OPINIóN
Interés común

10 puntos para recuperar la grandeza de una patria estancada

Muchas inversiones y buenos salarios para todos son lo necesario para estabilizar el país, pero resaltar las diferencias internas lo demorará. China lo logró hace 30 años e India sigue sus pasos. “La grieta es el cáncer del país”, sostiene el autor, experto en riesgo geopolítico.

bandera Argentina
Feliz día de la Patria | Télam

La política nacional se encuentra dispersa y desorientada. Hay debates sectoriales, pero poco integrados a un todo, a un modelo. Nadie saca conclusiones de los desastres cometidos, ni reconoce sus errores. No hay aprendizaje colectivo. Todos se refugian en sus espacios, los que finalmente estallan en múltiples fracciones, porque no hay un hilo conductor, una idea de un proyecto nacional, una doctrina que marque un rumbo, que es la que podría generar renovados liderazgos nacionales. Esta debilidad estructural de la política nacional es aprovechada por los poderes (internos o externos) para su propio beneficio.

Eso explica que desde 1976 en adelante todos los índices económicos y sociales se han estancado o caen. Argentina ha perdido todo tipo de soberanía; está indefensa. El derrumbe continúa. El gobierno actual carece de un proyecto, solo propone un ideal utópico, propio de una ideología extremista, que, como todo canto de sirenas, pone en tiempo infinito (20 o 30 años) el punto de encuentro de sus propuestas.

Tampoco los gobiernos anteriores han tenido un proyecto nacional; solo han privilegiado los intereses de la oligarquía política; por eso sus horribles resultados. El antídoto que propone el actual gobierno sólo cambia de color del frasco. Nada soluciona o peor aún, destruye lo poco que queda en pie.

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Las grietas no se superan solo con la tolerancia del otro

La respuesta correcta es utilizar el pensamiento estratégico, que parte de la realidad, del aprendizaje mutuo para poner en valor los escasos medios disponibles, proponiendo un programa con resultados visibles en el corto y mediano plazo, con transparencia en su medición y control, en un rumbo soberano. Esto requiere postergar cualquier encono del pasado, regenerar una cierta amistad entre los adversarios; dejar de lado diatribas e insultos, para poder dialogar en términos patrióticos y no seguir con las simples transacciones económicas de toma y daca. Un proyecto integrador para desarrollar el país no es sólo un plan económico; del cuál hasta eso, el gobierno también carece.

Para disimular la falta de pensamiento estratégico los “ideólogos de la grieta” apelan a las técnicas de la comunicación moderna (sesgo de confirmación y otras). Está de moda apelar al “principio de revelación”, equivalente al concepto de “amigo-enemigo”.

Casi no hablan del principio del oscurecimiento, usado para ocultar los problemas, esconder ciertas intenciones y disimular los errores. También se menciona frecuentemente una supuesta “batalla cultural” para cambiar la mente del otro, ya que todos son poseedores de la “verdad revelada”.

Grieta horizontal

Toda esa comunicación moderna se usa para incrementar las diferencias, aumentar la grieta, que es el verdadero proyecto práctico sobre los que se asientan los gobiernos de estos últimos tiempos. Todo ello va en sentido contrario a la búsqueda de un proyecto en común. Por eso fracasan reiteradamente los gobiernos en Argentina. Es que finalmente la realidad mata al relato y que el pueblo, siendo muy tolerante, finalmente, se harta.

La continuación de la grieta es el verdadero cáncer de la Argentina. Resaltar las diferencias internas no mejorará la llegada de las inversiones ni incrementará el nivel salarial; todo lo contrario, las demorará o postergará. Muchas inversiones y buenos salarios para todos son absolutamente necesarios para estabilizar el país, dando garantías en el largo plazo a quienes quieren invertir y entusiasmar a quienes quieren vivir en Argentina.

China logró 30 años atrás enormes inversiones extranjeras porque daba garantías de estabilidad y logró ser potencia industrial porque su dirigencia tiene un proyecto nacional, basado en el consenso interno. India va en el mismo camino; aunque teniendo sus grandes diferencias con China, está asociada al BRICS y mantiene muy buenas relaciones con EEUU y con Rusia. EEUU es estatista y liberal simultáneamente; no ven ninguna contradicción; simplemente han aprendido a aplicar ambas cosas en los sectores correctos. México, socio obligado de EEUU, negocia importantes inversiones de China en su territorio. No hay ideología; hay intereses, inteligentemente aplicados.

Hacia una nueva grieta

Sin pretensiones de comparación con estas potencias, cabe rescatar de ellos los grandes principios con que Argentina podría salir de la decadencia y por su potencial naturaleza, pasar a ser un país importante y soberano, que hoy no lo es.

Algunos de estos sabios principios son:

  1.  Poner a la Patria y a nuestros Intereses Nacionales como el principal rumbo estratégico; 2. Mantener buenas relaciones con todos los países, sin interferir en sus decisiones internas, pero sin someternos a sus intereses;
  2. La unidad nacional, basada en un proyecto en común, es la mejor y casi única garantía de la necesaria estabilidad futura;
  3. Sin establecer el rumbo que una mayoría no circunstancial defina, el país estará sometido permanentemente a las demandas de terceros o inclusive a su desguace;
  4. Combatir política y culturalmente a los sostenedores de la grieta debe ser una herramienta básica de la nueva política;
  5.  Esforzarse por resaltar todo lo que une a los argentinos, y oponerse a aquellos que destacan todo lo que nos desune;
  6. La política tiene que volver a pensar estratégicamente y no ideológicamente;
  7. Dejar de lado los debates inútiles del mundo actual, como capitalismo-socialismo o estatal-privado; usar cada herramienta según convenga en base al análisis patriótico y no en base a los intereses sectoriales;
  8.  Cualquier proyecto o programa debe estructurarse en términos de soberanía, sin perder realismo, para ir adquiriendo la mayor autonomía estratégica posible;
  9. El país tendrá una auténtica justicia social y será verdaderamente federal cuando la integración comunitaria se logre por una contribución y una distribución justa.

Es hora de llamar a todos los patriotas de todos los sectores sociales, políticos y de los estamentos intelectuales, artísticos, universitarios, empresariales, gremiales y religiosos, para que, en acuerdo con estas propuestas básicas u otras que se incorporen o acuerden, nos organicemos a lo largo del país para volver a las fuentes de la verdadera política, que es un servicio para garantizar la grandeza de la Nación y la felicidad de los argentinos.

*Consultor de riesgo geopolítico, Lic. Cs. Químicas FCEN UBA, Consultor Análisis Geopolítico, ex profesor de Escuela Superior de Guerra, ex miembro de Centro de Estudios Estratégicos de Ejército FFAA