Raquel "Kelly" Olmos sostuvo que el caso de violencia de género ejercido por Alberto Fernández le generó mucha angustia y tristeza. Sin embargo, señaló que esto no afecta la reconfiguración del Partido Justicialista: "El peronismo tiene cientos de miles de cuadros a lo ancho y a lo largo del país. Creo que la mayoría de ellos está en condiciones de presentar otra actitud ética que puede ser ponderada por el conjunto de la sociedad". “Desde el peronismo, nos hemos solidarizado con la víctima”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Raquel “Kelly” Olmos fue ministra de Trabajo de Alberto Fernández, entre 2021 y 2023. Previamente, fue vicepresidenta del Banco de Inversión y Comercio Exterior y anteriormente se había desempeñado como consejera nacional del Partido Justicialista.
Ayer dijo que usted no se imaginaba a Alberto Fernández ejerciendo violencia de género.
Efectivamente, la gente supone que quienes participamos de determinado nivel de gobierno conocemos detalles de la vida privada de los compañeros, en este caso del presidente de la Nación.
Para mí esto es una sorpresa muy dolorosa, como pasa con la mayoría de la gente. No imaginaba esto y lamento que el Gobierno esté utilizando la situación para denostar las políticas contra la violencia de género en vez de ser utilizada para afirmar las políticas que permiten que estas cosas puedan ser tratadas adecuadamente y son muy importantes para trabajar para reducir la violencia contra las mujeres.
¿Usted cree que las declaraciones de la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, explicando que la violencia de género de Alberto Fernández también la sufría Cristina Fernández de Kirchner, es una utilización de un sector del kirchnerismo para separarse del tema?
Sí, me parece que es una interpretación parcial. En caso de ser cierto que Cristina se sintiera afectada por un caso de violencia, debería expresarlo.
Mayra Mendoza también decía que las mujeres de la generación de Cristina no alcanzaban a percibir el machismo porque habían crecido en un contexto en el que ese tipo de violencia era normal. ¿Comparte esto?
Yo creo que fuimos mucho más tolerantes que lo adecuado. En ese sentido, también nos tuvimos que deconstruir. De todos modos, creo que la tarea de nuestra generación fue positiva porque trabajando por el fortalecimiento de la presencia de la mujer en la política, logramos sacar los temas de violencia de género del ámbito privado y transformarlos en parte de la política pública. Tal vez, no con toda la profundidad con que lo ven todas las transformaciones, pero me alegra que hoy haya mucha más conciencia al respecto.
Todas las revoluciones han puesto el foco en la igualdad de la mujer, incluso el peronismo. ¿Cuánto puede haber de hipocresía en el discurso y en la práctica?
Creo que el peronismo no sólo trabajó para que las mujeres argentinas pudiéramos ser ciudadanas, tuviéramos derechos políticos y votáramos, sino que es de los pocos movimientos donde junto con el voto, la mujer pudo ser votada.
La presencia masiva de la mujer en los distintos niveles de decisión transforma. Eso no es algo instantáneo y requiere de cambios culturales que a veces están muy aferrados a las conductas privadas o colectivas. Pero esa presencia va generando transformaciones positivas.
Hay intereses que tienen por objeto mantener a la mujer en una segunda categoría. Estos intereses disimulan, ignoran o invisibilizan el aporte que hace, por ejemplo, a la economía del cuidado porque, de reconocerse, como ya lo planteaba Evita, deberían tener una retribución. Nosotros hemos recuperado en nuestra política pública, pero el sistema capitalista no lo recupera completamente. Si lo hiciera, habría una redistribución del ingreso muy importante. No es casualidad que lo invisibilicen porque están tratando de impedir esa redistribución de ingresos.
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Alejandro Gomel: ¿Tuvo oportunidad de hablar con Alberto Fernández en los últimos días?
Honestamente, no. La última vez que hablé con él fue en julio cuando me llamó por mi cumpleaños.
A.G: Con esa relación tan cerca, ¿qué le diría a Alberto Fernández en este momento?
Estoy muy angustiada y triste por esta situación. Espero que él pueda hacer una autocrítica muy profunda porque por la envergadura de su presencia política, el daño no es solo hacía él y su sistema de relaciones, sino que nos afecta a todos los peronistas. Alberto se hace tanto daño a sí mismo como al peronismo.
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A.G: ¿Va a costar reconfigurar al partido después de esto?
Esto es algo que nos afecta y que impacta sobre nuestro estado de ánimo, pero afortunadamente, el peronismo tiene cientos de miles de cuadros a lo ancho y a lo largo del país. Creo que la mayoría de ellos está en condiciones de presentar otra actitud ética que puede ser ponderada por el conjunto de la sociedad.
Claudio Mardones: ¿Cuál podría ser la medida más acertada del peronismo para contener el impacto político de algo que está en pleno desarrollo?
Eso que está en desarrollo está en la justicia. Desde el punto de vista estrictamente político, el peronismo, y en particular las mujeres, se ha pronunciado sobre esta situación. Desde el peronismo, nos hemos solidarizado con la víctima y pedido que el Gobierno, en lugar de utilizar esto para debilitar las políticas de género, las fortalezca. Si esto le ha podido pasar a alguien con este nivel de exposición, imagínese lo que está viviendo el conjunto de las mujeres que no tienen esa capacidad de visibilización.
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Queremos que esto sea una razón para que se fortalezcan las políticas destinadas a erradicar todas las formas de violencia, y en particular la violencia contra la mujer, y que el Gobierno recapacite y fortalezca lo que ha vaciado en estos meses en relación con estas políticas.
Desde el punto de vista del Partido Justicialista, creo que la decisión que hemos tomado de desplazar a Alberto y aceptar su licencia hasta el fin de su mandato y convocar a elecciones internas para el 17 de noviembre, es suficiente. Debemos abocarnos a fortalecer nuestras políticas públicas y nuestra relación con el conjunto de la sociedad. No me parece que tengamos que hacer estaño de un tema que está en la justicia y que ahí se tiene que resolver.
En los sectores más bajos, los hogares están al frente de una mujer sola con hijos. ¿Ahí hay un empoderamiento de la mujer que necesitaron hacer con mayor importancia los movimientos reformistas?
Sí, efectivamente. Procesos como el que estamos viviendo hoy, donde en solo seis meses se duplicó la indigencia y se agudizaron los niveles de pobreza, vemos que la mujer no se empodera, sino que es la que más sufre.
Hay una feminización de la pobreza en la medida en la que mayoritariamente es la cabeza de esos hogares pobres y de esos hogares que ingresan a la situación de pobreza o indigencia.
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El foco debería estar en atender este problema. Lo que vemos es que el Gobierno deja pudrir la comida antes de entregarla, en vez de discriminar entre quienes están actuando bien y quienes están actuando mal. Usa a los comedores comunitarios que actuaron mal como una excusa para no contribuir a que a través de la distribución de comida, le podamos dar alguna asistencia a esos hogares feminizados que están atravesando una situación gravísima.
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