuando todavía existía la idea de algún tipo de respeto mutuo (Jeffrey Sachs 2024), lo cual fue rechazado nuevamente por presión europea, quienes veían en la propuesta un nuevo Caballo de Troya.

Al respecto el General (R) Carlos Alberto Nogueira concluye en que existió siempre una intensión de Rusia de ser aceptada como parte de Europa (geográficamente lo es), lo cual ha sido sistemáticamente resistido por los europeos occidentales que son quienes en realidad quieren dominar el ¨Heartland¨ en términos de la teoría del geógrafo Británico Halford Makinder que sostenía que quien domina el Heartland domina el mundo y para lo cual debe dominarse a Rusia, ya que allí se encuentran concentrados los recursos necesarios para el desarrollo y sostenimiento del Poder Militar. Podría inferirse que es entonces una necesidad considerar a Rusia como un enemigo y entender porqué la Francia de Napoleón y la Alemania de Hitler llegaron con sus ejércitos a las puertas de Moscú, para luego sucumbir estrepitosamente.

Complementando a Makinder, Alfred Mahan sostenía que quienes dominan los mares están en una posición privilegiada para proyectar su poder, influir en los asuntos globales y asegurar sus intereses nacionales. Por ello desarrolló la importancia del Poder Naval como herramienta para garantizar la capacidad de proyección de Fuerza ("Allí donde va el comercio, van las banderas") y en consecuencia ejercer el dominio desde la perisferia del "Heartland". Ambas teorías constituyen dos caras de una misma moneda, enfocadas desde el punto de vista del dominio terrestre o del marítimo.

George Kennan, diplomático norteamericano defensor de la política de contención de la expansión soviética durante el período de la Guerra Fría, pero que consideró acabada e innecesaria luego del derrumbe de la URSS donde se desempeñó como Embajador por designación del Presidente Truman, escribió en 1997 sobre la expansión de la OTAN y ante el incumplimiento de los acuerdos Baker-Gorbachov por parte de Estados Unidos (EEUU se comprometía a la no expansión de la OTAN hacia el Este y la URSS permitiría de ese modo la reunificación de Alemania), lo siguiente:

"Dicho sin rodeos...expandir la OTAN sería el error más fatídico de la política estadounidense en toda la era posterior a la Guerra Fría. Se puede esperar que tal decisión inflame las tendencias nacionalistas, antioccidentales y militaristas en la opinión rusa; tener un efecto adverso en el desarrollo de la democracia rusa; restaurar la atmósfera de la guerra fría en las relaciones Este-Oeste e impulsar la política exterior rusa en direcciones que decididamente no son de nuestro agrado…".

Un año después, en una nueva entrevista con el periodista Thomas Friedman del New York Times expresó: “Creo que es el comienzo de una nueva guerra fría. (...) estimo que los rusos reaccionarán gradualmente de manera bastante adversa y afectará sus políticas. Creo que es un error trágico. No había ninguna razón para esto en absoluto. Nadie estaba amenazando a nadie más.”

En esta línea de pensamiento, la política de Trump pareciera ir en el sentido de expresarles a los europeos que si son ellos quienes tienen un problema con Rusia, deben sostener el esfuerzo por su cuenta (coincidente con la visión del propio Eisenhower de que Estados Unidos no podía permitirse el lujo de forma indefinida de costearse un gran gasto militar). Durante la Guerra fría tenía sentido la existencia de un contrapoder importante en Europa para contener a la URSS, pero esa realidad parece haber mutado.

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Cabe destacar que al momento ningún miembro de la OTAN aporta el 5% pretendido por el Presidente Norteamericano, e incluso hay 7 países que ni siquiera alcanzan el 2% del PBI establecido en su estatuto (Croacia 1,81%, Portugal 1,55%, Italia 1,49%, Canadá 1,87%, Bélgica, Luxemburgo 1,29%, Eslovenia 1,29% y España 1,28%). Como contrapartida, los 4 mayores aportantes son: Polonia 4,12%, Estonia 3,43%, Estados Unidos 3,38% y Letonia 3,15%.

En la Conferencia de Seguridad de Munich del corriente año, el Vicepresidente de Estados Unidos James David Vance, hirió de muerte la relación histórica en materia de seguridad entre EEUU y Europa, que esperaba palabras tranquilizadoras de parte del funcionario. Las conversaciones entre Trump y Putin sorprendieron a los Europeos, sobre todo el anuncio unilateral de que Ucrania no se convertiría en miembro de la OTAN, responsabilizando a este país como provocador del ataque Ruso y explicitando que los europeos no serían incluidos en las negociaciones por la paz de alto nivel que se llevarían a cabo. Justamente el asunto de la hipotética membresía a la Alianza fue lo que desencadenó la invasión de Putin.

Paradójicamente EEUU, creador y defensor de la Doctrina Monroe para evitar el ingreso en América a cualquier potencia militar extra-hemisférica, utilizó una política de puertas abiertas para la extensión y expansión hacia cualquier parte del orbe de la principal alianza Militar de la Historia. En 2002 abandonó en forma unilateral el Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM), aspecto de relevante importancia y que no fue discutido en el actual contexto pero que supuso que EEUU instalara sistemas de misiles en Europa del Este que, lógicamente, Rusia ve como una amenaza directa a su seguridad nacional ya que permitiría alcanzar Moscú como objetivo militar en minutos con el posicionamiento de dos sistemas de misiles AEGIS (Sachs, 2024).

En relación al empleo de la OTAN, es importante recordar que en 2003 y bajo un pretexto de falsedad claramente demostrado (disponibilidad de armas nucleares por parte de Saddam Hussein), invadió Irak liderando una coalición internacional con los principales miembros de la organización y en 2004-2005 iniciaron una operación de Soft Power para apoyar un cambio de gobierno en Ucrania (conocida como la "Primera Revolución de Colores") que colocó en el gobierno al Presidente Yuschenko. En 2010 Yannukovich ganó las elecciones en base a una plataforma de neutralidad de Ucrania, con amplio apoyo de la población, que según las encuestas de opinión no querían el ingreso a la OTAN, conscientes de la división existente en su país entre la etnia ucraniana y la etnia rusa (Sachs, 2024).

En diciembre de 2021, Putin puso sobre la mesa un proyecto de acuerdo de seguridad entre Rusia y EEUU, cuya base era la no ampliación de la OTAN y que, lógicamente, fracasó y derivó en el inicio de las operaciones por parte de Rusia. Vale destacar que en 2022 hubo un intento de mediación por parte de Turquía que parecía encaminarse en forma positiva, basado en la predisposición de Zelenski a garantizar el no ingreso de su país a la OTAN, pero por presión de EEUU y Gran Bretaña (el propio Boris Johnson voló a Ucrania para pedirles que fueran valientes y manifestarles su apoyo) terminó en la nada. El resultado? Mas de 500.000 ucranianos muertos al día de la fecha y un cambio en la política exterior por parte de EEUU, que coloca a Zelenski en un escenario extremadamente riesgoso.

La Seguridad Europea pasará a ser un problema de los Europeos. Durante mas de medio siglo, Europa se esforzó en desarrollar el concepto del estado de bienestar, descuidando su sistema de Defensa, que se volvió cada vez mas dependiente de EEUU. En lo sucesivo, quienes aspiren a disponer de la nacionalidad europea, deberán preparase para servir en sus FFAA en forma efectiva o arriesgarse a enfrentar una tercera guerra europea que los vuelva a empujar a abandonar Europa. Pero el interrogante es ¿que harán las minorías (ya no tan minorías) musulmanas, árabes, africanas, etc, que son una parte importante de la población europea en caso de producirse el enfrentamiento?

Trump ha expresado con claridad que va a gobernar con una mirada hacia el interior de su país y por lo tanto lo primero que buscará va a ser el equilibrio en su economía, fuertemente endeudada y afectada por el creciente déficit fiscal heredado de la gestión Biden. Para ello, no dudará en reducir el impresionante gasto militar, o de ser posible, apuntar a que sean otros quienes paguen la cuenta. Expertos europeos consideran que del total de la inversión necesaria en armamento, estimada en aproximadamente 800.000 millones de Euros, entre el 60% y el 70% se adquiriría en la industria armamentística estadounidense.

Del análisis de su discurso de asunción, se destaca que a los únicos países que mencionó explícitamente fueron China, Canadá, Méjico, Groenlandia (Dinamarca) y Panamá. A todos ellos prometió medidas que permitieran equilibrar el balance comercial con su país, y a la mayoría amenazó con pretensiones territoriales. No hubo mención alguna a Rusia-Ucrania, ni Israel-Hamas, Israel , Taiwán o Corea del Norte, por lo cual se estima que pretendería desentenderse o desactivar conflictos que le representan destinar recursos que le permitan enfrentar a su principal adversario: el crecimiento económico sostenido de China.

En términos de similitudes entre Presidentes Republicanos, la gestión de Trump pareciera encaminarse más a un paralelo con la de Herbert Hoover, que estableció una política arancelaria que desencadenó la crisis de 1930, que a Ronald Reagan o Eisenhower, autores intelectuales de la caída del Muro de Berlín y la reconstrucción europea a través del plan Marshall.

Trump, al igual que Putin, emplean a conciencia las más modernas reglas de las operaciones de información, como arma destinada a afectar a la población, la dirigencia y las tropas tanto propias como las del adversario, influyendo en la opinión pública, en su moral y, en consecuencia, en el desarrollo de las operaciones. La reunión entre Trump y Zelenski en el Salón Oval de la Casa Blanca, transmitida en vivo, constituyó un ejemplo de lo expresado, buscando como Target a sus votantes y al público norteamericano en general, a los europeos y a Putin. Por su lado, Zelenski, ante la sorpresa del ataque buscó dirigirse al pueblo ucraniano y a los gobernantes europeos, victimizándose ante el retiro del apoyo norteamericano y generando en el imaginario lo que puede ocurrir al resto de Europa si Ucrania es vencida.

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Estas consideraciones permiten inferir los riesgos y consecuencias del alineamiento automático o incondicional a un aliado que prioriza sus intereses particulares, particularmente en áreas tan sensibles como la Defensa. Seguramente los políticos y estrategas europeos estén retomando la lectura de De Gaulle y su autonomía estratégica, que llevó a Francia a desarrollar su propia capacidad de disuasión nuclear y cuya premisa ocupa la centralidad de los debates sobre seguridad europea. La reciente decisión del primer ministro portugués de anular la adquisición de aviones F35 norteamericanos y volcarse a comprar aviones europeos quizás sea el mejor ejemplo.

Por otra parte, la realidad ha mostrado la cara mas descarnada del interés de las grandes potencias por los recursos naturales de Ucrania (no solo EEUU, sino también Francia y Gran Bretaña). Ningún apoyo es gratuito ni solidario. Ucrania deberá pagar la cuenta de los medios recibidos con sus recursos naturales.

En términos geopolíticos, las naciones defienden prioritariamente sus intereses nacionales. En función de ello, presentan las herramientas que les permitían alcanzar el éxito en las negociaciones. Para esto es fundamental conocer cuáles son los aspectos que pueden resultar de interés a la contraparte. Ni nuestro país ni la región en general dispone ni dispondrá de un poder militar que disuada a las grandes potencias que puedan disputar intereses en nuestra región, pero al respecto es interesante lo que expresa Juan Tokatlian: "América Latina es una región no gravitante, pero sí relevante por varias razones. La primera, somos una zona de paz. Además aquí no hay países con armas de destrucción masiva y no constituimos una amenaza nuclear. Y hemos sabido preservar eso con gobiernos de diferentes signos en distintos países. Poseemos minerales críticos que pueden facilitar una transición energética limpia. Otro activo es que somos una superpotencia en materia de biodiversidad y tenemos una responsabilidad con eso para las próximas generaciones¨…¨esos son recursos que también demandan los Estados Unidos, Europa, China, India. Por primera vez en bastante tiempo, los gobiernos del área tendrán al menos teóricamente, una capacidad de negociación formidable, que no debe desperdiciarse recurriendo a acuerdos espurios y mecanismos corruptos. En ese marco, el desafío de la Argentina es no malgastar esta oportunidad".

Sumando a lo expresado por el catedrático, debemos considerar la posición geográfica estratégica respecto del control del paso interoceánico, que en caso de conflicto y afectado el Canal de Panamá se convertiría en paso obligado para el comercio, además de la proximidad a la península antártica, que nos coloca en las mejores condiciones relativas para competir con aquellas que ofrecen posibilidades de conectividad con el continente blanco (Hobart, Christchurch, Ciudad del Cabo, Puerto Argentino y Punta Arenas).

En el caso de nuestro país, sería mas que apropiado un análisis de las implicancias del alineamiento automático adoptado por el Poder Ejecutivo, a la luz de la consecución de los objetivos y la defensa de los intereses nacionales. ¿Es conducente al mandato constitucional de recuperar los territorios soberanos usurpados por Gran Bretaña, su proyección sobre espacios estratégicos reclamados como la Antártida y áreas de importancia estratégica como la conexión interoceánica? ¿Los recursos naturales infinitos de que dispone nuestro país, están siendo protegidos por esta política, o serán justamente la moneda de cambio que deberemos ofrecer para el caso de que debamos recurrir al apoyo del aliado automático?

Para EEUU, el interés en el Atlántico Sur radica en el control del paso interoceánico, la proyección sobre la Antártida, los recursos potenciales que representa e impedir el ingreso de China como proveedor de armamento en Latinoamérica o a través del desarrollo de infraestructuras. La presencia Británica en Malvinas le garantiza en gran parte los intereses enunciados, por lo cual es difícil imaginar que vayan a tomar una actitud favorable a nuestro reclamo de soberanía que le implicaría un problema con su principal aliado histórico. La política exterior adoptada por nuestro país pareciera constituir un reaseguro de que no se producirán tensiones que puedan poner en riesgo el interés norteamericano, ni generar inquietud en quienes usurpan nuestro territorio, limitándose a recibir reclamos meramente declamativos y formales.

Laura Richardson, ex Comandante del SOUTHCOM, actualmente en retiro, demostró en varias oportunidades la cara mas descarnada del interés norteamericano por los recursos naturales de nuestra región, al extremo de definirlos como propios. En su audiencia de confirmación en el Senado en 2021 estando en actividad respecto del avance de China en la región y hace pocos días en una conferencia brindada en Panamá, ya en retiro, manifestó: “La región alimenta al mundo, pero no recibe los beneficios, tiene el 30% del agua fresca del mundo, tierras, más del 30% del azúcar, minerales de todo tipo, el 60% del litio, el 30% del cobre. La región tiene casi un quinto de reservas de petróleo y también el Amazonas, la región más biodiversa”. El reclamo de Trump a Ucrania por compensaciones a través de recursos naturales demuestra que esta línea de pensamiento constituye un principio de la política exterior de EEUU.

Vale la pena recordad que el ex Secretario de Estado Henry Kissinger (Liderazgo, 2023) expresó, en relación al apoyo que USA le brindó a Gran Bretaña durante la guerra por la Malvinas que ¨Bajo la dirección de Caspar Weinberger el Pentágono proporcionó a Reino Unido una gran cantidad de material militar que era muy necesario desde el inicio del conflicto. Gran parte de esta ayuda se realizó de manera encubierta, porque el Departamento de Estado, dirigido por Alexander Haig se opuso a que su país apoyara públicamente a Reino Unido…¨, otro signo de la fortaleza subyacente de la relación entre EEUU y Reino Unido, según reveló mas tarde John Lehman, antiguo secretario de la Armada estadounidense, fue que Reagan había acordado que, si la Royal Navy perdía un portaviones, EEUU le prestaría el USS Iwo Jima, un buque de asalto anfibio (o portahelicópteros) que podía alojar los cazas Sea Harrier de despegue vertical. "Dale a Maggie todo lo que necesite para hacer esto" le dijo Reagan a Weinberger, Secretario de Defensa.

En términos de Defensa, y habida cuenta de la cada vez mayor dependencia en materia logística, nuestro país va a participar en los conflictos que EEUU permita, con los medios que ponga a nuestra disposición y por el tiempo que le resulte conveniente a sus intereses. De lo que no caben dudas es que no resultará gratis. El resto es autoengaño o inocencia estratégica. El propio Henry Kissinger dijo "…ser enemigo de EEUU es peligroso, pero ser su amigo es fatal".

Richard Nixon durante su Presidencia enfrentó grandes desafíos geopolíticos y llevó adelante políticas que se consideraron innovadoras como el acercamiento histórico entre EEUU y China que resultaron paradigmáticos y produjeron un reacomodamiento en el tablero estratégico que permitió alcanzar un equilibrio geopolítico en momentos de alta convulsión.

"Cuando una nación se vuelve infinitamente mas poderosa que su competidor potencial es cuando surge el peligro de la guerra…creo que el mundo será mas seguro y mejor si Estados Unidos, Europa, la URSS, China y Japón son fuertes, sanos, se equilibran mutuamente y no se enfrentan entre ellos, un equilibrio igualado". (Nixon, 1972)

Independientemente de la vigencia de los actores mencionados, queda clara la necesidad y conveniencia de alcanzar un nuevo equilibrio que permita alcanzar una mayor estabilidad a nivel planetario, con la innegable importancia que ha adquirido el Indo-Asiático en detrimento de Eurasia. Para ello, es indispensable enfrentar este nuevo esquema desde nuestra región con un mínimo nivel de coordinación e integración, al menos entre quienes compartimos visiones e intereses estratégicos comunes como Brasil (Atlántico Centro y Sur, proyección antártica, biodiversidad, recursos naturales) y Chile (control interoceánico, proyección antártica, recursos naturales) y avanzar en el desarrollo de políticas de I+D que permitan reducir los niveles de dependencia exterior y avanzar en la industrialización. En forma separada, es probable que terminemos siendo solo el furgón de cola de potencias extranjeras.

*Teniente General (R)–Ex Jefe del Estado Mayor Conjunto de las FFAA

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