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MODO FONTEVECCHIA

Sergio Berensztein: “Macri era banca y ahora es punto”

El consultor político se refirió al escenario de cara a las elecciones de medio término y advirtió que el destino del PRO dependerá de los resultados económicos del gobierno de Javier Milei. "El PRO se convirtió en el partido de la familia Macri", dijo en Modo Fontevecchia.

Sergio Berensztein
Sergio Berensztein | Instagram @sergioberensztein

El consultor político Sergio Berensztein analizó el panorama hacia las elecciones legislativas y se refirió a la relación entre el PRO y La Libertad Avanza. "El gobierno está esperando una “prueba de amor”, que en el caso del presidente implica sumisión", sostuvo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Sergio Berensztein es consultor político y presidente de la consultora que lleva su nombre. Es columnista de numerosos medios de comunicación, y fue colaborador de diario Perfil. Es autor de libros como Después de la globalización y Somos todos peronistas

¿Le va a pasar a Mauricio Macri y al PRO lo que le pasó a Silvio Berlusconi y a su partido Fuerza Italia? Es decir, que el partido que estaba más inclinado hacia la extrema derecha que ellos los terminó fagocitando? ¿O lo que sucedió con Giorgia Meloni y Fratelli d’Italia? O, ¿vos crees que hay más posibilidades de que un desgaste de Milei en el ejercicio del gobierno termine derivando en una preferencia por una derecha más moderada y que el PRO tenga posibilidades en 2027?

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En principio, va a depender mucho del éxito económico de la gestión del gobierno del presidente Milei, que es su principal aspecto en términos de legitimidad de ejercicio. Él tiene un contrato con la sociedad que se basa fundamentalmente en bajar la inflación, no dolarizar ahora, pero sí hacer una economía bimonetaria. Eso lo están instrumentando de a poquito. Y, fundamentalmente, que la estabilidad se convierta en una especie de bien público, que nadie dude de que la Argentina está capacitada para evitar los cimbronazos macroeconómicos que han marcado su historia reciente y no tan reciente.

En la medida en que eso no lo logre, yo creo que las chances del PRO de sobrevivir como hasta ahora, como un partido importante y relevante con candidaturas múltiples en varios distritos, van a estar en peligro. Si esto no ocurre, las chances del PRO aumentan. Pero va a tener otros desafíos. Porque el PRO se convirtió hoy en el partido de la familia Macri. Antes tenía más versatilidad, más amplitud, más diversidad en materia de dirigentes, de apellidos, incluso. Hoy no. Y eso es un problema enorme. Porque, en la medida en que esto se ha visto como el partido de Macri y sus amigos, con la relación bastante asimétrica que existe entre Macri y quienes lo rodean, eso le va a complicar mucho el recorrido. Un partido que necesita hacerse más profesional, más complejo, más abierto, más democrático, no tan nepotista, si quiere efectivamente volver a ser relevante en Argentina.

¿Cómo imaginas que llega el PRO a octubre? ¿Compitiendo con La Libertad Avanza? ¿En una alianza con La Libertad Avanza? ¿Qué chance le das a una y otra alternativa?

Una cuestión que hay que remarcar es que dominar la inflación es un bálsamo para los sectores más humildes, para los sectores de ingreso fijo, con lo cual esto tiene un impacto distributivo positivo. Después, es cierto que no te alcanza para que haya movilidad social, como tuvo la Argentina en la década del 60 o 70, pero de eso ya hace un montón. Somos los viejos los que nos acordamos de esa Argentina que, por ahí, la ves ahora en algunas regiones, como Neuquén con Vaca Muerta, en Jujuy por el litio, pero la Argentina era eso en todo el país. Una cosa impresionante de movilidad, y eso ya se perdió. 

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Entonces, me parece que hay que valorar y entender eso  electoralmente. La desinflación trae una tranquilidad enorme en todos los segmentos de la sociedad, sobre todo en los más humildes. Pensá que la coalición electoral del presidente Milei es bastante parecida a la de Menem en los 90 y a la de Thatcher en los 80. Sectores de clase media baja y baja, y sectores de clase media alta y alta componen una coalición muy compleja desde el punto de vista sociocultural, pero efectiva desde el punto de vista electoral.

Yo te diría que acá hay dos elementos para tener en cuenta: uno es la negociación que eventualmente se va a abrir ahora. Después de la reacción, un poco prematura, de Macri con ese tweet y la comisión que designó para negociar, el Gobierno pateó eso para adelante. Yo creo que, en buena medida, va a depender de lo que ocurra ahora en extraordinarias. Te doy un ejemplo: si el PRO se pone, entre comillas, firme en materia de calidad institucional… Digo esto porque sería ridículo reducir la calidad institucional a la designación o no de Ariel Lijo en la Corte. Pero supongamos que esto puede ser visto como un test ácido en el vínculo entre el PRO y La Libertad Avanza. Yo creo que lo es. 

Si ahí no hay un apoyo, como hubo en otras iniciativas, yo creo que ahí el vínculo se va a desgastar. Me parece que lo que el gobierno está esperando es una “prueba de amor”, que en el caso del presidente implica sumisión. Tiene un liderazgo a lo Imperio Romano. Te hace acordar a esta idea de que los romanos conquistan, cortan un par de cabezas y disciplinan de ese modo. Eso me parece que es algo que hay que tener en cuenta como primer eslabón.

El segundo tiene que ver con el enigma que implica la construcción en la provincia de Buenos Aires. Si hay efectivamente voluntad de acompañar la candidatura de Karina Milei o de José Luis Espert, veremos quién finalmente encabeza la pelea contra Cristina. Eso puede ser visto también como un elemento crucial en esta negociación, como para luego arreglar en otros distritos. 

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La Argentina es enormemente heterogénea, y cada provincia es un mundo aparte. Y tenés provincias donde ya hay acuerdos de cooperación, como Chubut, por ejemplo. Ahí tenés un gobernador muy interesante como Nacho Torres, que con poco tiempo de gestión, ya está construyendo un perfil propio. Bueno, ahí tenés un ministro que fue candidato a vicegobernador de La Libertad Avanza, con gente del PRO, del radicalismo, las típicas construcciones locales.

Algo parecido pasa en Mendoza, donde Alfredo Cornejo, que fue titular de radicalismo hace no mucho, reconoce que su electorado quiere que a Milei le vaya bien. Entonces, eso constituye una especie de restricción cuando hay superposición de electorado nacionales y provinciales. Si bien hay desdoblamiento en un número importante de provincias, de todas maneras va a haber presión para que haya alguna lógica que termine acomodando, de abajo hacia arriba. Va a haber dirigentes restringidos, limitados por las preferencias de los votantes a los cuales apelan a la hora de construir coaliciones electorales. 

Pero, como vos decís, esto se sabe ahora en las extraordinarias, si el PRO vota a favor de Ariel Lijo o no. Y ese va a ser el divisorio de aguas. 

Me parece que ese es uno de los elementos cruciales, tal vez no el único…

Sería cruzar el Rubicón para La Libertad Avanza, si Macri no vota a favor de Ariel Lijo en las extraordinarias…

Ahí podés tener una solución de compromiso, donde algunos voten y otros no, que es lo que, en general, pasa en estos casos. Entonces, Macri puede decir: "mirá, no manejo toda mi tropa", lo cual es cierto, aunque le cueste reconocerlo. Y eso de alguna manera causaría daño, entre comillas, en el vínculo entre este triángulo duro de poder. Reconozcamos que se la hacen difícil a Macri, como él se la hizo difícil al radicalismo y a la Coalición Cívica en su momento. Y él no lo toma de forma graciosa, le cuesta reconocer que ya no es banca, sino que se convirtió en punto. 

MC