El jefe de bloque de la UCR en la Cámara baja, Rodrigo De Loredo expresó su preocupación por la atomización del sector no justicialista y consideró que hay un debilitamiento de las instituciones partidarias. “Hay una propensión cada vez más resuelta a nivel global, de las figuras personales en la política”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Rodrigo De Loredo es diputado nacional de la Unión Cívica Radical por Córdoba, presidente del bloque de la Unión Cívica Radical en la Cámara de Diputados, fue concejal por su ciudad en el año 2019, presidente de ARSAT en el año 2015, y legislador provincial en el año 2011.
¿Puede ser que, en el devenir del ejercicio del Gobierno de la Libertad Avanza y la continua pelea que lleva adelante Milei con distintos sectores —empresarios, periodistas, políticos—, finalmente los termine uniendo a todos, y vos y Manes, que tenían diferencias hace un año, terminen hoy más juntos que nunca?
No, no sé. Yo soy de una escuela en la cual uno construye políticamente tratando de unir las coincidencias y dejar a un costado las diferencias y ver cómo abordarlas. Pero últimamente, en la contemporaneidad, se ha puesto de moda esto, este pensador italiano, Giuliano da Empoli, con esto de la ingeniería del caos.
Pero yo lo que observo del gobierno es que se ha confundido de obra, digamos, porque al final del día el caos lo ha armado en el Frente no Justicialista, que está todo particionado y ha tenido una capacidad asombrosa. Y en este sentido se puede reiterar el error de Juntos por el Cambio y unificar el Frente Justicialista.
Si alguien tenía alguna expectativa, ante estas desavenencias, Axel Kicillof, Cristina, Massa, La Cámpora, Máximo…Yo te adelanto, yo siempre lo pensé, pero ahora se pone cada vez más en evidencia que ellos van a mantenerse unificados y les van a dar una opción que se vende con alguna edulcorancia y algún romanticismo, pero que, en definitiva, trae propuestas analógicas que han atrasado al país, nos han sumergido en el subdesarrollo y una pobreza atroz.
Entonces, esa es la reflexión que hago del contexto en un momento de debilitamiento de las instituciones partidarias, de una propensión cada vez más resuelta a nivel global, de las figuras personales en la política. Bueno, en toda esa contextualidad le sumo esta praxis del gobierno que está arrojando estos resultados paradójicamente inversos a lo que supuestamente iban a aplicar.
El primer axioma de la sociología es que, frente a la agresión externa, los grupos se cohesionan, por eso se dice que cuando un país o un gobierno tiene problemas, lanza una guerra, o se decía en su momento, y logra cohesionar a todo el mundo. Y, en este sentido, como vos decís, cohesiona también a todo lo que sería el panperonismo, el kirchnerismo, La Cámpora, Kicillof, los gobernadores que no le responden a Cristina Kirchner. Ahora, ¿no puede pasar lo mismo, y en este caso positivamente, con lo que podríamos decir que era Juntos por el Cambio?
Ojalá. Yo estoy preocupado por mi partido porque seguimos con desavenencias. Yo, desde el minuto uno, y no cambio de postura, he tratado de procurar, aun en la complejidad, que mantengamos la unidad en la acción. Aunque los debates sean internos, me ha costado mucho. Por eso no estuve de acuerdo con las consignas expulsadoras, que son hijas de quienes no tienen una cultura en mi partido.
También es cierto que hemos puesto al mando de las estructuras partidarias a gente que no tiene una cultura institucional arraigada en cómo se desenvuelve el radicalismo. Eso, en lo comportacional y en lo identitario, a mí me preocupa una postura errática en un sector del radicalismo me parece extremadamente errática y contraria a nuestro acervo cultural y nuestra idiosincrasia.
Fijate vos que esa otra expresión con la que yo no concuerdo del radicalismo, no me gusta personalizar ni dar nombres, paradojalmente, no ha apoyado decisiones económicas y concuerda con el gobierno en las decisiones más dramáticas desde la perspectiva del retroceso institucional.
Porque silenciar o avalar la designación por decretos a la Corte Suprema de Justicia puede constituir el hecho de mayor gravamen institucional de la serie de episodios de un gobierno que no tiene una cultura, digamos, apegada, o que cree que las formas son eso, sin advertir que la forma hace al fondo.
Yo he tenido una postura diametralmente distinta porque creo que había que acompañar, incluso por un mandato democrático, que esto también es muy de nuestra cultura. Había que acompañar los primeros pasos y así lo hicimos. Y además creo que hay que acompañar el desafío económico sin hipocresía, porque equilibrar cuentas siempre iba a traer aparejados costos.
La Corte Suprema de Justicia rechazó otorgarle licencia a Ariel Lijo
Creo que ha tenido un buen desempeño, obviamente uno puede ponerle siempre un pero, pero no hay que ser demagógico en esto. Tuvo resultados muy buenos el primer año del gobierno: baja inflación, equilibrios primarios y financieros, ha logrado superávit comercial, no ha ampliado la base monetaria en términos reales, ha aumentado el crédito un 80%, ha bajado la tasa del 130% al 36%, ha disminuido el riesgo país y, fundamentalmente, uno gobierna para esto.
Recibió una pobreza del 45%, la llevó al 54% con la devaluación de diciembre, pero la bajó al 38% y pudo ir a 34%. Yo veo un problema grave que tiene que afrontar que es el atraso cambiario que el gobierno niega, y yo banco también al gobierno que resiste el atajo devaluador porque el costo social es el pan para hoy y hambre para mañana. Entonces, eso he apoyado yo con muchísimas diferencias.
En cambio, no he compartido esta impronta que, además, le va a afectar en la economía, Jorge, porque ¿quién va a invertir en este país si no tenés presupuesto, si tenés jueces designados por decreto y además si tenés cepo? La Argentina necesita, por cada 4 puntos de inversión en PBI, un punto de crecimiento económico. Entonces, para crecer a 5 o 6, necesita entre 20 y 25 puntos de inversión.
Entonces, he acompañado y sigo acompañando las decisiones vinculadas a la estabilidad económica, a la desburocratización y a la descorporatización, que era muy necesaria, al aperturismo de un país en extremos cerrados. Yo soy enemigo de los extremos. Y he tenido una fuerte resistencia, frente al planteo institucional, me encuentro con otras expresiones de mi partido que avalan el hecho institucional más grave y que rechazan, por demagogia o por oportunismo, decisiones que sabemos que siempre aparejan costo que es ordenar la economía.
Dentro del radicalismo, como en todo gran partido, hay alas, como las hay en el Partido Republicano, en el Partido Demócrata, más progresista y más conservadora. Y uno puede decir que hay un ala del radicalismo que coincide también con el rumbo económico del gobierno y su punto de disenso es el institucional, por ejemplo, que no haya votado, ni se haya propuesto votar el presupuesto o la denominación de jueces de la Corte por decreto. Y otra parte del radicalismo está en contra de las políticas económicas, buscaría una política económica más ecléctica, pero al mismo tiempo coincide con el resto del radicalismo, con el radicalismo que vos representás…
Lo que pasa es que hay un debate económico que el radicalismo tiene pendiente, pendiente casi en su historia te diría, porque tenemos un legado y tenemos un consenso. Por eso es inaceptable y vergonzante que decline el radicalismo de su agenda institucional. Que tengamos desavenencias en la agenda económica, es un debate abierto, pero…
Me parece hasta positivo, porque en cada época puede ser más necesario…
Nosotros también tenemos una mirada de que el gobierno, en su ortodoxia, carece de una mirada productiva desde el punto de vista económico. Entonces, por ejemplo, ¿cómo abordás el atraso cambiario? Estoy de acuerdo en que el gobierno resista el lobby devaluatorio y que el camino es la baja de costos laborales, la baja de costos burocráticos, la baja de impuestos y la mejora logística y de infraestructura que el gobierno niega.
Porque, por ejemplo, la mejora logística: no pudiste ni hacer un pliego para la hidrovía. Y la infraestructura: vos tuviste superávit comercial por los ingresos energéticos resultado de una obra, terminaste un caño.
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Entonces, claro que nosotros creemos que no tenemos la misma visión económica en todo con esta extrema ortodoxia del gobierno. Pero ¿qué pasa, Jorge? Si vos no tenés baja inflacionaria, estabilidad económica, todo incurso productivo es una sanata
Si vos no partis de la base de que tuviste ordenadas tus cuentas con equilibrio, no tenés inflación, tenés el banco central ordenado. De ahí en adelante podés habilitar la segunda discusión, que es una discusión muy interesante, que tiene que ver con la discusión del tipo de modelo económico y el tipo de crecimiento. Pero hay una base.
La Argentina tiene que crecer económicamente. Sin crecimiento, hay más pobreza. Y hay una discusión de segundo plan. Una vez que creces, dependiendo del modelo, hay formas de crecer que distribuyen menos y formas de crecer que distribuyen más.
Finalmente lo que queda claro es que hay más elementos de unión que desunión. Entonces mi pregunta es si estos ataques del gobierno no terminan volviendo a crear las posibilidades para que se unifique Juntos por el Cambio o algo parecido. Y de paso también te pregunto, vos me imaginás, qué va a suceder en Córdoba. ¿Imaginás la posibilidad de que esto termine otra vez creando un consenso alrededor de Juntos por el Cambio de todo aquello que no sea ni kirchnerista ni libertario?
Muchas veces en mi partido he sido sindicado de cualquier cosa porque las internas te llevan a cualquier delito. Pero una de las sindicaturas hacia mi figura es mi relación con Mauricio Macri. Todas las decisiones que Mauricio Macri ha tomado en términos electorales a mí no me han convenido en mi provincia y en mi distrito.
Pero creo que el tiempo nos tiene que hacer advertir que condujo un gobierno muy sensato, obviamente con aciertos y errores. Entonces, yo desde el minuto uno creo que me parece que un sector del radicalismo salió corriendo porque tenía broncas acumuladas, y vaya saber qué cosa personal o lo que fuera, a dispararle al PRO, por ejemplo. Y me parece que ha sido, en el tiempo, un gran error. Porque ese frente, que tenía un sector que tiene su impronta muy necesaria para el país, como la Coalición Cívica, la trayectoria de Elisa Carrió; la impronta del PRO, que aportaba modernidad y gestión, y la impronta del radicalismo, que tiene federalismo, territorialidad y todo atravesado por un diseño institucional sensato y con una mirada de apertura y razonabilidad en el mundo.
Sigo pensando que es el camino de la Argentina. Si hay que cambiar de nombre, poner otra marca, otros colores, hablar más violentamente, como se puso de moda ahora, bueno, son cuestiones accesorias.
Alejandro Gomel (AG): Hace unos minutos la mayoría de la Corte Suprema rechazó otorgarle licencia a Ariel Lijo como juez de Comodoro Py, como juez federal. Es decir, le está diciendo que tiene que renunciar. ¿Cómo ve este tema?
Bueno, es un vestigio de esperanza que la Corte tenga esa fortaleza todavía. Yo no compartí la decisión de la Corte de tomarle el juramento a Mansilla porque soy abogado y fui adscripto con Antonio María Hernández en la cátedra de Derecho Constitucional.
Entonces, sé perfectamente que esa facultad de designar por decreto, prevista en una constitución de Domingo Faustino, donde los recesos tenían 7 meses, no tiene nada que ver con su desnaturalización, utilizándola para designar precariamente a jueces a una semana de que se termine el receso. Casi que te estoy escribiendo los argumentos por los cuales no se debió haber tomado ni siquiera el juramento de Mansilla.
Ya con el antecedente del año en el que presidió Guido después de el gran Don Arturo Frondizi y designó a un miembro de la Corte, y el antecedente es que tuvo que renunciar al cargo que ocupaba el juez en el juzgado anterior, me parece que eran suficientes, demasiado ya, elementos jurídicos y jurisprudenciales para que la Corte resuelva esto.
Lamentablemente, creo que si rechazan los pliegos no tiene por qué conversar con el decreto autónomo del presidente, pero sí tiene un imperativo político y moral por la deslegitimidad de los miembros de la Corte. Y vuelvo al punto, ya que el gobierno no es muy afecto a pensar que el contexto jurídico, es decir, no compra la literatura, digamos, de James Robinson y Daron Acemoglu. Y, bueno, que la compre desde la perspectiva economicista. Me parece que la afectación a la seguridad jurídica y a las inversiones para el desarrollo de una Corte precaria son muy graves.
AG: Qué debería hacer ahora el Senado? ¿Debería rechazar estos pliegos?
Bueno, yo creo que tiene que rechazar. No sé qué irá a pasar.
Elizabeth Peger (EP): El gobierno anticipó que enviará al Congreso el proyecto para autorizar la negociación del acuerdo con el Fondo Monetario ¿Cuál va a ser la posición de ustedes?
Bueno, nosotros venimos de haber evitado que el gobierno de Alberto Fernández, con las antípodas en las que nos encontramos nosotros, defaulteara por no tener un acuerdo con el Fondo. Y lo votamos, aun siendo que parte del gobierno de ellos mismos, Máximo Kirchner a la cabeza, lo votó en contra. Eso pone en juego nuestra actitud de responsabilidad, incluso contra nuestros propios intereses electorales, lamentablemente no valorada.
O sea, tenemos una base y un piso de esa escala. Nosotros no le vamos a exigir a este gobierno más de lo que le exigimos al gobierno anterior. Dicho esto, es difícil que opinemos sin tener el contenido, y cambia la cosa también si en definitiva, la aprobación al Fondo es algo así como una delegación para un cheque en blanco. Bueno, son aristas no menores que tendremos que ver.
El acuerdo con el Fondo, la Argentina lo necesita porque necesita de esos dólares para afrontar cancelaciones inmediatas que tienen 3 mil millones de dólares del propio Fondo, más unos 2mil, entiendo, de bonistas privados, que sería catastrófico las consecuencias de no afrontarlo, pero fundamentalmente necesita dólares para sacar el cepo.
El cepo se ha convertido en una palabra repetida y que me imagino que un ciudadano no entiende bien de qué se trata. Tiene una traducción muy directa para la atracción de inversiones. Si vos traés dólares con cepo, ingresás a la Argentina y valen 80. Lo pusiste a laburar en una actividad económica que anduvo bien, ganaste plata. Cuando las querés sacar, te vuelven a sacar el 20.
Entonces, en conclusión, tenés que venir a traer dólares acá, si efectivamente la actividad que vas a realizar tiene una rentabilidad. Entonces, mientras haya cepo, inversiones. El acuerdo con el Fondo, si está vinculado a remover el cepo y tener dólares para afrontar una corrida, es algo que el país necesita.
MC