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MODO FONTEVECCHIA
REPERCUSIONES POLÍTICAS

Maximiliano Aguiar: "El tema de la inflación funciona cada vez un poquito menos en la imagen de Milei"

El titular de la Asociación Argentina de Consultores Políticos consideró que el conflicto con las universidades repercutirá negativamente en la imagen de Javier Milei y, por tal motivo, necesita construir una agenda positiva: "La narrativa de la dicotomía que propone Milei podría ir de a poco dejando de ser suficiente", planteó. 

Maximiliano Aguiar
Maximiliano Aguiar | Cedoc

En medio de un creciente descontento social en torno al conflicto de Milei con las universidades, el investigador de opinión pública, Maximiliano Aguiar, señaló que la ratificación del veto responde a “un proceso de confrontación que aparenta ser más ideológico que presupuestario”: “Con este veto da la sensación de que Milei perdió la batalla de opinión pública”. Por otro lado, se refirió a la interna opositora que nubla el horizonte de una figura emergente: “No hay alternativas de la oposición capaces de ofertar futuro”, expresó en La Previa Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Maximiliano Aguiar es analista político, investigador de opinión pública y presidente de la Asociación Argentina de Consultores Políticos.

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En principio, lo que parece es que Milei está generando un proceso de confrontación que aparenta ser más ideológico que presupuestario. Y esto tiene una serie de elementos asociados. Por un lado, el bajo impacto que tendría esta ley de financiamiento en el presupuesto público, que no es comparable con la reforma jubilatoria. Y, por otro lado, una necesidad de confrontar con lo que él define como “la casta universitaria". 

En ese contexto, desde esa mirada ideológica, da la sensación de que esta es una de las primeras batallas en la opinión pública que, ganada políticamente por Milei ya que salió el veto, ha sido derrotado en términos de agenda pública. Es que el encuadre de esta cuestión no ha sido el encuadre deseado por el Gobierno, sino que se ha generado una especie de “Educación pública sí, educación pública no”.

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Esto lo debilita en términos de situarse del lado de los buenos, en esta dicotomía que él tiende permanentemente a replicar en su actividad política y que con la Ley de Financiamiento Universitario, da la sensación de haber perdido la batalla de opinión pública. 

Vale destacar que esto es mucho más importante para un gobierno débil institucionalmente, como el de Milei, que de lo que sería para otro gobierno con bancadas legislativas mucho más importantes. Con lo cual es un tema a prestar atención en lo que viene respecto, por ejemplo, de la imagen del Gobierno.

AG: ¿O sea que, en la discusión con las universidades, lo que ves es que pierde en la opinión pública? 

Sí, como el encuadre que se ha terminado generando es “Educación pública sí, educación pública no”, no es un encuadre conveniente para el gobierno. El encuadre que buscaba imponer al gobierno era básicamente “Corrupción en las universidades, no, por eso queremos auditar y controlar lo que ahí se gasta”. Ese es el encuadre que intentó el Gobierno pero no lo logró, hasta ahora al menos. 

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Elizabeth Peger (EP): Más allá de lo que puede ser el discurso público de uno u otro lado, se involucra el tema de universidades a un colectivo activo, que lo estamos viendo estos días con movilizaciones, con protestas, con paros y con tomas de universidades. Con lo cual, el Gobierno obtura el conflicto ratificando el veto, pero en las universidades el colectivo de estudiantes, de docentes y de rectores no lo da por cerrado. ¿Esta movilización permanente, no generará un escenario a futuro con cierta complejidad? 

Sí, en principio, la llegada de Milei al poder tiene que ver con el desprestigio del sistema de partidos y los dirigentes políticos tradicionales. Pero ¿qué sucede? Hay causas sociales, y causas sociales que son defendidas por diversos colectivos en algún caso, pero en el caso de la universidad te diría que son grupos que tienen relaciones entre sí que les permiten organizarse y llevar medidas en conjunto. 

Por su parte, los jubilados hoy no lo tienen, aunque en algún momento lo tuvieron. Por ejemplo, Norma Plá funcionaba como una especie de argamasa alrededor de los intereses de los jubilados. No existe una figura similar en los jubilados, pero sí hay muchos grupos organizados de estudiantes que son capaces de generar movilizaciones.

Eso es un problema adicional para Milei, además del de la agenda pública, porque puede incrementar un proceso de pelea o de reclamos en las calles respecto de medidas específicas. Es que podrían afectarlo más allá del grupo puntual de, en este caso, estudiantes, docentes y personal no universitario de las universidades. 

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EP: En ese sentido, ¿cómo puede afectar el propio nivel de adhesión que tuvo Milei en las elecciones en los sectores más jóvenes y que fue claramente un sector etario que lo acompañó?

Puede afectarlo, pero hay que pensar que los apoyos son multicausales, no hay un único elemento que defina los niveles de apoyo. Entonces, por un lado, puede perder en términos de aquellos estudiantes jóvenes que lo apoyaron en alguna instancia pero podría no perderlo en aquellos jóvenes que no estudian y que tienen algún nivel de molestia respecto de los que van a la universidad. 

Al mismo tiempo, hay otras variables, que son variables del corte de lo económico, que también van a influir. Con lo cual son fuerzas que empujan hacia arriba o hacia abajo la imagen. Da la sensación de que esta cuestión relacionada con la universidad lo va a empujar hacia abajo.

Aguiar sostiene que, si bien esta marcha universitaria fue menos masiva, es un indicador del hartazgo social.
Aguiar sostiene que, si bien esta marcha universitaria fue menos masiva, es un indicador del hartazgo social creciente. 

¿Tendrá la capacidad el Gobierno de generar fuerzas en positivo que levanten esa imagen mientras es golpeada por la lucha universitaria? Bueno, eso está por verse pero no hay un único hecho que pueda determinar el crecimiento o la caída de imagen. 

Da la sensación de que el tema de la inflación funciona cada vez un poquito menos en la imagen de Milei. Y también da la sensación de que deberá encontrar, por ejemplo en temas económicos, algunos argumentos que sean más potentes para esta etapa de la Argentina, como podría ser la recuperación del empleo o algunos otros elementos que simplifiquen el argumentario de aquellos que están a favor.

Por ahora, parece que está en un proceso de transición y que no está todavía encontrando ese elemento que renueve la narrativa que en muchas ocasiones, en esto de generar dicotomías muy fuertes, le fue suficiente pero da la sensación de que podría ir de a poco dejando de serlo. Si este es el caso deberá renovar su narrativa y eso será un desafío muy importante para su equipo de comunicación, pero también para el diseño de políticas públicas que le den un sustento.

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Claudio Mardones (CM): Estamos en la segunda etapa del conflicto universitario, la primera data de abril con la movilización masiva y la cristalización de un nivel de movilización que hacía mucho que no se veía en la comunidad universitaria. En aquel momento parece que había una sociedad mucho más proclive a escuchar al Gobierno que a los universitarios. Casi seis meses después parece todo lo contrario. Pero el Gobierno empieza a comunicar y a poner a prueba argumentos para demoler especialmente el tema del financiamiento universitario. ¿Cuánto puede durar esta contienda de acá hasta fin de año? Porque después viene el receso y la discusión universitaria está muy vinculada al tema del presupuesto. ¿Cuánto margen hay para que el conflicto universitario pueda ser determinante de acá hasta fin de año? ¿O cree que esto se abre ya para el año que viene?

En principio, habrá que ver la capacidad que tienen de mantener movilizaciones. Ha habido y hay actualmente toma de facultades que han tenido un impacto mediano en términos de presencia pública. Da la sensación de que esto podría ir disipándose lentamente, a no ser que haya algún otro evento que nuevamente movilice esas bases sociales. Si eso sucediera, podría estar dándose en un mes más un impasse hasta el próximo año respecto de lo universitario. Es muy difícil predecir el futuro, porque esto implica también la decisión de muchos actores, y la capacidad que tengan de organizarse. 

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Comenzaron con tomas universitarias pero algunas ya han caído. Y, a diferencia de lo que sucedió en la oportunidad anterior con unas movilizaciones que fueron masivas, esta vez no fueron tan masivas. Ahora, ¿por qué ahora afectan y antes no? Creo que es una pregunta interesante. 

Antes no afectaron porque habían otros vectores, el argumento único de venta del Gobierno fue la de reducir a cero el déficit fiscal y controlar la inflación. En esa primera etapa la ciudadanía estaba mirando mucho eso. Con lo cual, lo de las universidades, como vector de caída, no funcionó para detener ese vector de subida que era el control de la inflación. 

Sin el control de la inflación como un elemento de opinión pública, esto lo puede afectar aún a pesar de que puedan irse, de a poco, diluyendo las protestas universitarias y retomarse el año que viene. Hay muchas otras luchas que hay alrededor de esto, y de otros sectores que podrían también tomar la costa en este proceso. 

Enceusta de Zuban Córdoba al respecto de la percepción social en torno al conflicto universitario.
Encuesta de Zuban Córdoba al respecto de la percepción social en torno al conflicto universitario.

Da la sensación de que algunos de ellos, por ejemplo la CGT, están más orientados en esta etapa a redefinir la lucha interna dentro del peronismo que a generar un plan de lucha contra el gobierno de Milei, pero habrá que ver lo que sucede en las próximas semanas. 

Estas cuestiones a veces producen un efecto contagio. Aparentemente hasta ahora no ha tenido la suficiente fuerza para generarlo, pero quizá más adelante, algunos otros sectores golpeados, que podrían tener que ver con la caída de tarifas o con algunos otros sectores que tuvieron sus salarios atrasados, puedan retomar esa lucha.

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EP: Lo que está en el fondo también es esta idea de aguantar que se impuso durante los primeros meses del gobierno de Milei y acompañado con la baja de la inflación. ¿Pero hasta cuándo se aguanta en un contexto de pérdida de empleo, pérdida de poder adquisitivo de los ingresos de los trabajadores y con un panorama en el cual la economía no muestra síntomas concretos de un repunte?

La política se trata de ofrecer futuro. Con lo cual, si uno es capaz de ofrecer futuro eficientemente es capaz de generar una narrativa que justifique los sacrificios que hay que hacer hoy. En toda la primera etapa, Milei ha sido muy eficiente en eso. Y hay un aspecto adicional que es que no hay alternativas de la oposición capaces de ofertar futuro. 

Con lo cual, no hay una narrativa alternativa que hoy sea potente con nuevas ideas y con nuevos actores, basta ver quienes están pugnando por liderar a las fuerzas opositoras, que da la sensación de que miran un poco más hacia atrás que hacia adelante. 

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Eso es una ventaja para Milei, porque básicamente todavía, en términos de opinión pública, hay una mayoría que cree que va a estar mejor dentro de doce meses. Ahora, esa mayoría ha venido declinando. Hay un proceso donde hay gente que cree que va a estar igual y hay cada vez un poquito más de gente que cree que va a estar peor. Esto requiere de una renovación en la narrativa que indique que el futuro prometido está un poquito más cerca de lo que nosotros pensábamos. Ese es el desafío de Milei. 

Mientras que el desafío de la oposición es encontrar una narrativa alternativa que resuelva los dilemas internos, pero sobre todo que sea capaz de ofertar futuro al segmento, que no es menor, que no está de acuerdo con el gobierno de Milei. Para ese sector será muy importante encontrar a alguien que sea capaz de expresar esas necesidades de representación política de manera eficiente. Hasta ahora, esa figura no existe.

AO VFT