Hace un siglo y medio, el 26 de noviembre de 1874, moría el coronel Francisco Borges, abuelo del escritor Jorge Luis Borges.
Lo hacía heroicamente en la batalla de La Verde, en la cual fueron derrotadas las fuerzas sublevadas por Bartolomé Mitre contra el gobierno de Sarmiento y la elección de Avellaneda.
Las menciones del escritor a su abuelo fueron muchas a lo largo de su obra y tiene incluso varios poemas completos dedicados a él.
El escritor nace en 1899 y su padre lo hace en 1874, el mismo año de la muerte de su abuelo en la batalla: el padre de Jorge Luis no llegó nunca a conocer a su progenitor.
Pero, ¿cómo se dio esta relación afectiva o más bien psicológica de un nieto con un abuelo al que nunca conoció?
Esta cuestión responde a la sociología de la época: la transmisión fue a través de su abuela. Eran épocas donde las tres generaciones vivían juntas y la relación y el diálogo intergeneracional eran muy intensas.
El coronel Borges se había casado con una joven inglesa hija de un pastor protestante, Fanny Haslam, a quien había conocido en una de sus campañas en Entre Ríos.
Tras la muerte de su marido, vivirá toda su vida con la familia de Jorge Luis, su nieto. Ella viaja con los Borges a Ginebra, acompañándolos en su larga estadía, y morirá en 1935, sesenta y un años después que su marido. Su matrimonio había sido muy breve y sólo había durado un par de años, período durante el cual fue madre de dos varones.
Para ella, el recuerdo del coronel estaba siempre presente y así lo transmitió al escritor, que a los seis años ya había leído párrafos de libros de historia que mencionaban la muerte de su abuelo.
El año 2023 se cumplió un siglo de la publicación del primer libro de Borges: Fervor de Buenos Aires. Entre los poemas que lo integran ya hay uno dedicado a su abuelo: Inscripción sepulcral. Pero no quedó conforme y en reediciones posteriores lo omitió.
Sin embargo, años después volvería sobre su abuelo, dejando magníficas páginas poéticas sobre él, como por ejemplo en La suerte de la espada (poema que integra su libro La Moneda de Hierro, de 1976):
"La espada de aquel Borges no recuerda
Sus batallas. La azul Montevideo
Largamente sitiada por Oribe.
El Ejército Grande, la anhelada
Y tan fácil victoria de Caseros,
El intrincado Paraguay, el tiempo, las dos balas que entraron en el hombre,
El agua maculada por la sangre,
Los montoneros en el Entre Ríos,
La jefatura de las tres fronteras,
El caballo, y las lanzas del desierto,
San Carlos y Junín, la carga última...
Dios le dio resplandor y estaba ciega.
Dios le dio la epopeya. Estaba muerta.
Quieta como una planta nada supo
De la mano viril ni del estrépito
Ni de la trabajada empuñadura
Ni del metal marcado por la patria.
Es una cosa más entre las cosas
Que olvida la vitrina de un museo,
Un símbolo y un humo y una forma
Curva y cruel y que ya nadie mira.
Acaso no soy menos ignorante".
Las referencias al coronel Borges son muchas en la obra del autor. Pero quizás uno de los pasajes poéticos más profundos que Jorge Luis Borges dedicó a su abuelo fue: ¿Con qué te puedo retener?
Se trata de un poema de amor que escribe para entender y retener a una mujer que está perdiendo o ha perdido. En el mismo enumera los distintos aspectos de su propia personalidad, como “desesperados crepúsculos”, “la amargura de un hombre que ha mirado largamente la luna solitaria”, “sus libros”, “lo que pueda haber de hombría y humor en su vida”, “el recuerdo de una rosa amarilla”, etc.
Pero agrega entre las cosas más valiosas que tiene para ofrecer, a:
Mis antepasados, mis muertos, fantasmas que los vivos han honrado en el mármol: el padre de mi padre asesinado en la frontera de Buenos Aires, dos balas atravesaron sus pulmones y barbudo y muerto, fue envuelto en un cuero de vaca por sus soldados; el abuelo de mi madre que a los veinticuatro años comandó una carga de trescientos hombres en el Perú, ahora fantasmas sobre desvanecidos caballos.
Cabe señalar que el nombre completo del escritor era Jorge Luis Isidoro Francisco. Se trata de nombres extraídos del árbol genealógico familiar: Francisco era por su abuelo.
La muerte del coronel fue la circunstancia que originó varios de estos pasajes poéticos. La revolución de 1874 había comprometido su lealtad con Sarmiento mientras éste fuera presidente, pero la amistad del coronel Borges con Mitre lo llevó a acompañar su causa política.
De quién hablaba Borges realmente cuando escribió “No nos une el amor sino el espanto"
La fecha del movimiento se adelanta. Borges se encuentra en una encrucijada: por su palabra dada a Sarmiento, debe defender con sus tropas al gobierno, pero por sus compromisos con Mitre, siente que debe sublevarse con ellas. Finalmente opta por poner su regimiento, el 2° de Infantería, a órdenes de Sarmiento, y él personalmente incorporarse a los sublevados para mantener su palabra ante ambos. Esta actitud le generó críticas y enconos de sus camaradas.
En la batalla de La Verde que tiene lugar el 26 de noviembre de 1874 en la provincia de Buenos Aires, Mitre, viendo perdida la posibilidad de triunfo, ordena el repliegue. Borges le pide que no lo haga, ya que cree que todavía hay posibilidad de triunfo, pero Mitre no cambia su decisión.
Entonces, el “abuelo” Borges, montando un caballo blanco y vistiendo un poncho del mismo color, se encamina hacia las fuerzas enemigas, acompañado únicamente por dos ayudantes. Recibe dos heridas mortales. Sus últimas palabras están dirigidas a su mujer y sus dos hijos, y un mensaje para Mitre: “Muero apreciándolo, como lo he apreciado siempre”.
Hay quienes han visto en esta actitud del coronel Borges un suicidio deliberado, debido a una depresión frente al fracaso militar; otros, por el daño moral que sufría por la incomprensión de sus camaradas ante su actitud.
Para las poesías de Jorge Luis Borges, es una mezcla de todas estas razones.
*Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría