El analista político Lucas Romero se refirió al caso del senador Edgardo Kueider, detenido en Paraguay junto a su secretaria con más de US$ 200.000 y acusado por contrabando, y sostuvo que podría "convertirse en un activo muy tóxico para el Gobierno" ya que podría exponer al oficialismo "haciendo alianzas espurias con la casta" debido a su compartamiento en el último año. El consultor también expresó que "hay un interrogante sobre la toma de decisiones del Gobierno", en diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Lucas Romero es analista político, director de Synopsis Consultora, y dentro de la misma es responsable del área de análisis de escenario político.
¿Te impresionó como a nosotros acá en el estudio ver los Ganaderos a Caballo reducidos a eso, a un juguete del Presidente?
Lo que hicieron los granaderos no fue interpretar solo una canción que es del gusto del Presidente, sino que interpretaron un tema que se ha vuelto una suerte de canción identitaria de la figura de Milei. Él la utiliza en sus actores partidarios, incluso en contra de la voluntad de los propios autores (La Renga) que reclamaban que no se usara en un sentido político, fue usada en campaña en la introducción de los actos políticos.
Me parece que ahí estuvo el error de poner a un cuerpo tan relevante en el sentimiento de los argentinos a interpretar una canción que tiene una identidad política tan fuerte e identificada con el oficialismo.
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Mencionábamos la crueldad con la que se despiden funcionarios importantes, como ocurrió con la número uno de la agencia recaudadora ARCA, antes llamada AFIP. Ya son 82 funcionarios de mediano y alto rango echados como si fuera una cancelación en redes sociales. ¿Encontrás en ese estilo algo más importante que el hecho en sí mismo y que pueda significar a futuro un problema para el Gobierno para conseguir funcionarios importantes?
Siempre fue un interrogante desde el comienzo cómo Milei iba a configurar un equipo de gobierno. Quienes seguimos en detenimiento la complejidad de este tipo de procesos anticipamos que ahí podía haber un problema para un espacio político nuevo, muy pequeño, sin grandes equipos de profesionales dispuestos y capaces de desembarcar en el Estado y poner en funcionamiento el aparato estatal que conlleva.
Nos encontramos con esta particularidad que, ya a un año de mandato, se ha vuelto una constante. La idea de la entrada y salida de funcionarios que son despedidos cruelmente -por la forma utilizada por el Presidente-, pero también intempestivamente; lo que me parece que transmite dos cosas en dos planos importantes.
Primero, en la capacidad que tiene Milei de construir equipos; porque toda su trayectoria profesional no política no muestra que tenga experiencia en liderar equipos, incluso en el plano privado. Siempre se hacen paralelismos con figuras como Donald Trump o Jair Bolsonaro; bueno Trump lideraba una corporación global. Nadie puede discutirle su capacidad de crear equipos y hacerlos funcionar -para sus intereses, obviamente-, y ya venía con una larga trayectoria en el sector privado. No es este el caso de Milei, y eso volcado en el plano estatal es elevarlo a la enésima potencia el desafío.
Segundo, plantea interrogantes desde el punto de vista de cuál es el procedimiento de toma de decisiones de gobierno. Muchas veces ocurre, y este fue el caso, que el Presidente echa funcionarios por decisiones que se toman y terminan siendo materializadas y publicadas en el Boletín Oficial. Es decir, ¿Cómo se tomó esta decisión para que llegara al Boletín Oficial? Si se produce esta reacción antes o después de que se materializara, ¿Cuál es el grado de intervención del Presidente en el proceso de toma de decisiones de su gobierno?
Vamos a suponer que en el fondo hay un plan detrás de todo esto. Al no contar Milei con equipos en el pasado y encontrarse con gente que conoció como máximo hace dos años, ¿Podría ser el terror la forma de generar cohesión, a lo Robespierre, y que sin él no hubiera logrado llegar hasta aquí, asustando a diputados, senadores y a la prensa?
Puede ser una interpretación posible el amedrentamiento como estrategia de construcción de liderazgo y de disciplinamiento hacia el interior del equipo de gobierno. Ahora uno podría mirar otras interpretaciones, que analizando el contexto podrían ser muy verosímiles. Por ejemplo, si tenemos un Presidente que desprecia al Estado y que ha dicho públicamente que es “un topo que vino a destruirlo desde adentro”... ¿Por qué debemos interpretar que hay un interés genuino en tener una gestión valiosa o valorable de la cosa pública y el Estado?
¿No hay también en esa reacción una manifestación de desprecio de parte del Presidente hacia el Estado? Como el Presidente desprecia al Estado podría ser que no le interesa echar a una persona que, en el marco de una acción estatal, tomó una decisión con la que no estoy de acuerdo y no me importan las consecuencias de la acción mía de echarlo. En algún punto parece estar en línea con su objetivo de “desestatizar” la cosa pública, de retraer al Estado.
La titular de la ex AFIP, afuera: el Gobierno desplazó a Florencia Misrahi
Recientemente cuestionaste que Karina Milei y Santiago Caputo no dieran reportajes dado el nivel de importancia en el esquema de gobierno. Me gustaría que profundizaras un poco más en ello.
En estos tiempos modernos, con las democracias en este estado de situación como las tenemos, la controllability, o sea la capacidad que pueda tener la sociedad civil de observar y ejecutar un juicio de valor respecto de quienes administran la cosa pública y quienes ejercen el poder, se ha transformado en algo valiosísimo. Y eso no se acaba en la figura del Presidente, porque un gobierno está constituido por muchas personas.
Pero particularmente estas dos personas que yo señalo, son las más relevantes en el esquema y proceso de toma de decisiones de este presidente. Tanto Santiago Caputo como Karina Milei, a los que el Presidente llama “el triángulo de hierro”, son figuras centrales y me parece que el hecho de que sientan que no tienen que dar nota teniendo ese rol transmite cuál es la visión que tienen sobre el rol de un funcionario público.
"No dar notas es ocultarse frente a la Opinión Pública"
Incluso en el caso de Caputo lo de funcionario público podría ser un eufemismo, porque se vio obligado a aceptar un contrato de locación de obra porque hubo mucha presión al señalarlo como una persona que tiene una función pública importante pero no tenía ningún rol institucional o legalmente definido.
Me parece que hay una rareza sobre cómo se observa que estos actores ven el proceso democrático: no dar notas es en algún punto ocultarse frente a la opinión pública y la sociedad, y no mostrar la transparencia que debería tener el ejercicio del poder en cualquier democracia moderna.
Claudio Madornes: ¿Cuánto impacta al Gobierno y cuánto al peronismo la detención de Edgardo Kueider, la primera vez que un senador nacional está detenido en el exterior por este tipo de sospecha?
Hay una deslegitimidad de origen de este personaje por el hecho cometido, que es de dónde proviene. Se viralizó esa imagen de la boleta de Edgardo Kueider junto a la fórmula presidencial de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Su origen está en el Frente de Todos y hay una desligitimidad de ejercicio.
Se separa del peronismo hacia fines de 2023 ya mostrando una diferenciación con la conducción que se venía ejerciendo desde el peronismo, sobre todo con la figura de Cristina Kirchner. Y tiene este comportamiento en este primer año de mandato de Javier Milei siendo un protagonista en leyes importantes para el Gobierno. Yo destacaría que fue uno de los 11 senadores junto a los siete de La Libertad Avanza (LLA) que convalidaron el DNU que otorgaba millones de pesos de gastos reservados para la SIDE.
Me parece que Kueider se convierte en un activo muy tóxico para el Gobierno precisamente por estos antecedentes más inmediatos, como su comportamiento en el primer año de Milei porque expone algo que puede ser muy peligroso para el oficialismo: ya no es ajustarle a la “casta”, si no el oficialismo haciendo alianzas con la “casta” -y alianzas espurias-, con eventuales favores políticos.
Y esta es la sospecha que despierta sobre cuál es el origen de este dinero con el que se encontró a Kueider en la frontera. No estoy diciendo que ya hay evidencia para imputar este vínculo entre el oficialismo y el senador, pero el comportamiento de Kueider sí invita a esta sospecha y es donde él aparece como un activo tóxico para el oficialismo.
FP CP