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MODO FONTEVECCHIA
ESCENARIO POLÍTICO

Juan Courel: “Milei no la está viendo”

El analista político se refirió a la imagen del gobierno y aseguró que las ideas que plantea Milei se fueron debilitando. 

Juan Courel
Juan Courel | CEDOC

El analista político y presidente de Alaska Comunicación, Juan Courel, se refirió al escenario político de cara a las elecciones de medio término y consideró que los resultados dependerán en gran medida del devenir de la economía. “Cuando hay una crisis económica, o una demanda económica, o demandas materiales insatisfechas, la sociedad tiende a alejarse de los valores que propone el gobierno”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Juan Courel es presidente de Alaska Comunicación, consultor y analista político, fue secretario de Comunicación Pública de la provincia de Buenos Aires y presidente del Consejo de Medios Públicos de la República Argentina. Dirigió la estrategia de comunicación de la campaña presidencial de Alberto Fernández en 2019, por la que luego obtuvo el premio Napolitan Victory Awards de Estratega del Año.

Leí muy interesado el último informe que mandaste, donde medio en broma titulabas "Si Milei la ve", con esta idea de que él siempre dice que "la ve" y los demás no la ven. Donde marcás que la batalla cultural la estaría perdiendo el presidente. ¿Qué es lo que no ve? ¿Qué es lo que veía antes y ya no ve más? ¿Y qué es lo que la sociedad veía antes en él y ya no ve más?

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Lo que se está evidenciando es que todas las posiciones en el debate público que Javier Milei va planteando en el marco de su batalla cultural, en estas discusiones de índole ideológica, de creencias sobre el rol del Estado, sobre modelos de país, de sociedad, se fueron debilitando.

Nunca fueron mayoritarias, incluso no lo eran antes de ganar las elecciones. Me refiero a cuestiones como el aborto, la existencia del Estado, la dolarización, etcétera. Pero que no solamente no eran mayoritarias al ganar la elección, sino que en los primeros meses de su gobierno, y en el primer año de su gobierno, sus posiciones respecto del acuerdo social que podían llegar a cosechar, se fueron debilitando.

Por ejemplo, si uno pregunta en una encuesta sobre el derecho a la protesta. Si está bien, si es legítimo, si es justo que la gente salga a la calle a protestar si se gobierna mal, al principio de su mandato había un 60% que decía que sí. Y hoy es el 77%.

Si uno pregunta algo que es muy central dentro del discurso ideológico del gobierno, como que el Estado intervenga o no en la economía, antes de asumir había un 54% de la gente que sostenía que el Estado debía intervenir en la economía cuando fuera necesario. Y hoy es más del 60%.

Bueno, y así en muchas cuestiones va pasando lo mismo. Entonces se llena mucho la boca el gobierno hablando de la batalla cultural y de la derrota de los sectores que no lo acompañan. Pero bueno, la realidad es que la fuente del apoyo que le permitió ser presidente tenía poco que ver con estos valores que él viene a inaugurar o instalar. Y eso diría que, a medida que avanza el gobierno, se va sosteniendo.

No es muy diferente a lo que está pasando con otros gobiernos del mundo o con lo que pasó con otros gobiernos en la Argentina. Parece ser que cuando hay una crisis económica, o una demanda económica, o demandas materiales insatisfechas, la sociedad tiende a alejarse de los valores que propone el gobierno.

Alberto Fernández llegó con una agenda progresista, liberal, muy profunda, y a lo largo que avanzaba el gobierno se veía como esos valores iban perdiendo apoyo y perdiendo fuerza. Uno recuerda tal vez el gobierno de Mauricio Macri, el auge del movimiento feminista como reacción. Bueno, tal vez la llegada de Milei indicó cierto agotamiento del discurso progresista en los años del gobierno de Alberto Fernández, producto probablemente de las cuestiones económicas. Pero una vez que Milei llegó al poder, estos valores empezaron a fortalecerse nuevamente.

Vos sos un experto además en la provincia de Buenos Aires ¿Cómo ves el desdoblamiento en la provincia de Buenos Aires? ¿Cómo ves, no sé si la palabra que corresponde calificar es cierta decadencia, el caso de Cristina Kirchner y la emergencia de Kicillof al haberla desafiado con éxito?

A ver, habría que dividirlo. Sobre lo último, yo la estrategia de Kicillof me pregunto si es la que más le conviene. Porque no es que a nivel electoral la sociedad vea una diferencia entre uno y el otro. En todo caso, los que apoyan tanto a Kicillof como a Cristina lo que buscan y quieren es que se mantengan juntos, que sigan representando lo mismo.

Kicillof es el único dirigente en más de 20 años del kirchnerismo que logró, sin diferenciarse ideológica ni políticamente de Cristina, tener un peso importante en la opinión pública. Los demás dirigentes del peronismo que lo lograron, Scioli en algún momento, Massa en otro momento, Randazzo en otro lo hicieron marcando matices, diferencias, sutilezas.

Bueno, Kicillof había logrado construir un gran apoyo en la opinión pública sin necesidad de marcar esas diferencias. Bueno, y ahora lo hace. Cambió de estrategia. Logró desdoblar la elección. La pregunta es: ¿cómo va a sostener durante dos años esta fortaleza que le permite cosechar tanto los votos de Cristina como los que él pueda llegar a acarrear por su propio lado? Habrá que ver qué pasa luego.

Respecto del desdoblamiento, si la elección a nivel nacional en la provincia de Buenos Aires aparece bastante competitiva. Parece un escenario en el cual, si La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio logran armar una propuesta unificada, a diferencia de lo que hicieron en la Ciudad de Buenos Aires para la elección local, es probable que sea una elección muy competitiva para el peronismo, muy compleja.

Y la decisión de desdoblar responde a la idea de que los alcaldes y la potencia electoral del peronismo, va a permitir un mejor resultado. Pero cuidado, porque es una elección donde probablemente haya muy poca participación, una convocatoria muy baja, porque es una elección que no va a ser nacional.

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Y que, por otro lado, en las secciones electorales, que es la manera institucional en la que la provincia elige sus legisladores, es poco probable que haya dirigentes de peso que puedan ser conocidos en distintos municipios. Por lo tanto, hay que ver cómo es el resultado.

En la Tercera Sección, que es el sur del conurbano. Eso es más fácil, porque es el lugar de la fortaleza inexpugnable del peronismo desde hace muchos años. Pero en todas las demás secciones, las elecciones suelen ser más parejas. Entonces hay que ver.

Se dice por ahí que Cristina podría ser candidata por la Tercera Sección electoral. Bueno, ¿qué pasa en las otras? En las otras su nombre no va a estar en la boleta. Entonces, ¿quién va a ser el responsable de juntar votos?

Nosotros entrevistamos a Teresa García el otro día, que tenía una opinión distinta a la que yo tengo. Mi impresión es que la clave central para el peronismo es dividir al PRO y a La Libertad Avanza. Que en la medida que el PRO y La Libertad Avanza vayan juntos, las posibilidades de triunfo parecen repetirse, como aquellas del balotaje.

Absolutamente.

Ahora, me parece que es más fácil ponerse de acuerdo en la lista de diputados nacionales,donde lo que tenés que consensuar son cuatro o cinco nombres, que ponerse de acuerdo en 135 primeros candidatos para el Concejo Deliberante.

Y al mismo tiempo, muchos de los intendentes del ex Cambiemos, no van a querer hacer una alianza con La Libertad Avanza, porque lo van a ver,como le pasa a Jorge Macri en la Ciudad de Buenos Aires como una amenaza en su pequeño territorio. Entonces, si esto fuera cierto, desdoblar beneficiaría la posibilidad de que La Libertad Avanza y el PRO en elección primera, la local, no vayan juntos. ¿Es correcto esto?

Absolutamente sí. Es un incentivo menos para que haya un acuerdo. La pregunta es: ¿cuál va a ser el resultado en la Ciudad de Buenos Aires, antes de que se armen las listas y se definan esas cuestiones en la provincia? Y si el resultado de la Ciudad de Buenos Aires no termina provocando una decisión y una estrategia conjunta entre esos dos sectores políticos.

El miedo al peronismo, es decir: si gana Santoro, como todo parece indicar, se asustan y se juntan.

Habrá que ver, habrá que ver. Pero fuera de eso, sí: es muy probable que a nivel local, a nivel Concejo Deliberante, sea una estrategia acertada, que pueda permitir a los intendentes fortalecer su poder territorial, el desdoblamiento.

La pregunta es si hacer eso a expensas de una elección nacional unos meses después no es un golpe político demasiado fuerte para quienes tienen que cuidar un muy buen resultado en la provincia de Buenos Aires, como fue el del 2023.

El punto es que eso no lo controla Kicillof. O sea, si le va bien al peronismo en la ciudad de Buenos Aires y eso asusta, eso no lo controla Kicillof. Lo que sí controla Kicillof, lo que puede hacer para eliminar incentivos de La Libertad Avanza y el PRO, Juntos, es el desdoblamiento. Veremos qué pasa en la ciudad de Buenos Aires y qué consecuencias produce. Porque también puede producir la consecuencia de que, si sale tercero La Libertad Avanza, se empodere el PRO y aspire a dejarlo tercero también en la provincia. Cosa que no digo que sea probable, pero por lo menos es posible.

Alejandro Gomel (AG): Hablabas de la posibilidad de que Cristina vaya de candidata en provincia, no en la elección nacional de octubre. ¿Cómo ves esto? ¿Creés que es lo que más le conviene a ella y qué le conviene más al peronismo: ir en septiembre o en octubre a las elecciones?

El cálculo que Cristina haga se me escapa. Porque además Cristina suele tomar decisiones un poco sorprendentes cuando son los armados electorales. Sin ir más lejos, cuando eligió a Alberto Fernández de candidato. Pero también suele jugar siempre con el factor sorpresa. Entonces, capaz si se habla mucho del tema, es porque no lo va a hacer. Vaya uno a saber…

En todo caso, la Tercera Sección Electoral es la única de las regiones de la provincia donde el peronismo nunca perdió desde el ‘83 para la fecha. Donde claramente está la fortaleza electoral peronista. Y bueno, sin lugar a dudas, ser candidato por esa zona no reviste mayor riesgo.

Ahora, la pregunta es si Cristina quiere estar sentada en una banca en la Legislatura bonaerense. Bueno, es difícil imaginarla ahí. Y por otro lado por el sistema electoral bonaerense, su nombre, en todo caso, estaría solamente en el conurbano, no en el resto de la provincia. No en la zona norte, no en el interior, no en Mar del Plata, no en otros lugares. Entonces, ¿cómo se piensa hacer una oferta política potente en esos otros lugares?

No olvidemos que, por las características de la provincia de Buenos Aires, de sus municipios, las figuras que son competitivas electoralmente son siempre figuras nacionales. Y no hay figuras nacionales en todas las secciones de la provincia.

AG: Y deja además desnuda de candidatos la otra elección, la de octubre. De un candidato potente como es, en provincia de Buenos Aires, el nombre de Cristina.

Y en ese caso, siendo también una elección más competitiva, tal vez le delega la responsabilidad de armar esa propuesta al gobernador Kicillof, para atarlo a la decisión que tomó. Y eso puede llegar a ser también un posible desenlace. Y en este caso, bueno ¿le conviene a Kicillof esa situación o no?

Claudio Mardones (CM): Quería saber tu punto de vista respecto a Mauricio Macri: un expresidente en estado de campaña en la ciudad de Buenos Aires, que por momentos aparece mucho más que su primo Jorge Macri al frente del gobierno porteño. Hablando esta semana sobre los precios, mostrándose en la zona norte porteña, casi como un opositor a La Libertad Avanza.

Pero hay rebelión en la granja, especialmente porque ha tenido que hacer valer la “acción de oro” en la conducción del partido para decir que las negociaciones entre Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro con Karina Milei son de unos dirigentes del PRO, pero no del partido. ¿Reaccionó tarde Mauricio Macri, para vos, en esta señal de acercamiento de los bonaerenses con La Libertad Avanza? ¿O creés que es un gesto para golpear la mesa y renegociar?

Yo creo que Macri tiene que revisar su estrategia general respecto de Milei. Cuando él decidió, a principio del mandato del actual presidente, darle un respaldo total, estaba sentenciando, en gran medida, su capacidad de tomar decisiones de manera autónoma a nivel político. Pero creo que también lo hizo, de alguna manera, obligado.

Ya hace tiempo, ya desde la campaña del 2023, veíamos cómo el electorado del PRO iba pasándose, poco a poco, a La Libertad Avanza. Yo diría que el PRO está con las horas contadas. No tiene mucho margen de maniobra de acá en adelante.

La elección en la ciudad de Buenos Aires va a ser decisiva en ese sentido, hay que ver cómo sale la competencia entre Lospennato y Adorni. Pero en la provincia de Buenos Aires yo diría que el PRO no tiene demasiados argumentos para plantarse, desde la conducción, por lo menos, de Mauricio Macri.

CM: Es decir, ¿que están a merced de La Libertad Avanza en provincia?

Sí, yo diría que sí. Sus intendentes ven las encuestas. Y además de las encuestas, ven la capacidad de acción política, y poco a poco se van acercando al gobierno. Y lo mismo sucede con el resto de los dirigentes.

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Creo que Macri va a utilizar este año para ver qué le queda y, en todo caso, sentarse a negociar nuevamente con el nuevo escenario legislativo, tratando de evaluar cómo viene el apoyo al gobierno en función del contexto económico.

CM: O sea que se viene un PRO más chico y con riesgos de legitimidad en el territorio que los vio nacer. ¿De legitimidad no en la previa de las elecciones, sino después?

Porque la Legislatura que puede quedar con una eventual victoria de Leandro Santoro, y con el debilitamiento de las fuerzas propias del PRO en la Ciudad de Buenos Aires, parece que preanuncian una Legislatura porteña complicada para Jorge Macri. ¿Lo ves así?

Sí, por supuesto. La legislatura en cualquiera de los casos se le va a complicar. Pero si además se confirma el tercer lugar para el PRO, ahí yo diría que van a tener que recalcular todo el futuro de ese partido.

Porque Leandro Santoro puede hacer una buena elección y salir primero, pero con los resultados clásicos y tradicionales del peronismo, no sé, n un resultado de tercios, de treinta y pico. Por lo tanto, La Libertad Avanza va a tener un incentivo para pelear la jefatura de Gobierno en dos años, si sale segunda. Y bueno… ¿y ahí qué le queda al PRO, no?

Yo creo que… que es probable que avancemos hacia un frente conjunto, que con algunos acuerdos a nivel territorial y distribución, deje las cosas tranquilas. Porque si no, el peso de Mauricio Macri en la política argentina corre riesgo de extinción.

O sea, vos, Juan, tenés la teoría de que, aunque hagan una competencia electoral mostrándose los dientes, después van a terminar votando juntos en el Congreso.

Es muy probable. Lo único que podría cambiar esta situación es que la situación económica se siga agravando, cosa que no está para nada descartada.

El primer trimestre del año, el optimismo económico cayó 20 puntos, según los estudios que hacemos con Shila Vilker todos los meses. Estamos en niveles de confianza que no se registraban desde el gobierno de Alberto Fernández.

Entonces, bueno, es probable que Macri también esté especulando con eso. A ver, ese acuerdo con el Fondo, esta salida del cepo, cuánta nafta le da al gobierno. Cuándo empieza a pagar las consecuencias de las decisiones que se están tomando. Y probablemente juegue con eso.

Pero si tenemos las condiciones actuales, hay poco que pueda hacer el PRO para mantener una autonomía política.

Lo que me recuerda a aquella frase que se dice de cómo duermen los puercoespines: siendo mamíferos que tienen que darse calor, si muy cerca se pinchan, si muy lejos se enfrían.

O sea que, para Macri, al gobierno, le tendría que ir razonablemente bien en materia económica porque si se cae todo, se lo lleva puesto también al PRO. Pero no tan bien como para que sea autónomo. Ese sería el punto, ¿no?

Exactamente. Y bueno, ahí, de todas maneras, la estrategia del gobierno frente a eso es bastante simple, Tratar de emparentar al PRO con el kirchnerismo. Que la polarización pase más por Cristina que por Milei, como sucedió en los anteriores diez años de la Argentina.

Y hasta ahora esa estrategia está rindiendo sus frutos. Simplificar en blanco y negro las opciones. Y a Macri y al macrismo en general no le ha ido bien. Cuando Larreta se sentaba en la misma mesa de Alberto Fernández para consensuar las políticas de la pandemia, eso le representó un costo electoral gigante, que le permitió que Patricia Bullrich lo arrasara en la interna. Bueno, en una posición similar puede terminar quedando Mauricio Macri, pero esta vez contra Milei, no contra sí mismo, obviamente.

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CM: ¿Cómo estás viendo al radicalismo? Porque tenemos a un Alfredo Cornejo que, en este último tiempo, guarda silencio, pero tiene una relación cada vez más cercana con el gobierno nacional, que puede ser una ventaja o una desventaja.

Y la emergencia de un Maximiliano Pullaro que, en este contexto, con la Convención Constituyente, quedó reempoderado. Tiene dos elecciones por delante. ¿Qué ves? ¿Cómo ves a Pullaro en esta situación y al radicalismo en este contexto?

Al radicalismo lo veo con una gran dificultad para articular una propuesta nacional que sea atractiva. En este mundo de contrastes tan definidos, de opciones nítidas. A Pullaro le alcanzó, pero retrocedió con respecto a su elección a gobernador entre 20 y 30 puntos. No olvidemos eso.

No le alcanzó por la fortaleza propia, sino por la desarticulación de las otras fuerzas políticas. El peronismo no logró construir una opción unificada.

Pero, sabés que al peronismo le pronosticaban un tercer o cuarto lugar y quedó en segundo. Y eso que no tuvo PASO.

Sí y además fueron divididos. Por lo tanto, yo no sería tan entusiasta con el resultado que obtuvo, por más que haya sido un primer lugar. En todo caso, construyó una primera minoría.

Pero después, a nivel nacional, lo que se ve es que la sociedad está pidiendo definiciones muy contrastables respecto de las políticas. Entonces: estás con el gobierno o estás en contra del gobierno. Todas las opciones políticas, todos los dirigentes políticos que se mantienen de cierta manera ambiguos respecto de esto, distantes, terminan teniendo problemas.

E incluso los radicales que son claramente opositores, por caso, Martín Lousteau, también se los castiga por no formar parte de algo más amplio, con más fuerza. Entonces, tampoco están logrando cosechar el sentimiento antimileísta o antilibertario, porque eso queda reservado, tal vez, para el peronismo.

Bueno, entonces yo creo que el radicalismo, a nivel nacional, va a tener que empezar a discutir coalicionalmente: con quién, con cuáles de las opciones, se quiere construir. Y enmendar viejos rencores, y acercarse a la opción de hacer un frente opositor más firme, u oficialista si fuera el caso.

Puede llegar a pasar que haya una ruptura. Puede ser. En el pasado se resolvió institucionalmente, cuando se decidió entre aliarse a Massa o a Mauricio Macri. Pero acá las dos alternativas son mucho más difíciles, más antagónicas.

Entonces esa posibilidad la veo más alejada. Que en una convención se decida: “¿Estamos con Milei o estamos con el peronismo?”

MC

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