MODO FONTEVECCHIA
ANÁLISIS DE GOBIERNO

Sergio Berensztein: "Parte del equipo de Milei está en contra de la confrontación"

“La moderación sigue siendo el tono preferido por la sociedad argentina en materia comunicacional, sigue siendo lo que la gente espera de un presidente”, señaló el consultor político.

Sergio Berensztein
Sergio Berensztein | Instagram @sergioberensztein

Segio Berensztein publicó una reciente columna titulada: “Milei en su laberinto: el show no debería continuar”, donde analiza actitudes del presidente en medio del aumento de la crisis económica y los escándalos de su gestión. ​“En la Argentina el Estado se ha politizado de la peor manera posible”, criticó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Sergio Berensztein es consultor político y presidente de Berensztein consultora de análisis político y estratégico fundada en 2014. Es además columnista de numerosos medios y autor de los libros: “Después de la globalización” y “¿Somos todos peronistas?”.

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Cada vez que te leo no puedo más que coincidir con lo que escribís. Esta idea de “el show no puede continuar” me parece un título perfecto. Me gustaría que compartieras con nuestra audiencia una síntesis de lo que allí colocabas.

En esa columna lo que yo intenté fue, primero, reflexionar respecto a la ambigüedad que hay en el Gobierno, con un presidente que continúa con su dinámica comunicacional y su narrativa de confrontación, mientras su gobierno se vuelve cada vez más pragmático. Lo era antes de la designación de Guillermo Francos como jefe de Gabinete de ministros, y lo es mucho más formalmente a partir de ayer. 

El Presidente necesita ratificar los componentes ideológicos de su propuesta, al margen de lo que su gobierno está obligado a hacer y él avala. También está el problema, que yo creo que es un gran riesgo para el Gobierno, en términos de un presidente que está metido en la dinámica internacional, casi construyendo una personalidad como celebrity, mientras que los problemas cotidianos de la Argentina, lejos de resolverse, se están agravando

Pero sobre todo hay una cuestión que a mí me parece vital y es esta idea de confrontar y diferenciarse de un sistema político que, lamentablemente, es lo que es, nos guste o no nos guste. El Presidente tiene hoy problemas vinculados a cómo funciona el sistema político, que tiene prácticas que son deplorables, y que incluso su gobierno está demostrando que las replica. 

Por ejemplo, la utilización de contratos en el Estado con mecanismos perversos, como la triangulación con organismos internacionales para construir clientelas políticas. Esto es parte de la política Argentina y él no puede ahora desembarazarse de eso, porque le pasó a él mismo

Creo que hay una cuestión comunicacional crítica. Hasta el votante de Milei está en contra de la confrontación y de este intento de demonización utilizando palabrotas o un lenguaje violento que la sociedad argentina rechaza. La moderación sigue siendo muy claramente el tono preferido por la sociedad argentina en materia comunicacional, y se le exige al Presidente ese tipo de lógica, más allá de que en este caso tiene un grupo chico de fanáticos que aplauden todo lo que él hace. 

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¿Puede ser que la sociedad tenga que aprender que no se puede asumir un gobierno con un partido político con cuadros detrás? ¿Que incluso la nominación de quién era ministro del interior como jefe de Gabinete, lo que muestra es las dificultades que tiene para armar un equipo de gobierno cualquier persona que llega sin el respaldo de un cursus honorum de un partido político con formación de cuadros en distintos estamentos territoriales? 

Ahí hay una polémica, porque hemos visto en la Argentina y en el mundo cambios de régimen que muchas veces implican la cooptación de equipos, de cuadros y dirigentes que tienen sus estructuras armadas, si efectivamente un líder llega sin un partido que lo respalde.

Los partidos políticos han dejado de ser organizaciones que forman cuadros o que preparan funcionarios para desempeñar responsabilidades en el sector público, tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Pero tenés ONGs, think thanks, universidades, que van formando distintos cuadros donde hay como una especie de puerta giratoria, incluso hay cierta práctica de pragmatismo, funcionarios que tienen saberes profesionales importantes y pueden ser funcionarios de distintos gobiernos.

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Esto pasó en la Argentina antes de la organización nacional. Juan José Paso fue funcionario de múltiples gobiernos en la primera mitad de la década en el siglo XIX. Vemos que hay cierta cuestión de lo que un gran sociólogo alemán llamó “la ley de hierro de las oligarquías”, y es que la práctica de la función pública, en los Estados modernos requiere profesionalización. 

En Argentina, lamentablemente, eso es uno de los grandes déficits, porque todo lo que hemos visto en Capital Humano, lo que pone en manifiesto, es que el Estado argentino carece de profesionales que desempeñen su trabajo independientemente de quién gobierna. Podés cambiar el secretario, subsecretario, el director, pero por debajo debe haber una burocracia que garantice calidad en la política pública y continuidad. 

Esto es lo que falta en la Argentina. El Estado se ha híper politizado de la peor manera posible, es utilizado como vimos con Pablo de la Torre, como una forma de conseguir contratos y de armar clientelas, independiente de la ideología del Gobierno, y esto debilita al aparato estatal, genera una situación de desconfianza respecto de los funcionarios públicos, y sobre todo, afecta a los sectores más vulnerables que son los que tienen que recibir ayuda. 

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Los presidentes que tuvieron más éxito desde la llegada de la democracia fueron dos gobernadores, Carlos Saúl Menem y Néstos Kirchner. En el último gobierno de Alberto Fernández se incorporaron intendentes del Conurbano que tenían experiencia territorial. Que vos tengas la experiencia de que vengan de un partido, en el que primero hicieron el cursus honorum, ¿no cumple ese nivel de experiencia que se necesita para la gestión pública?

Yo creo que lo mejor es la combinación de ambas cosas, de ambos saberes. Las prácticas políticas no siempre están asociadas a la selección de profesionales para que cumplan funciones críticas como asignar recursos escasos, planificar, modificar planes. En el Estado hay algo que es increíble, hay un problema, hay una agencia que trata de solucionarlo, pero en vez de eliminar la agencia cuando ya soluciona todo, prevalece la agencia, por más que ya no exista ese problema. 

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Entonces se acumulan geológicamente capas y la política tiene dificultad para evitar esas inercias. Entonces, yo creo que lo mejor es una combinación de muy buenos técnicos, de los think thanks, de las universidades, de la sociedad civil, y políticos que sepan tomar decisiones.

En el mundo hay ejemplos exitosos de esto. Estados Unidos es un ejemplo. Podés tener políticos sin experiencia que asumen en una secretaría o ministerio importante, pero cuando vos miras los cuadros técnicos que están debajo, son los mejores. Y vienen, en general, de una dinámica de "puerta giratoria", porque desempeñan distintas funciones en el Estado, incluso de baja responsabilidad en algunos casos, pero a lo largo del tiempo pueden reflexionar por su paso por la función pública. 

En la India las familias obligan a los más jóvenes de la familia a pasar un tiempo en la función pública, devolviendo un poco de lo que la sociedad les ha dado. Eso en Argentina obviamente no existe. Ir a la función pública es por vocación, es raro que alguien quiera hacer una carrera pública, no es para nada prestigioso, y después hay dificultades para reinsertarse en el sector privado. Más que una puerta giratoria, muchas veces es el final de las carreras, y luego genera incertidumbres sobre cómo reinventarse. 

MB FM